ACOGEDOR RESTAURANTE CON ESTRELLA EN UNA BONITA CASA TRADICIONAL EN EL ALGARVE


Ni los puntos de cocción, ni la calidad del producto, ni la condimentación en sal pueden hacer la unanimidad a veces de una mesa. Ya pueden imaginar como se pueden disparar las divergencias cuando se trata de combinación gustativa de ingredientes o en qué proporciones se encuentran estos mismos ingredientes.
La dificultad crece aun más cuando el cliente degusta posteriormente platos diferentes a los que describió en su momento el crítico en su crónica. En este caso, la diferencia de opinión se justificaría ya que se estaría hablando de menús distintos. Pero tampoco se entendería que un cocinero fuera capaz de deslumbrar a un crítico con algunas elaboraciones mientras decepciona a otra persona unos meses después con platos distintos. ¿Tanta irregularidad puede existir por parte de un cocinero? O¿¡ tanta diferencia se puede apreciar entre los criterios personales de críticos o simples clientes gourmets !?
En el caso del restaurante estrellado Sao Gabriel, situado en el sur de Portugal, he llegado a preguntarme si el cocinero alemán Jens Rittmeyer, del cual habla Rafael García Santos en una de sus crónicas, estaba aun al frente de los fogones de este coqueto restaurante.

No quisiera tampoco exagerar. Nada de lo que nos sirvieron era realmente indignante, aunque…empezar … un menú “tentaçao” o menú “do Chefe”(75 €) compuesto por 1 aperitivo, 3 platos y un postre,

Un inciso. Nunca he entendido esta manera de llamar un menú o un plato, “del chef” o “a la manera del chef”. ¿De quién va a ser, si no? ¿ De quién son los otros platos de la carta?

Después de tan abundante primera parte del menú, se imponía, como en los antiguos ágapes, la degustación de un sorbete digestivo.

Con el pato topamos con la calidad del producto. Se parecía a un magret insípido, reseco y gomoso que nos encontramos a veces por ahí. Una abundante compota de col lombarda, también bastante potente, y unas rodajas de patata reconstruidas a partir de lo que podía parecerse a una masa de ñoquis, conforman su guarnición.
Fuera del menú, se pidieron los quesos. Me quejaba hace poco en este blog de que los menús demasiado largos y abundantes dificultaban el consumo del queso en el restaurante. El chef del Sao Gabriel me habrá escuchado y permitió, gracias a la parquedad de sus raciones, que llegáramos perfectamente hambrientos hasta el final.
Un postre de una suerte de “crocanti” a las especias acompañado de un insulso sorbete de mandarina (re)mató la cena.
El “selecto (y escaso esa noche) público internacional que demanda una culinaria cosmopolita” estará seguramente muy bien atendido por la simpática y políglota jefa de sala (¿la madre del chef?) pero no debe tener muy alto el listón de sus exigencias gastronómicas.
Lo mejor : la casa y sus jardines. En verano tiene que ser una gozada cenar en la terraza.La nota curiosa y divertida: alguna estatua, de un kitch subido, instalada entre los arbustos.
SAO GABRIEL
8135-106 Almancil
Estrada de Vale do Lobo a Quinta do Lago, Km. 4
(+351) 289394521
¡¡¡75€ por ese menú!!! Menudo atraco.
Por curiosidad, ¿cuál fue el precio del plato de quesos?.
No me acuerdo ahora mismo. Consultaré.
yo estuve este verano cenando en la terraza, recuerdo como MUY cara la carta de vinos,y respecto a la comida tampoco me dijo nada, aunque para dos pagamos unos 120 € y lo dicho, lo mejor la terracita.
saludos