Alkimia Unplugged
o Alkimia 2ª parte
La nueva entrada por la portería
El suelo llamado “hidráulico”, característico de aquellos pisos “nobles” del Ensanche barcelonés
Hace 3 semanas os conté aquí mi primera experiencia gastronómica en el nuevo Alkimia del primer piso de la Fábrica Moritz. La cocina del Alkimia de siempre pero en unas instalaciones de cocina y de sala nada comparables con lo que encontrábamos en la calle Industria. Os decía en el post que, al fondo de la sala y con una pequeñísima separación, se encontraba la zona “Unplugged”. Unas cuatro o cinco mesas sin mantel y con carta propia donde el comensal podía disfrutar del mejor producto , más o menos desnudo o al menos con una mínima manipulación. “Cocina sin tonterías” como la llaman algunos , aunque soy de los que piensan que la complejidad y la sofisticación culinarias no tienen por que caer en la frivolidad, y la prueba justamente, la tenemos en los menús degustación que propone Jordi Vilà en la sala grande de Alkimia.
La zona “umplugged” obedece tal vez a un par de motivos.
-para empezar porque existe un público local que quiere, cada vez más y más a menudo, comer este tipo de propuesta, sin necesidad de caer en la “fiesta” y el paripé que conlleva, que lo queramos o no, la experiencia gastronómica del menú degustación,
– y por otra parte por el gusto que tiene Jordi, como mero consumidor, por este tipo de cocina directa.
Creo que muchos de los cocineros “creativos”, (por llamarles de alguna manera) son unos grandes aficionados a esta cocina. La que le gustaría a uno comer en su casa cada día, pero sin que tengamos la posibilidad de hacerla por mil motivos. Uno de ellos es encontrar el mejor producto del mercado. En Alkimia “unplugged” se consigue esta excelencia como punto de partida, yendo en busca del producto, esté donde esté, antes de que cualquier proveedor lo ofrezca. Luego viene la manera de “tocar” este producto. Aun recuerdo el rodaballo a la brasa que comí en la otra parte hace 3 semanas. En “unplugged”, imagino que vendrá desnudo, también con todo el colágeno de sus carnes y pieles. Una manera inusitada de disfrutar del pescado, al menos en alta cocina. Para mí, la más valiosa, sin ninguna duda.
Los platos que vamos a ver a continuación pertenecen a las dos comidas que he podido hacer en la zona “unplugged”. Solo repetí el gazpacho (4€). Me parece perfecto en su elegante textura pero con una cañera rusticidad gustativa. Hacía tiempo que no comía(o bebía) un gazpacho que fuera simplemente esto: un gazpacho, y que no fuera de cerezas, de fresa, de remolacha, de aguacate etc…
Ensaladilla de patata, ventresca y huevo mollet . Le faltaba un poco de fuerza en el aliño, aun más después de aquel gazpacho…
Coca de “recapte” con aceite de arengada (5€)
Chipirones a la andaluza
Calamares romana (12€). Creo que aquí no se ha querido buscar el crujiente.
Percebes (23€ la ración). No soy muy aficionado a este producto, pero reconozco que no los había comido nunca de esta calidad y tamaño.
Puré de patata con huevo frito y sobrasada (12€)
Raviolis de pollo rustido y gratinados Jugo de asado. Simplemente brutal. La textura del relleno no tiene la típica consistencia seca de un canelón. Más bien se asemeja a la de unas “rilletes”. Una pequeña emoción por solo 14€…
La langosta (a veces es bogavante como en mi primera visita) me parece, en esta segunda versión, un platazo, que infringe tal vez un poco las reglas de la propuesta “unplugged” (es decir: hacerlo todo lo más sencillo posible) pero cuya condimentación aporta al bicho una plusvalía gastronómica indudable, de la cual sería absurdo prescindir.
Dadidos de tomates, picada de almendra y ñora , albahaca, jengibre, zumo de lima y una finísima juliana de menta.
A su lado un pan empapado de fumet rojo de marisco con una rouille picantita, determinante como contrapunto.
A veces la complejidad es necesaria…
130€ el kilo en el caso de la langosta. Con bogavante hay que contar unos 72€ la ración.
Molleja de ternera asada con puré de patata. Crujiente por fuera, melosa por dentro. El jugo era liviano en su consistencia pero de una profundidad gustativa notable (18€). Un buen jugo es el que tiene, más allá de su fuerza umami, matices aromáticos perceptibles.
Macedonia con sorbete de cítricos (9€). Un tipo de postre sencillo que echo de menos en muchas cartas.
Ciruela reina Claudia, granizado de kirsch, sorbete de melocotón, puntito de choco blanco al laurel
Crema catalana (excelente pero con textura más cerca de la natilla). Se agradece que el disco de azúcar quemado no ocupe toda la superficie.
Y para culminar la segunda de estas dos comidas, el soufflé de cítricos. Sencillamente irreprochable.
Según lo que se elija de la carta, se puede comer por 50€ o 120€ (sin bebidas). Parafraseando a Lidl: “La excelencia NO es cara”
Para los que quieran tomar vinos a la copa, contad con la sommelier Marta Sánchez para aconsejaros. Sabe lo que busco : ¡1 vino, uno! que me guste y que acompañe toda mi comida.
ALKIMIA “Unplugged”
Fábrica Moritz
Ronda Sant Antoni nº 41
93 207 61 15
Sábado y domingo cerrado.
(Louis 1956 abierto domingo mediodía)