No es la primera vez que lo comento. Es reconfortante comprobar de vez en cuando que existe todo un mundo fuera de nuestro querido Ensanche barcelonés. Sólo hace falta a veces hacer unas decenas de kilómetros y uno se encuentra con una gastronomía digna de una pequeña excursión.
Sala de eventos
Pero hoy no os hablaré sólo de un restaurante sino también de un conjunto de espacios dedicados tanto a la buena mesa como a eventos culturales con música, exposiciones o actividades para niños.
Este lugar tan singular se encuentra en una antigua fábrica de pieles del barrio del Rec igualadino, magníficamente rediseñado por Xavier Andrés , un joven arquitecto de la ciudad, quien ejerce también de jefe de sala y de organizador de las veladas.
Muchos de estos edificios de la arquitectura industrial se encuentran hoy en desuso y adquieren una segunda vida, gracias al espíritu emprendedor de algunos habitantes creativos de la ciudad.
Estas enormes placas onduladas y oxidadas que dominan , como en frontispicio, la puerta de entrada de esta antigua fábrica, se mimetizan perfectamente con la estética posindustrial del entorno, pero en su interior dominan la claridad y la calidez de la madera, con un homenaje a el antiguo uso del lugar expresado en estas pieles curtidas colgadas del techo.
No entiendo de interiorismo, pero imagino que deben tener una función de cara a mejorar la acústica, tanto como estética y simbólica.
Es un lugar que invita a entrar, a pasar unas horas leyendo y, por supuesto, a disfrutar de su carta. Se llama Somiatruites en catalán. Palabra que sólo se puede traducir por una perífrasis: “persona que sueña cosas extrañas o imposibles”.
Xavier y David, rodeado de Michael y Borja de la cocina, con el resto del equipo.
Es sin embargo un sueño que se ha podido hacer realidad gracias al esfuerzo de la familia Andrés y en particular sus dos hijos. Xavier, como lo hemos visto ha sido el artífice de toda la remodelación del espacio y David, el hermano más pequeño, es el artesano gastronómico que diseña la carta y quien controla los fogones en sus días de fiesta y en sus ratos libres, ya que ejerce durante la mayor parte de la semana como jefe de cocina de L’Abac, el dos estrellas barcelonés.
David Andrés es desde hace unos meses el brazo derecho de Jordi Cruz, aunque lleve en la casa varios años. De hecho, el proyecto de Somiatruites ya estaba en marcha cuando se le cayó del cielo, a sus escasos 25 años, la oportunidad de dirigir las cocinas de uno de los restaurantes más importantes del país. Un crecimiento profesional fulgurante si se considera que David dejó, de la noche a la mañana, el equipo nacional de hockey donde tenía ya una posición reconocida, para meterse, sin ninguna formación previa, en las cocinas del antigua Abac de Xavier Pellicer. Casi suena a guión de película…
Evidentemente, la carta de su restaurante, en la que interviene también su padre, gran gourmet aficionado a la cocina, no pretende alcanzar las estrellas. Se trata de una propuesta joven, fresca y divertida capaz de atraer a la clientela de Igualada, recelosa de las aventuras gastronómicas ambiciosas, sobretodo desde el cierre, hace muchos años, del famoso Cal Ble. Pero aun existe, eso sí, El Jardí, que llegó a tener una estrella en los años 90 y que visité en aquella época.
La degustación de platos a la que se me “sometió” fue maratoniana. Reconozco que en muchos casos me limité a probar, mientras que en otros no pude hacer otra cosa que terminarlos
como por ejemplo estas untuosas “rilletes” de pollo y foie-gras, recubiertas de grasa de pato, que se sirven en la tabla de pâtés caseros. Excelente también el de “campaña” mientras que el pâté de cabrito no tenía tanto interés, tal vez por las características de este tipo de carne (9 € la tabla).
Antes de valorar estos platos hay que tener en cuenta los precios, realmente irrisorios, por la calidad de los productos utilizados. Verbigracia esta tabla de quesos catalanes con “Tou dels Tilers, Vall de Tena, Bauma Carrat y Turó del Convent.
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Muy buenas bravas (4 €), gracias en parte al excelente romesco picante que les acompañaba, como a los deliciosos langostinos crujientes y al jugoso calçot rebozado. No había tenido mucha suerte con los romescos estas últimas semanas. Encontré éste perfecto, en su justo punto de acidez y de dulzor. Hasta su picante, que no entra en la receta original, se agradecía.
Buenas las croquetas de pollo, pero fallidos los buñuelos de bacalao. David me reconoció que lamentaba haber hecho un cambio de fórmula en el último momento.
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“Rosa” se salmón marinado con remolacha y pequeña ensalada con crema de raifort. Butifarras de Els Casals con guisantes y tallarines de sepia (9 € la ración entera). Tal vez un poco caldosos y presentados en plato hondo ganarían.
Muy buena terrina de ternera con carrilera y morros acompañados de una deliciosa salsa acabada a la mantequilla Café de París, y garbancitos de la comarca (Anoia).
Bueno el cuello de cabrito rebozado con un fino puré de alcachofas y sus chips.
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Buenos postres (5 €), bastante trabajados técnicamente para conseguir juegos visuales simpáticos. De limón, yema de tocinillo, pastel de queso, crumble y futos rojos, de mel i mató (sobraba el huevo relleno de mató), una versión de la Pantera Rosa y una golosa adaptación, fácil de ejecutar, del coulant de chocolate (no hay foto).
Tal vez eché de menos, un poco menos de azúcar y un poco más de acidez. Recomendaría, como muy a menudo lo hago, una buena ensalada de fruta y algún sorbete. Es decir una propuesta refrescante que siempre se agradece para compensar los efectos de las grasas.
SOMIATRUITES
C/ del Sol nº 19 (barri del Rec)
93 803 66 26
Igualada
TWITTER: @PhilippeRegol
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