9 comentarios el “Le Restaurant de JEAN FRANÇOIS PIÈGE. (Paris).

  1. Sí que tiene buena pinta pero de todas formas algunos restaurantes franceses empiezan a ser cansinos en su repetición de ingredientes: caviar, espárragos, foie, vieiras…
    Anduve el año pasado un par de semanas por Provenza y la Costa Azul y varios restaurantes eran clones unos de otros.

  2. Estimado Philippe:
    Después de leido el post, sólo sale un grito de mi garganta:
    ¡Basta de interminables menús de micro-bocados extraños y viva la COMIDA!
    Sé que en España, este grito es políticamente incorrecto. El lobby dominate en gastronomía nos impone la sorpresa (a veces desagradable) frente al disfrute; la investigación (¡glups!) frente al deleite; la tecnoemoción (please, somebody stop this!) frente al placer.
    Piège es un fantástico cocinero del que he tenido la suerte de disfrutar en París y en la Bastide de Moustiers (Alpes de Alta Provenza) Su cocina es impecable. Huye del integrismo del kilómetro 0 pero sabe dónde está. Sus composiciones son armoniosas, pero nunca aburridas. Su técnica es primorosa y está al servicio del comensal, no de su ego.
    Siempre he defendico la integración armónica de los elementos de un plato; cada parte de él ha de tener un sentido constructivo (síntesis conceptual y organoléptica) En los platos de Piège parece perderse este destino unificador; y digo parece, porque estoy seguro que en su concepción el chef sí pretende una interactuación de cada elemento. Y además, si no lo consigue, yo se lo perdono porque cada parte es deliciosa.
    Un cocinero como Piège sería imprescindible hoy en el panorama culinario español. Creo sinceramente que Pellicer es el señalado para abanderar esta forma de hacer.
    Por lo demás y como siempre, un placer leerte.
    Salud.

  3. Totalmente de acuerdo con estas reflexiones. Tiene que haber también cocineros que «construyan» platos…
    No estaría mal una ponencia Pellicer-Piège en un congreso….

  4. He estado dos veces en Piège en los últimas semanas y me gustó muchísimo la primera, con un menú parecido al vuestro, y me ha dejado algo más frío la segunda, quizá porque el efecto sorpresa ha pasado y, en ausencia del chef, su segundo se pasó un poco con las salsas. ¡Qué ricos habrían estado mis espárragos sin una inundación de sabayón! En todo caso, suscribo lo dicho por Philippe y me uno a la candidatura de Pellicer.

    Por cierto, Philippe, en tu próxima visita a mi (nueva) ciudad, no dejes de avisar. JM

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