Lo que hubiera dicho simplemente en un tuit, pero no cabía…
¿Qué necesidad tengo ahora de contaros mi cena de ayer en la barra de Dos Palillos? Tal vez el habitual tuit de rigor hubiera sido suficiente.
Pero un tuit es demasiado fácil e impreciso para reflejar un pequeño momento gastronómico.
Además en un tuit parece que suele estar “permitido” insinuar lo negativo, el pequeño problema de cocción, de sabor o de textura. Todo esto se tiene que explicar en un post.
Aunque no vaya a contar nada nuevo, ni nada importante, siempre vale la pena explayarse un poco más.
Solo dos platitos fallaron ayer en mi menú-degustación improvisado, y confeccionado a medida por mi, pero he disfrutado tanto con el resto de la cena que he querido explicarlo aquí.
Si volviese mañana no pedirías
los mejillones con codium
(demasiado codium), bivalvos muy pequeños y recocidos y con un aire que se queda en el fondo del plato. Vi pasar estos mismos mejillones en nigiris y tenían una pinta estupenda. Más grandes y más jugosos.
Nunca puede faltar
el cangrejo real frito en rebozado de panko y shichimi
De la misma manera son casi imprescindibles los
dumpling de langostinos
con un envoltorio finísimo. Son un hit de esta carta de la barra.
De alta cocina era
el bogavante entibiado con aire de wasabi
que aquí sí, perfuma con su leve toque de picante.
Esta vez
las espardeñas con huevas picantes de bacalao (mentaiko)
tenían un ligero amargor provocado tal vez por un salteado demasiado agresivo. Un bocado que suele ser increíble cuando no ocurre este pequeño accidente.
Muy correctos
los xiaolongbaos de cerdo ibérico
aunque sin llegar al nivel de los dumplings de langostinos.
LA PAPADA cantonesa
¡El plato estrella! la pieza entera se va caramelizando lentamente encima de las brasas, a la vista de los clientes.
Se suele servir sola pero la pido encima de un bol de arroz de sushi. Es el acompañamiento perfecto.¡¡ Os lo recomiendo!!! La ligera acidez del arroz , originada por su toque de vinagre, aporta ese agradable contrapunto al dulce-salado de la papada. Le suelo añadir la gota de salsa de soja que me queda aun en el fondo del pequeño ramequín : resto del aliño de los dumplings que me gusta aprovecgar. En ese momento de la degustación, me gustaría estar solo y aislado del mundo, como cuando los gourmets de antaño se tapaban la cabeza con una servilleta para degustar clandestinamente los tan preciados ortolanes.
Pero si queda aun un poco de apetito (seguro que sí ya que esta cocina , en el fondo, es tan ligera…), recomiendo
la presa ibérica a la brasa con su kimchi
carne melosa con una deliciosa y picante col fermentada que hace una estimulante limpieza del paladar antes de los postres.
Y no son postres cualquieras. ¡Felicidades a la pastelera!
Mochi de higos con caramelo de canela
(Lleva otra cosa en la base que no recuerdo). ¡Delicioso!!
Sabe a muy poco! Algunos postres podrían ser algo más abundantes. y recomiendo pedir dos. En este caso del mochi, con solo un poco más de volumen, se podría apreciar mejor la textura mágica de esta masa de arroz.
Y casi siempre repito
los buñuelos de chocolate con jengibre
¡Qué textura! ¡Simplemente la perfección!
Dos postres que culminan la cena.
Solo os quería contar esto… No es nada nuevo. Muchos de vosotros conocéis la cocina de Dos Palillos de Albert Raurich, pero de vez en cuando hace falta recordar lo que tenemos al lado .
Y por si fuera poco, el espectáculo de la brigada con Takeshi Somekawa al frente. que se aprecia mejor desde la barra baja interior. Una multitud de cocineros y camareros que se mueven, en un espacio muy reducido pero sin sensación de agobio para el cliente. No hice la foto adecuada, pero hubo un momento que esto parecía el camarote de los Hermanos Marx al cual se hubiera puesto orden. ¡Grandes!
Vinos como los que me gustan, a la copa, interesantes como el Sílice de la Ribera Sacra (invitación).
Abre a las 20h. Es la mejor hora para encontrar sitio en la barra alta de la entrada, que va sin reserva.
Dos Palillos
Barcelona
Casualmente, ayer comimos estupendamente en esa barra, a pesar de un pequeño (y perdonable) desliz. Un lujo de barra.
Como había un hueco en la barra de dentro, pude cenar un poco más cómodo.
Cuál fue ese desliz?
En mi caso los mejillones y las espardeñas…
No fue un desliz sino un error: los xiaolongbaos de cerdo ibérico contenían vinagre en lugar de caldo de jamón ibérico!!!. Nos los comimos (solo había dos por barba) y apreciamos un toque como de chucrut pero al comentarlo después, les extrañó, probaron uno, se dieron cuenta del error y los retiraron de la carta. No pasa nada, tampoco estaban malos, la verdad. pidieron disculpas y no los cobraron. Una anécdota sin trascendencia.
Por cierto, los mejillones de los nigiris eran súper.
Ahora q lo dices, también les encontré un toque ácido , por eso digo en el post q “correctos” sin más.Pensé q no los volvería a pedir.
Solo comenté lo de los mejillones secos y las espardeñas amargantes.