Mejorable….
En el último número de la revista Chefsbook, hablo de los congresos y de la nueva moda que consistiría en criticarlos. El título que se puso al artículo es un poco ambiguo “Lo que toca en estos momentos es atacar a los congresos”. Fuera del contexto parece una exhortación a la crítica encarnizada. En realidad, lo que pretendo es exactamente lo contrario. Criticar los fallos, sin duda, pero valorar positivamente los eventos.
En el caso de BcnVanguardia, no me gustaría mezclar mis criticas con otras consideraciones que muchos conocemos ( el cambio efectuado en la organización del congreso que pasó de GSR a Caterdata, cambio por los motivos que sea, tal vez crematísticos…). Pero es cierto que el evento ha decepcionado a algunos y la asistencia ha sido bastante irregular.
No sé si los cocineros están dispuestos a pagar en estos momentos difíciles importantes cantidades de dinero y ocupar tres días de su tiempo para ver demostraciones de cocina más o menos simpáticas y escuchar debates, algunos interesantes, no lo pongo en duda, mientras se reparte un catering de bajísimo nivel “gastronómico” para que la escasa concurrencia no abandone la sala a la hora de la comida.
Todo esto obliga a repensar lo que tiene que ser BCNVanguardia en el marco de este macro salón totalmente “agastronómico” que es Alimentaria.
Imagino que se pensó en el momento álgido del gran movimiento de renovación de la cocina española y de la euforia económica que lo rodeaba. Hoy las cosas han cambiado, como lo explico en mi artículo de Chefsbook, y hasta el nombre del propio evento parece desfasado.
No tengo soluciones que aportar, lo reconozco, pero sí podría expresar algunas ideas que harían más atractivo el evento. Para empezar, su financiación no podría en ningún caso depender de la contribución de los asistentes. 260 € para 3 días o 120 € por un día son precios excesivos en la situación que están los jóvenes profesiones de la hostelería (muchos en paro, y son justamente los que tendría tiempo de acudir los 3 días).
Se tendría que retomar la idea de las degustaciones para todo el mundo. No tiene sentido que se hagan de manera improvisada como en el caso del cocinero de Singapur.
La cocina sólo se puede entender a través de la experiencia gustativa. Si se traen cocineros como los del restaurante Gaggan (una de las ponencias más interesantes del congreso), el público tiene que llevarse el recuerdo de los sabores indios, en este caso pasados por el filtro de lo que caricaturalmente se llama “cocina molecular”. Su polvo helado, que tuve la ocasión de probar furtivamente, me demostró, por su intenso sabor, que esta cocina podía tenía mucho interés.
Tampoco tiene sentido que los horarios de congreso se extiendan desde las 10h30 hasta las 19h30. La interrupción de 2 horas para la comida no se cumplió por los retrasos acumulados y la asistencia no podía hacer otra cosa que desaparecer y reaparecer en cada momento, huyendo del tedio o del nefasto catering.
¿Por qué no organizar comidas de trabajo de buen nivel, donde se podrían degustar productos de calidad de empresas interesadas en promocionar sus productos ante un público “gastronómico” de hostelería y de prensa.
Sergi Ferrer (ex Libentia y Ca la Nuri) con Stephan Winter, los cocineros de la empresa Sosa.
Sosa lo estaba haciendo en su stand…y lo hubiera podido hacer a lo grande en la sala de BCNVanguardia. Otro día hubiera podido ser la cata de queso y sus maridajes de “España País de los 100 quesos” de Enric Canut (también se estaba presentando en su stand). Es decir, hacer que lo más interesante de Restaurama o del salón penetre en el recinto de BCNVanguardia, con sus degustaciones, haciéndolo realmente atractivo, útil y divertido para los jóvenes profesionales de la hostelería.
Sólo con estas aportaciones (comidas, degustaciones etc) se podría justificar los precios de las entradas y plantear un evento en que el discurso gastronómico (el conocimiento) se pudiera apoyar en lo que realmente lo sustenta, es decir el placer de comer.
Si no, los profesionales seguirán el desarrollo de las ponencias por la web www.tasteonomy.com y se ahorrarán los largos viajes en taxi y los interminables pasillos del salón.
¿Nos atrevemos a proponer un producto realmente atractivo, útil y divertido?
a mi idea Bcn Vanguardia a sido una apuesta fuerte por girar el rumbo y apostar por gente nueva, es verdad que los Santos y Gsr team están en horas bajas, sus elevados caches hacen que mucha gente se plantee contratarlos.
A mi gusto la apuesta de Catedrata era intersante, ellos cuentan con una agéncia de cheffs en la que se encuentra gente como Jordi Cruz, Martin Berasategui,…., tienen la experiéncia de el concurso cocinero del año, las intenciones eran buenas, por lo que se vio por otra banda gente de Gsr quiso boicotear el congreso atraiendo la atención hacia otros sitios que no fuera el congreso, eso lo veo de típica rabieta de niño pequeño.
lo mejor de la gastronomía, San Sebastián, están en horas bajas, no sucede lo mismo con Madrid y Girona.
Yo no quiero entrar en este tipo de conflictos. Publicaré todas las opiniones, mientras sean respetuosas en las formas.
Es cierto que se ha hecho un esfuerzo por hacer algo diferente (ponencias didácticas de Alicia, debates sobre las escuelas de cocina, la gastronomía en los medios audiovisuales con Pepe Barrena etc) pero quedan muchas cosas que mejorar al nivel organizativo.
y ningún control en la entrada situada al lado del escenario…La gente del salón podía entrar sin problema.
Totalmente de acuerdo contigo philippe….sobretodo la calidad de la comida dentro del recinto ferial,la casi imposibilidad de comer bien sin tener que molestar a los “amigos cocineros”…los horarios de las ponencias,el pago de 120 euros diarios etc…esperemos que en la prosima se tengan en cuenta todos los detalles hasta poder confeccionar una propuesta mas lograda.