Bigas partiendo litúrgicamente el pan con las manos
Ayer el cineasta Bigas Luna, gran aficionado a la gastronomía, y el productor de jamones Eduardo Donato, presentaban en el Hotel Omm, un jamón ibérico de bellota de lo más exclusivo. Se anunciaba como el mejor jamón del mundo. 100% ecológico , proveniente de la Dehesa Maladúa en Sierra Morena, de un cerdo ibérico de raza “Manchado de Jabugo”, en peligro de extinción. Una producción de sólo 62 piezas únicas vendidas al módico precio de 4100 €.
Crecimiento lento con alimentación totalmente natural. “Más que ganaderos, somos silvicultores” dijo Eduardo Donato.
Lo degustamos con un pan ecológico del horno Barcelona-Reykjavik.
Muy bueno, pero no mejor que un Joselito…
La degustación estuvo acompañada por una de las primeras cosechas del vino producido por Bigas. Me gustaron las reflexiones de Bigas sobre la limitaciones de la maltrecha “democracia”. habría que empezar a hablar de “biocracia” . Y empezar a tener mano dura con los que destruyen medio ambiente y tejido social. Publicar las caras en la prensa de los “depredadores”, sería un buen comienzo, dijo el cineasta.
Este vino se vende en su tienda de productos que el cineasta tiene en Torredembarra (Tarragona): “Pan, Vino y Chocolate”.
Con el apetito despertado, bajé hasta La Pedrera de Gaudí para visitar su nuevo restaurante situado en el primer piso. Allí, acompañado de una amiga periodista , degustamos unas medias raciones de una cocina catalana inspirada en ensaladas de Ignasi Domènech, cocina barcelonesa italianizante
( malos los canalones) o
del libro del Sent Soví, como esa salsa de mostaza dulce que acompañaba un decepcionante roast beef ( hasta mal cortado).
La escalibada más sosa que se podía imaginar…con una caballa seca.
Se salvó el arroz meloso de setas y calabaza. Bastante bueno.
Se agradece la presencia de embutidos de Els Casals en la carta.
La bella sala del restaurante es un magnífico escaparate para los miles de turistas que van desfilando por esta casa. Sería conveniente cuidar un poco más la cocina para que los turistas, no siempre bien informados y bien dirigidos en este campo, no se lleven un mal recuerdo de nuestra gastronomía.
Jolin, quina pena, jo el tenia a la meva llista de pendents per la incalculable bellesa del lloc, però veient el que hi ha probablement passi una tarda i faci un café!
O un plato de embutidos de Els Casals…
Tota la raó!