Libro sobre carteles modernistas de Daniel Giralt-Miracle. Recetas de CARLES GAIG y David Heras, y fotos de Francesc Guillamet
Heras, Gaig y Giralt-Miracle
Ayer se presentó en la Fonda Gaig un libro que trata sobre el cartelismo modernista del final siglo XIX y de los comienzos del siglo XX, basado en la temática gastronómica. De hecho, estos carteles fueron las primeras expresiones artísticas publicitarias de la historia. Interesantes textos de Daniel Giralt-Miracle los que versan sobre todo aquel movimiento que tuvo sus precursores en Jules Chéret y Henri de Toulouse-Lautrec , pero que llegó a tener mucha relevancia también en Cataluña, con nombres como Ramón Casas o Antoni Utrillo. Se pueden ver en el libro 30 carteles sobre anises, cervezas o los primeros aceites de oliva vírgenes de oliva comercializados.
Para ilustrar gastronómicamente todos aquellos productos, el libro cuenta con la aportación de otras tantas recetas de Carles Gaig y de David Heras (cocinero del balneario de Vichy Catalán, cuyo grupo es patrocinador del libro). Recetas en la línea de una cocina moderna golosa, magistralmente fotografiadas por el maestro Francesc Guillamet, colaborador habitual de esta colección, que cuenta ya con libros con tándem tan prestigiosos como Santi Santamaría y la literatura catalana, Joan Roca y menús inspirados en fragmentos de música clásica o Xavier Pellicer con obras de arte de la pintura universal.
Hilos de unión un poco débiles que intentan aunar, aunque sea con calzador, arte con cocina. Una obcecación bastante generalizada últimamente…
En el caso de este libro, me parece que el tema del cartelismo modernista gastronómico tenía ya, de por sí, bastante entidad como para ir por su lado.
Sin hablar de un libro de recetas de Gaig que siempre despertará una gran expectación en el público.
Forzando un poco, se han juntado las dos propuestas. No es nada grave. Disfrutaremos igualmente del este libro…
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Cap-i-pota de 10. Jugosa tortilla de “carn d’olla”, ostras al natural, sabrosas croquetas, bacalao con las mantequillosas judías del ganxet, brutal también el pincho de atún en costra de oliva negra…
Y de paso, disfrutamos de un “esmorzar de forquilla” (o desayuno de cuchara) con platitos de La Fonda Gaig, en un espacio que ha experimentado un pequeño lifting en el interiorismo , para acoger la nueva propuesta gastronómica que proviene del antiguo restaurante del hotel Cram. Se ofrece ahora al cliente las dos cartas: la de cocina más tradicional y su pequeño menú- degustación y la de cocina más actualizada, con un menú más largo y estrecho, que se iba ofreciendo en el antiguo restaurante Gaig. El cliente puede jugar , si lo desea, a combinar platos de ambos estilos. Carles me pregunta “Qué te parece?” y le contesto sin dudar que me gusta esta fórmula. Estoy cada vez más en contra de las barreras entre estilos culinarios.
Hace 3 años que no como en la Fonda. Los platitos que degusté ayer me han despertado otra vez las ganas de visitar este restaurante. Y ahora con más motivo, después de estos recientes cambios.