No he escrito nada sobre la desaparición del grupo El Barri, la alianza empresarial entre los hermanos Iglesias y Albert Adrià. Solo he opinado con un par de tuits y cuatro comentarios en un programa de radio. ¿El motivo? Me faltaba (y me sigue faltando) informaciones para poder opinar con más criterio.
He leído de todo en las redes. Desde una desesperación extrema, como si el conjunto de la restauración catalana se hundiese, hasta mensajes curiosos que parecían “alegrarse” de este cierre. Evidentemente ni una cosa, y menos la otra. Después del cierre de El Bulli ocurrió lo mismo en cuanto a lamentos (sobre todo por parte de los que aun no habían podido visitarlo). Pero después llegaron Tickets, Hoja Santa, Bodega 1900, Pakta, Disfrutar (de Oriol, Eduard y Mateo) y Enigma, la joya de la corona, el proyecto personal de Albert. Y fue una década prodigiosa para la gastronomía barcelonesa. Los restaurantes de El Barri + Disfruta+Enigma hicieron de locomotora de toda de toda la restauración de la ciudad.
La crisis de la pandemia ha sido un duro golpe para el mundo entero y para todo el mundo. Tal vez más duro para un grupo grande que para los proyectos “pequeños” que se adaptaron rápidamente a la nueva situación. Eso lo adelanté en mis primeros posts sobre el tema hace ya justo un año. Pero reconozco que eché mucho de menos algunos restaurantes de este grupo a partir del confinamiento. Sospecho que los problemas entre socios venían de antes, y que no hubo voluntad de buscar recentrar la propuesta hacia una clientela más local (un Tickets con una posible gran terraza en su chaflán del Paral.lel hubiera funcionado muy bien sin turistas, una Bodega hubiera podido hacer un magnífico take away y un Hoja Santa (que espero se quede entre las manos de Paco Méndez) también estaba preparado para servir en terraza. Enigma, reconozco que su extrema dependencia de un turista gourmet, hacía complicada una reapertura, al menos con un planteamiento de Alta Cocina a 300€-400€ la cena y sobre todo con sus horarios que chocaban con las restricciones de horarios a partir del 2021. Una maquinaria de este calibre no puede estar abriendo y cerrando constantemente. De allí, en el futuro, la necesidad (creo) de replantear restaurantes con 20 o 25 personas en cocina. Pero mantengo que Tickets hubiera podido tener un horario de almuerzos (exceptuando unas pocas semanas de frío, el tiempo de Barcelona permitió un buen uso de terrazas desde junio del año pasado). Y Pakta hubiera podido plantearse un delivery de sushis y otros platitos japos de calidad, adaptados al transporte: pasamos muchos meses sin poder disfrutar de nigiris de calidad en la ciudad.
Muchos restaurantes de nivel han podido funcionar perfectamente durante estos últimos meses. Hasta Disfrutar se supo adaptar, durante un tiempo, a un excelente delivery.
Reconozco que todo esto se veía desde fuera, pero no sabíamos de la misa la mitad. Aunque algo empezamos a sospechar que la cosa no iba bien. Se apreciaban pocas ganas de reabrir cuando veíamos cocineros que se iban de los Ertes por su cuenta y o montaban sus negocios (Xavi Alba en la Bodega Pasaje, tal vez Juan Carlos García, ex Enigma, con su proyecto en Jaén), o se iban a Mont Bar (Jaume Maraimbo , ex Pakta, y Fran Agudo, ex Tickets). Así que el cierre de El Barri no fue una total sorpresa. Mientras que Enigma, sí que hace por fin totalmente honor a su nombre y estamos ante la gran incógnita de lo que pueda pasar.
