“ YUBARI es un viaje gastronómico a través de los cinco sentidos. Una experiencia exclusiva que nos transporta, en pleno centro de Barcelona hacia la tradición y la vanguardia, la alta cocina japonesa y la coctelería orgánica de autor”
Esto es lo que reza el dossier de prensa anunciando, con tono tal vez un poco hiperbólico, la recién apertura de este nuevo espacio, situado en la Diagonal barcelonesa .
Efectivamente, el interiorismo es bastante efectista y puede ayudar a atraer una cierta clientela de alto nivel económico, fácilmente impactada por este tipo de local. Vegetaciones verticales en cascadas en las paredes, representación de un fondo marino evocando la isla de Hokkaido, columnas en forma de enormes troncos, paredes de la sala de abajo cubiertas con pan de oro etc. No se ha escatimado con la espectacularidad del envoltorio.
Los precios también se anuncian en consecuencia. El ticket medio será de unos 70 € y el menú-degustación a punto de proponerse rondará entre 70 y 100€.
De entrada diré que los tres puntos fuertes de esta nueva propuesta son
1) Los cócteles a cargo del bartender Gegam Kasarian. Excelente el “saketini” (por el símil del “martini”) con shiso, citronela, jengibre y flores de uva cabernet, merlot y uniblanc.
2) Los nigiri. Muy buena ventresca y maki de anguila y pepino.
3) Los postres. Y esto sorprende más. Es un apartado que siempre se ha dejado de lado en este tipo de gastronomía. En este caso , Mario Ubieto, el pastelero proviene de Dos Cielos, y con su ayudante acumula varias estancias en sitios importantes con Oriol Balaguer o Christián Escribà, entre otras casas. Se nota en el buen nivel técnico de los postres .
Me gustó mucho el Amor del Mediterráneo, con crema de vainilla, bizcocho micro de tomate, sorbete de tomate y frambuesa.
También El Jardín de Cuba con esferas de chocolate, avellana, té.
O el postre de yogur, coco y yuzu
Dentro de la parta salada : correcta selección de sashimi.
Buena la berenjena con miso, presentada de otra forma de la que conocemos en Shunka.
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Ricas las gyozas de gambas con salsa ponzu.
Evitable la sardina con ume shiso, bastante seca.
Tempura de setas japonesas. Una tempura más bien heterodoxa, que recuerda más nuestro rebozado patrio.
Foie-gras con chutney de yuzu sobre arroz planchado.
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Buen bacalao negro con saikyo miso. El mítico plato de Nobu. Correcto sin llegar a ser el de Roka de Londres…
Vieiras, con mantequilla de wasabi y erizos . Inapreciables ambos.
Como lo hemos dicho antes: una excelente selección de sushi.
Panceta, que se anuncia con sansho fresco y karashi (mostaza japonesa), de textura un poco recia.
Desigual el solomillo de ternera con risotto (sic) de trigo sarraceno. Trozos correctos, otros correosos.
Evidentemente soy perfectamente consciente de la insuficiencia de mis comentarios. Sólo he querido transmitir unas primeras impresiones sobre este nuevo local. Puntos positivos, fallos también, tanto de un punto de vista de un paladar de aquí como , en el caso de la tempura, de la ortodoxia culinaria nipona.
Uno de los puntos fuertes de esta comida en Yubari ha sido sin duda la compañía impagable en la mesa de Roger Otuño de la web ComerJaponés.com. Para los lectores que desean unos comentarios perfectamente documentados sobre los platos, recomiendo fervorosamente la lectura de su próximo post sobre este menú.
YUBARI Restaurant
Diagonal 339
93 348 40 73
Tuiter @yubarirest
Hola Philippe,
Entre paredes revestidas de pan de oro, para mí, el verdadero lujo fue volver a compartir mesa contigo e ir comentando cada plato.
Estos días voy muy liado con los últimos preparativos de los talleres de gastronomía japonesa en el XX Salón del Manga de Barcelona, pero en cuanto pueda ponerme, recojo el guante y prometo escribir mi reseña con mis impresiones.
Las espero impaciente!!
Lo prometido es deuda. Aquí va mi reseña particular sobre el nuevo Yubari
La leo ya!
otro bluff de comida tecnoemocional quizás?viendo las fotos y el concepto de local quizás lo que busquen más sea la gente guapa y vender muchas botellas de champagne del bueno, la gente que quiera comer japonés bueno seguirá iendo a Shunka, Yashima,… a mi gusto a primera vista de los platos no desenbolsaría tal cantidad para comer en tal sítio, el solomillo parece una bola de pasta pegajosa con trocitos de chicle por encima y para pegarlo aún mejor algun brote de germinado que se ha caido por ahí, cortes de sashimi iregulares y poco límpios, lo único que hace buena pinta el sushi.
Hay efectivamente una sala abajo de experiencia sensorial! Compruebo una vez más que el palabro “tecnoemocional” sólo se puede utilizar para casos de cocinas pretenciosas que pretenden más que consiguen “emocionarnos”.
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