
A las 14h15 recibo una foto de un amigo que me envía la de los guisantes de BODEGA 1900. A las 14h45, estaba sentado en su mesa. Hacía días que le daba vuelta a la idea de volver a esta taberna acordándome de los guisantes con tripa de bacalao de mi visita del año pasado. Este año van con setas (“rossinyols de pi” o agujas de monte) y están al mismo nivel que los del año pasado. Esta vez con ese aroma a sotobosque que le sienta de maravilla. Pero sobre todo con la cocción perfecta. Sí! Cocción! Es así como se saca todo el sabor de un guisante. Solo los “lágrimas” se dan crudos o con un ligero toque de calor. El resto, se cocina.(“Pèsols estofats”, de toda la vida) . Y el resultado es esto: un plato de cuchara superlativo.
Solo pensaba comer y hacer un pequeño tuit, pero 1 año después de mi última visita, me apetecía recordar que esta taberna es de lo mejor que tiene Barcelona. Y que Roberto Lechuga (“Rob”), es un cocinero excelente quien ha sabido entender lo que esperaba Albert Adrià de Bodega: una verdadera taberna gastronómica para disfrutar. UAhí encontramos platos que esconden , detrás de una aparente sencillez, la deliciosa excelencia que a veces ni se encuentra en restaurantes con estrellas. Y esto es lo que me fascina de este sitio (y de algunos sitios más parecidos en Barcelona). Es esa excelencia que avanza tapada, disfrazada de anodina sencillez. Hasta desnuda como esos erizos sin nada. ¡Qué producto! Esa alcachofa a la brasa que se funde en la boca, solo con un poco de crema de Idiazabal . Esas albóndigas con tomate (“Qué bones!” como diría el chaval de Mallorca que arrasa en la red y que nos da lecciones de sentido común a todos, al criticar los productos ultra procesados).
Solo a las “llenquetes” con huevo frito (de una fritura impecable), le añadiría un pequeño allioli con pimentón picante. Le daría un poco de punch al plato.
Se termina con la tarta de chocolate del pastelero de Tickets , David Gil. Es de una textura que supera la de L’Ambroisie y más liviana que la de Gresca,(que me gustaba más antes). Hasta los carquiñolis de David alcanzan la perfección. ¿Quién dijo que esta repostería catalana tenía que estar dura como una piedra para ser “auténtica”. Al cocinero “moderno” catalán, de una cierta alta cocina se le podrá ocurrir un día (después de versionar todos los “fosquitos”, “panteras rosas” y “kitkats” que existan) versionar “el carquiñoli” (aunque no esté en su imaginario gustativo regresivo, el de la siempre invocada y cansina “infancia”). Esto ya sería un pequeño progreso. Pero a mí me gusta que uno de los mejores pasteleros que exista (David Gil), se haya planteado en este caso, y pensando que estamos en una simple taberna, MEJORAR el carquiñoli. Hacer de esta tosca (pero entrañable repostería “nostrada”) un delicado y amable snack para el café. Aquí se busca la excelencia, más que sacar inventos y ocurrencias…

Erizos al natural

Alcachofas a la brasa con Idiazabal

GUISANTES CON SETAS

Albóndigas con tomate y patatas pajas

“Llenquetes” con huevo frito

Tarta de chocolate con helado de brandy

Carquiñolis
Para beber, un par de copas de un tinto ligero de 12º de la bodega mallorquina 4Kilos, que me suele gustar mucho.

BODEGA 1900

Las patatas son paja, no pajas…
Cierto ha ha
Pingback: BODEAGA LITO terraza sept 2021 (Barcelona). | Observación Gastronómica 2