Se entiende el cansancio de Albert después de más de 30 años de profesión y su comprensivo desánimo respeto a la incomprensión de Michelin hacia sus proyectos, en particular de Enigma. ¿Pero quién duda de que no quedará de brazos cruzados en los meses y años que vienen? De todo este talento que El Barri supo aglutinar, ¿alguien piensa que se va echar a perder? Nada se crea, nada se pierde, todo se transforma. Y Albert debe estar ahora en una postura de “wait and see”, a la espera de una cierta normalización del turismo. Turismo gourmet, que en mi opinión, tardará mucho en alcanzar los valores de años anteriores. Esto es válido para Barcelona, pero también para muchos destinos gastronómicos en el mundo. (Lo que ocurre en Madrid es un espejismo irreal, éticamente insostenible hasta en el esperpento de los franceses desesperados que la asaltan).
La pandemia tardará en desaparecer “urbi et orbi”. Se crearán varios oasis, tanto geográficos como temporales, entre los cuales se podrá circular con cierta seguridad mínima. Pero la fiesta de la gastronomía global no se vivirá con la misma intensidad. Un oasis como Europa, USA, parte de Asia, Israel (país metáfora de lo que podría pasar en el futuro al nivel global: habiendo erradicado el virus, pero encerrados en su burbuja “segura” y rodeados por millones de personas aun sin vacunar al su alrededor). Con oasis temporales, me refiero a posibles recaídas pandémicas en meses o años que vienen. Ojalá me equivoque. Pero alguien anunció que se había vencido la pandemia en junio del 2020…
Variantes, nuevos virus etc : es la cara oscura de la globalización tan encumbrada desde hace unas décadas. En Francia algunos partidos y movimientos ecológistas empiezan a plantear un tope anual, una limitación de los viajes en avión por persona. Es secretario general de la ONU anunció ayer con gravedad que el planeta está al borde del abismo y de caer en un punto de no retorno. Y sin embargo, desde hace un año, los viajes aéreos de negocio han disminuido una barbaridad (las reuniones de empresa se hacen por Zoom): gran parte de estos viajes alimentaba la alta cocina al nivel planetario. ¿Cuándo y hasta donde llegará la recuperación en este campo? Esta nueva situación (que muchos del sector se resisten a reconocer) debería tener consecuencia sobre esta Alta Cocina de las “nubes” : la que se alcanzaba volando, la de precios altísimos y la que vivía de espalda muchas veces a sus clientelas y raíces locales. ¿Y los consultings multimillonarios que cadenas de hoteles paga(ban) a chefs estrellas internacionales? En estos momentos, algún chef de talla internacional, me comentaba ayer que no hay ingresos en muchos de estos hoteles y que todo está parado, hasta los pagos de sus emolumentos).
Si no entendemos que se tiene que hacer un replanteamiento global del modus operandi del sector de la hostelería (y de gran parte de todas las actividades humanas: industria del automóvil, agricultura, turismo etc), querrá decir que no hemos entendido nada después de este aviso de la pandemia.
Hasta la alta cocina deberá aprender a repensarse en términos de “proximidad” y de “sostenibilidad” ( las nuevas palabras mágicas) para satisfacer una clientela más cercana. Hacer depender una alta gastronomía de un hipotético retorno de guiris gourmets adinerados, no me parece una estrategia prudente. El auténtico reto creativo, en mi opinión, sería este: imaginar una nueva alta cocina bajo criterios de excelencia que huya del exceso y del lujo bling bling. (En el plato, Enigma ya lo había conseguido…).
Aprovechemos este esperado oasis geográfico y temporal que podría significar este verano y los meses siguientes para reflexionar sobre qué alta cocina pospandemia nos podemos permitir. Como siempre, no tengo las respuestas, solo preguntas y dudas .
Hola Philippe,
es triste decirlo pero era de esperar algo así en una ciudad como Barcelona que solo está pensando en el turismo y que ha descuidado al ciudadano de en todos sus aspectos. La ciudad se está tomando su venganza, lástima que de aquí unos meses todo se habrá olvidado y esta volverá a ser la ciudad para guiris que hemos tenido hasta hace un año (incluida la Boquería). Una economía basada solo en bares, restaurantes, panaderías y turismo tiene el riesgo de que pasen cosas como esta. Es duro tener que decir esto pero desde hace un año siento Barcelona como mía, da gusto pasear por la ciudad, ir al Parc Güell sin turistas, manteros, etc. Esto y el toque de queda ha permitido dormir a muchos barceloneses que hasta entonces no podían debido al ruido de las terrazas y a sus incívicos moradores. Me encanta comer y cocinar pero más vivir tranquilo.
