
Después de La Castanya (aquí mi visita de hace 5 años) y My Fucking Restaurant (de nombre un poco “curioso”,: aquí la de hace 3 años), NICOLA DRAGO ya se ha instalado, ya sin más socios (pero sí con la única ayuda en sala y en la bodega de su esposa Anna Pla Cid ), en el barrio popular de la Estación del Norte. Del Raval a Fort Pienc.
Recuperando un antiguo bar de los años 60-70, lo adecentaron como pudieron (¡ cocina es minúscula y el “cuarto frío” es la continuación de la barra!) para ofrecer una carta corta de platillos con personalidad y una lista de vinos naturales.
Propuesta arriesgada para una zona acostumbrada a tapas de pulpo a la gallega y patatas bravas (estas también las tienen en su pizarra, aunque eché de menos las que realizaba Nicola con harina de garbanzos). Como eché de menos también la croqueta de arroz que hacía en La Castanya.
Nicola nunca ha querido hacer cocina italiana al uso, aunque reivindica siempre , al menos a lo bajini, estos gustos o productos que identificamos con “Italia” : sus aliños de pesto, su “bagna cauda”, su burrata que sirve con una excelente ensalada de “puntarelle” (esa achicoria italiana cuyo tallo se come crudo como la penca de un cardo rojo), o esta vez un interesante risotto de espárragos de Gavà fritos , berros y toque cítrico. Pero sigue sin tener ningún plato de pasta en su propuesta, aunque estoy seguro de que le sabría dar su toque propio y le garantizaría un éxito seguro. El risotto, y más al dente como se suele cocinar, no entra entre mis platos predilectos…
Los sabores están presentes, como la perfecta croqueta de bacalao que ostenta las tres cualidades de este tipo de bocado: crujiente, fluidez y sabor. O un pesto de hierbas con jengibre que aromatiza unos mejillones perfectamente cocidos. Solo me sobraron las hojas de patchoi que no aportaban nada al plato, ni se integraban a la degustación.
Lo mismo que en el caso del calamar a la llama con su deliciosa “bagna cauda” que se perdía en un plato cuadrado y resultaba absorbida por un exceso de hojas bastante fibrosas. El calamar con su salsa, en un plato más hondo, hubiese quedado perfecto. Entiendo que Nicola quiera lucir los vegetales que cultiva en su pequeño huerto, pero estas hortalizas se podrían plasmar en un rico minestrone : faltan siempre sopas y potajes en las cartas. Tanto por la degustación del plato (menos es más) como, en este caso, por las limitaciones del espacio de cocina, de las manos que trabajan, y los costes, la sencillez minimalista debería ser una exigencia en la composición de los platos.
Agradable el cannolo, aunque demasiado fluido su relleno y excesivamente dulce, denso y abundante su versión del semifreddo de praliné.
Precios de barrio para una cocina que, más allá de varios detalles por pulir, ofrece una calidad y una originalidad inusitada en esta zona de Barcelona (aunque Nicola me habla con buenas palabras de su vecino de c/Ribes : El Puestu).
Puntarelle con alcaparras, botarga, garum
Excelente aliño. Tallos crocantes y tierno. Una delicia de ensalada!
Ensalada de bulbo de hinojo, tomate seco, cítricos , escarola y ventresca
Sabores más suaves que la anterior pero no menos ricos. Otra buena propuesta para los amantes de las ensaladas diferentes. Nicola las sabe aliñar con buen gusto.
Croqueta de bacalao
Un bocado excelente! Tan fluida y crujiente como una croqueta de Nacho Manzano…
Mejillones con pesto de hierbas, tapioca y pakchoi
Un poco más de tapioca para degustar el caldo después no me hubiera importado. Pero la verdura no aportaba nada.

Coca de Folgueroles
Un pan con tomate sabroso y crujiente, a pesar de parecer “paliducho” en la foto.
Calamar con “bagna cauda” y polvo de algas
Bonita composición pero solo dejaría el cuerpo del calamar con su deliciosa salsa que merece más lucimiento en la degustación. Las patas fritas quedaban algo chiclosas y las verduras fibrosas.
Topinambo en texturas con panceta de Cal Rovira
Con el tubérculo frito, crudo y en velouté
Arroz “vialone nano” con espárrago de Gavà, cítricos y berros
Se agradece el esfuerzo de que no sea carnaroli, pero el punto de cocción (que Nicola accedió a hacerme “pasado”, según él…) sigue siendo desagradable para mi gusto. He llegado a la conclusión de que NO me gustan los risottos aunque estén perfectamente mantecados, como era el caso …

Cannolo

“Semifreddo” de praliné

Una “pansa blanca” muy agradable para esta cocina. Buena recomendación de Anna Pla Cid

Precio con medias raciones. Invitación a café y agua.
CONTRACORRENT
Barcelona