FIESTA DE DESPEDIDA…
Ayer no era una cena de despedida triste la que se había organizado en el restaurante NEICHEL de Barcelona. Periodistas, proveedores, músicos y amigos pero también algunos cocineros que habían pasado por esta casa como Oriol Ivern (Hisop) , Jordi Gotor (Chez Cocó), Rafa Peña (Gresca) o Albert Ventura (Coure) habían querido estar presentes en esta cena- homenaje festiva. No hubo discursos sino abrazos, felicitaciones y …preguntas ( ¿ y ahora qué?) hacia este cocinero quien abrió la veda de la modernidad cuando se instaló hace 40 años en el chiringuito de Cala Montjoi, de la mano del matrimonio Schilling. (Lo explico en este post).
El joven Neichel había sido rescatado de las cocinas de Chapel, (cocinero, tal vez con Michel Guérard, el más grande al nivel culinario , de la Nouvelle Cuisine, siendo el más mediatico Paul Bocuse) y llevado a Rosas para desarrollar esas nuevas ideas que revolucionaban entonces la gastronomía francesa. Era como un injerto en Cataluña de una nueva variedad de planta a sólo 50 km de la frontera. Consiguió entonces la primera estrella para El Bulli. Quince años después nacían los primeros frutos propios con la cocina de Ferran Adriá. ¡Y de qué manera!
Pero Neichel ya estaba en Barcelona consiguiendo las dos estrellas michelín y convirtiéndose en el restaurante más aplaudido de la ciudad. Recuerdo lo que significaba para nosotros jóvenes cocineros en aquellos años 80 acudir a esta casa de la que tanto nos había hablado mis profesores Bernard Benbassat y Mey Hoffman (presente también en el homenaje) de la escuela Arnadi ( así se llamaba entones la Escuela “Hoffman”).
Una comida en Neichel se planificaba con tiempo y había que estar preparado (también en afrontar la cuenta para un humilde cocinero de entonces…). Nos fijábamos en todos los detalles del plato, sus guarniciones, sus elaboraciones más clásicas, las novedades (espaguetis de verduras etc)
Era un sincretismo entre elaboraciones clásicas de la cocina francesa puestas al día con las ideas de la Nouvelle Cuisine pero con ese fondo de cocina alsaciana que nunca Neichel dejó de expresar y al que le añadía una apertura hacía matices catalanes y mediterráneos.
Neichel era todo un mundo que se abría entonces en los últimos años de los 80 en la gastronomía barcelonesa , un poco anquilosada entre el Reno y el Finisterre.
La desaparición del restaurante Neichel representa el epítome de toda una visión gastro del mundo que está ahora tocada, como lo explico en mi post sobre DiverXo. El momento ha cambiado, el mundo ha cambiado y el cliente ha cambiado. Casi nada…
Neichel se retira en plena forma. Ayer iba de un lado a otro saludando, controlando, trabajando, llenando al final fiambreras de chucrut para que la gente se las llevara a casa, como demostrando sus ganas de seguir estando allí, ayudado por Eveline que hacía por última vez de “maîtresse de maison”, por su hijo Mario ,el pastelero de la casa, por sus trillizas haciendo las fotos y por el equipo de sala dirigido por el señor Antonio, invariable desde hace décadas …
¡ Mucha suerte para todo lo que pueda pasar ahora!
Desde luego marco una epoca y subio mucho el liston gastronomico de Barcelona, Catalunya y España.
Encuentro a faltar un comentario al fabuloso y espectacular carrito de postres … una gozada
Hablo del carro en otro post sobre Neichel https://observaciongastronomica2.wordpress.com/2011/07/04/una-tarde-con-neichel-barcelona/
Hola Philippe,
Bon dia,
Ayer cuando regresaba del trabajo venía pensando que hacía días que no venía.
Vaya sorpresa!
Fuí el 31/01.
… tu post una reflexión que sintetiza el momento. Cierta nostalgia o constatación.
Hasta pronto,
fina