Saludos
Lo estaba pensando ayer paseándome por Boquería.Los paradistas q vendías frutas preparadas están un poco desesperados, pero los del barrio ha recuperado su mercado.
Por cierto, observo demasiadas paradas de jamones y charcuería, rémora de épocas pasadas…
Reconozco que no sé que haría yo en su lugar, supongo que el dinero es muy goloso y las personas somo egoístas. Estos paradistas que ahora no pueden vender basura a los turistas lo volverán a hacer después, la Boquería volverá a estar llena de ellos y los de aquí nos asustaremos y dejaremos otra vez de ir.
Lo que espero es q el turismo vuelva pero q sea un complemento más.Pero que todas,las actividades hosteleras y comerciales no se base en el maná exterior.
No es cierto ese mantra de que la restauración en Barcelona estaba pensada “solo hacia el turismo” (sic). Es cierto que había muchos locales cuyos clientes eran mayoritariamente turistas (a los que podíamos acceder también los barceloneses, por supuesto, ¿porqué no?). Pero había (hay) muchos otros pensados y orientados mayoritariamente hacia el público local. Ambos destinos eran perfectamente compatibles, ambos cumplian perfectamente su función y ambos eran necesarios en su momento. Y espero que se recupere de nuevo ese buen equilibrio (más moderado, si cabe) entre dos modelos que pueden convivir prefectamente.
Es cierto! Y no lo digo.No cito los rtes pero Alkimia/Alkostat,Coure,Suculent,Gresca etc etc tiene clientela local.Hasta Disfrutar tiene mucha clientela local.Los rtes del Barri (menos Bodega, tal vez) estaban más depedientes del turismo.En el caso de Enigma, reclamé en mis 2 últimos posts unos menús más adaptados al cliente local.Más cortos, sin todo el recorrido y algo más económicos.Ya teníamos la enigma resuelta y queríamos probar con más facilidad y frecuencia los cambios de carta.
Hola encantadisimo,
sigo tu blog con frecuencia y me ha servido para descubrir restaurantes fantásticos que están “fuera del circuito” como por ejemplo El Canari o Les Voltes, entre otros.
Aparte de esto quería decir que muchísimos restaurantes, desde el más cutre hasta los Michelin, dependían en su mayor parte del turismo. Yo antes era habitual de restaurantes “pijos” y te aseguro que más del 50% de los clientes eran extrangeros. Pero tengo que darte la razón en que puede haber un equlibrio y que normalmente el cliente de estos restaurantes después no va a ir a la Barceloneta a emborracharse y liarla. Lo siento, pero estoy muy sensible con el turismo desmesurado en Barcelona que está haciendo mucho daños en algunos barrios (Barceloneta, Sant Antoni) y espero que la “deslocalización turística” que pretende nuestra desastrosa alcaldesa no provoque el efecto contrario. Yo vivo en el Guinardó y en 18 años he visto una evolución que no me gusta nada.
Saludos,
Carlos
Ojalá nos llegara el virus del sentido común y pudiéramos evitar las decisiones y actuaciones que dependen de los que dicen que se dedican a hacer política. Buena reflexión Philippe, aunque “la cabra tira al monte” o “la naturaleza del escorpión es picar”. Un abrazo
Me olvidé de escribir q la política española sería el último campo en el que se harán reflexiones y rectificaciones pertinentes.La importancia q dedican a la transición ecológica (siempre mencionada de paso y en contadas excepciones), es un buen ejemplo.
