10 comentarios el “CENA GELINAZ de KOBE DESRAMAULTS en PAKTA . (Barcelona)

  1. Tuve la oportunidad de asistir a este evento y además coincidir con Philippe. Yo seré menos políticamente correcto. De entrada decir que la experiencia es interesante, conocer otras cocinas sin desplazarte hasta ellas tiene su aliciente, pero como ya todos somos adultos a partir de ahí el secretismo y la sorpresa del menú puede ser “desventajosa”. No entraré a detallar los platos muy bien descritos como de costumbre por Philippe, pero aunque dentro del juego se tenía que aceptar que no se podían aceptar alergias o gustos alimentarios, creo que cabe convenir que no todo es del agrado de todos, aunque aceptamos el juego. El problema es cuando un chef, como era el caso, tiene una afinidad marcada por materias primas, casquería, que por mucho que uno sea un buen amante de la cocina no siempre agradan, y más cuando ello se repite en 4 ocasiones de resultado desequilibrado. Cierto que es el divertimento del chef, pero aparte del experimento los comensales deben pasarlo bien, y creo que para quien no lo eligió si no que le “tocó”, la experiencia no fue de lo mas placentera en todos los casos. Si entramos en ello el callo era de lo más insulso y “achicletado”, el hígado de rape llegó en mi caso con la brasa fría, la molleja de ternera era correcta sin más y los sesos de cordero,que pretendían con su presentación ser provocadores, resultaron insípidos. En definitiva el evento consiguió sorprendernos, pero el chef no consiguió en 4/8 de las propuestas deleitarnos, que es la razón de ser de su oficio, con el agravante aquí de no tener derecho de réplica…. En fin en mi opinión salimos perdiendo con el cambio de chef, al menos esta vez… El tema del intercambio me parece interesante, no conocer al menos la línea del chef puede ser un tanto desilusionante, porque no lo olvidemos de nuevo, el objetivo del cocinero debe ser entusiarmar y agradar a sus comensales no tan sólo sorprender. Por ello claramente creo que por mucha experiencia mediática del evento hay que llamar al pan pan y al vino vino, y nunca mejor que en esta ocasión.

    • Hola Alfred, Todo esto lo hablamos aquella noche en la barra de Pakta. Menos en el caso del callo, en el que coincidimos, reconozco que no estoy del todo de acuerdo. Es cierto que me chifla la casquería. La leche de tigre de remolacha era de una punzante e interesante acidez. La molleja tenía una textura brutal y el hígado de rape ya estaba asado : la brasa era más de atrezzo en aquel momento.
      Tal vez se podía echar de menos algún marisco “noble” para justificar el precio de 140 € pero en parte la gracia era esto: platos de casquería tratados a la manera Pakta…
      Un gran saludo!

        • En mi opinión gran parte del problema radica en la “sorpresa”, que puede ser nefasta y más a según que precios…Insisto en que conocer al chef al menos te da idea de su estilo, no asegura nada cierto, pero es una guía. Los restaurante se visitan en gran medida porque se conoce la línea del chef, y como en otras cosas hay muchos gustos. Creo que a esta alturas esperar que el público simplemente sea espectador y aplauda las, a veces “ocurrencias” (no es exactamente el caso de la experiencia vivida en Patka) del chef, es poco realista.

        • Una cosa es exigir que el cocinero piense en que se trata de cocina (que se come!) y que no se puede hacer cualquier cosa aunque sea en su restaurante, otra cosa es un experimento, con lo que esto conlleva de riesgo para ambos (cocinero y cliente). En todo caso e insisto, la mayoría de los platos del jueves pasado estaban ricos, muy ricos. Los problemas ocurrieron por lo visto en Mugaritz con Faviken…

        • ya, preocupante lo leído acerca de Faviken en Mugaritz…, aunando las ganas de viajar a un país nórdico de mi mujer con mis ganas de ir a Faviken, incluso me había planteado el viaje… todo el mundo lo deja muy bien, pero no sé si realmente merece la pena o nos podemos llegar a pegar una castaña…

        • Lo típico. Los cocineros decepcionan bastante cuando cocinan fuera de su casa. No sé si viste mi experiencia con los platos de Grant Achatz en Marbella. El nivel fue de vergüenza.

  2. Yo mas bien diría que estuvo correcto en general, desigual en alguna de las propuestas y bien en las patatas, y el salmonete. Los postres, en especial el helado de leche con cerezas, acertados mas que alguna de las propuestas principales.

  3. Si Philippe, recuerdo el asfalto de Chicago……., hasta la idea es vomitiva. Achatz me parece mucho espectáculo y poco más ¿Tienes alguna referencia de Fäviken, por lejana que sea?

    • Este chico ha sido el segundo de Pascal Barbot durante tiempo. Algo bueno habrá pillado. La experiencia vale la pena, por lo que me han dicho, también por el lugar y las dificultades para llegar. Sólo un servicio al día me parece que empieza por la tarde.

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