Seguidor de siempre de tus comentarios sobre los establecimientos que visitas, siempre interesantes, para nosotros los aficionados, me apasionan más si cabe, tus reflexiones sobre la actualidad, o comentarios históricos, que reflejan la extraordinaria experiencia y cultura gastronomica que atesoras.
No acostumbro a comentar tus reflexiones, pero la atípica y compleja situación actual, me incita a exponer mi pensamiento.
Es cierto que no sabemos de la misa la mitad de la compleja situación del grupo el barri, y por ello, no estoy en situación de opinar sobre su desenlace final,
Si me apetece sin embargo, resaltar la valentía, la capacidad de adaptación, y la visión clara de la situación actual, para mantener el establecimiento abierto, y luchar para defender la viabilidad del equipo, por eso desde aquí, mi admiración para establecimientos de primera línea, que quizás antes también se alimentaban de turistas pero que han abierto para ofrecer su trabajo a la clientela local.
Creo que la gente hubiese llenado establecimientos que era imposible hace dos años ser visitados por clientela autóctona
Para mi pues, mi felicitación entusiasta para locales como Alkimia, Disfrutar, HermanosTorres o el Celler de Can Roca, y otros que no voy a nombrar,, y que han dado vida a su equipo, y posibilidades a aficionados como yo, de disfrutar de su trabajo.
Otros, que han abierto otras líneas de negocio, como. Daviz y su fantástico go xo,
Valoro infinito, está ambición de lucha en estos momentos tan difíciles, sobre todo de estos referentes, que quizás tenian más posibilidades de sobrevivir.
Para el resto del sector si que la situación es realmente dramática, pero los luchadores talentosos seguro saldrán adelante
De acuerdo del todo con lo que escribes!
Pingback: BODEGA PASAJE 1986 abril 2021 (Barcelona) | Observación Gastronómica 2
Aquí un gallego nacido en el 82 que observa….
Casi 39 años y llevo casi 20 años observando cómo mi generación es la primera que económicamente y en términos generales vive peor que la anterior…
Observamos como la curva de nuestro poder adquisitivo, como si la del covid se tratase, se empieza a doblar, a decaer….
Coste de vida disparado, alquileres estratosféricos, cesta de la compra a precio desfasado, luz, agua….
Sueldos congelados desde hace 15 años, en el mejor de los casos…..
Siendo cocinero no economista, solo observo…..
En serio hay alguien del sector que sueñe actualmente, con montar “negocios” no rentables, con estructuras gigantescas, ticket medio desorbitado, vender “experiencias”….
Yo creo que ya está bien de horteradas, el péndulo de la economía y la libertad tocó su tope hace 20 años y ha emprendido el camino al lado opuesto (ejerciendo el covid de catalizador).
Si en algún momento este péndulo volviese hacia el lado de la abundancia, por favor espero que hayamos aprendido algo, menos horterada, más contención, y una mirada más global y de futuro.
Gracias por el post!
Hola Manu! Esto es lo que me gustaría.Un poco de sensatez.Pero muchos amigos me dicen que todo se olvidará y que volveremos a lo de antes.
Reivindico la alta cocina pero algo más de sobriedad en las formas.
Desgraciadamente así será, entiendo que ese carácter excesivo que tanto marca el Mediterráneo, que depende en que zonas raya el horterismo. Nos hará volver al despiporre, al dispendio etc…
En cierto modo, por que hay una suerte de lobby, estructura pseudomafiosilla etc… Que rodea la alta gastronomía, gente que cobra por que alguien de relativo calado escriba sobre un cocinero, etc…
Es bastante indignante ver a gente mediocre actuar como chef stars (a nivel local), por que dicho “chef” paga a.una agencia de comunicación que lo mete a capón en ponencias, artículos, etc…
Es tan difícil trabajar bien todos los días, llenar tu local, que tú negocio sea rentable y la calidad standar, acorde al nivel de precios que te quieras mover?
Por que hay que ser horteras???
Has dicho muchas cosas en pocas líneas.No diremos nombres, mejor no?🙂