


Desde que empezó esta cosa tan absurda del cierre de las terrazas en Catalunya hace ya más de un mes, he ido pidiendo comida para llevar o entrega a domicilio cada vez que he podido. Teniendo la suerte de poder disfrutar de un clima en el que el verano se alarga y el otoño se manifiesta solo en las noches que refrescan, hubiera sido posible mantener estas terrazas al mediodía y hacerlo compatible con el toque de queda de la noche. Pero no se hizo y ha sido un error que ha incendiado aun más al sector que no sabe como enfrentarse a tantas dificultades. Torpeza añadida a las ayudas que no llegan o llegan mal, y un aun tímido uso de los tests de antígenos que Oriol Mitjà viene recomendando desde hace dos meses.
Un sector en el que los más gritan no tienen a veces los mismos problemas que los pequeños artesanos de la cocina, que luchan para sobrevivir. Una “unión sagrada” gremial que no ha sido capaz, ya desde hace unos meses, de proponer soluciones (o medias soluciones) a las administraciones, para salir del paso, con protocolos serios de actuación. Se creyó en junio que todo había acabado y que todo iba a volver a ser igual. Por mi parte intentaba avisar a algunos cocineros de confianza que no dejaran de lado el servicio de comida a domicilio tan rápidamente y que hubiera sido útil crear una cooperativa de reparto controlada por ellos. El resultado son estas comisiones usureras que se pagan a las empresas oficiales (a veces “solo” 15%, si puedes demostrar que haces “alta cocina”, con lo difícil que es, a veces, para nosotros, delimitar cuando una cocina es “alta” o “de bistró”).
Total, el sector se reúne y clama al unísono, pero no veo que se acerquen soluciones imaginativas, más allá de repetir mantras como “los restaurantes son seguros” y “damos gel en la entrada”.
(Solo el investigador Alex Arenas se ha atrevido a proponer un plan para la reapertura de la restauración. Es duro, pero parece serio y este señor no se casa con nadie. Aquí algunas de sus propuestas (el resto está en tuiter) @_AlexArenas ) Al final se anuncia hoy que, además de las terrazas, se permitiría a partir de este lunes 23 de nov, un 30% de aforo en los interiores de 6h de la mañana hasta las 17h, respetando el toque de queda de la noche (que podría durar mucho tiempo). (El artículo reciente de Nature habla de un 20% recomendable y Alex Arenas de un 25%). El gremio ya ha rechazado el plan. Ya veremos lo que pasa de aquí al viernes, día en el que el Procicat y el Govern suelen actualizar las restricciones en Catalunya.
Un restaurante que hubiera podido abrir su terraza este verano es justamente DOS PALILLOS. El otro restaurante de Albert Raurich, Dos Pebrots, lo hizo en agosto y trabajó bastante bien con su pequeña terraza.
Albert pensaba reabrir justamente la semana del toque de queda. Lanzarse en la comida a domicilio era ya inevitable. Son soluciones parciales que se podrá complementar, esperemos, el 23 de noviembre con el permiso de abrir terrazas, justamente ahora que el tiempo se puede complicar y después de un mes de bonanza climatológica perdida para la restauración. Un despropósito.
Después de Bilou (un día antes del toque de queda), Suculent , Disfrutar, GoXO (invitación), tocaba DOS PALILLOS , uno de mis restaurantes favoritos con sus barras (la de los menús y la de su carta más informal). Un lugar entrañable del Raval que depende todavía demasiado del turismo y de los clientes del Hotel Camper, y cuya cocina está aun por descubrir para muchos barceloneses. ¡Ahora sería el momento de hacerlo!
Solo me faltaba su famosa papada cantonesa (que me gusta degustar en la barra sobre un buen bol de arroz) para completar mi apetitoso pedido. Encargando toda la propuesta (una decena de platos) no llegó ni a 100€: ideal para dos personas o bien comida y cena. Solo un plato no me entusiasmó: los boquerones. El resto era excelente. Alta cocina asiática para degustar en casa tranquilamente y a precio razonable. Albert de momento realiza el reparto con su equipo, sin pasar por ninguna empresa de riders (también hace lo mismo Dos Pebrots con Takashi y Adri de Pablo sus responsables. ya al frente del negocio) pero no sé si podrán resistir mucho tiempo esta independencia en cuanto al reparto, que realizan con un pequeño suplemento de 5€. ¡Ojalá!
Algunos de los platos se tienen que acabar “à la minute”. Un pequeño esfuerzo que tiene su recompensa. Todo es fácil de realizar: unos dumplings 3-4mn en la vaporera (más delicados y sabrosos que los del Hakkasan de Londres), la hamburguesa XL al gusto de cada uno en la sartén (un bocado increíblemente goloso, para ensuciarse las manos), y las gyozas doradas un minuto a la sartén, desglasadas con una solución de fécula y tapada hasta que se cuezan con el vapor y se forme, en teoría como un “socarrat”. No me salió, pero estas empanadillas estaban igualmente deliciosas. Al hacer el pedido por whatsapp 696211894 , recibiréis las instrucciones.
Tal vez lo más engorroso es el montaje del temaki al que le sobra un par de toppings (el jengibre confitado y el ajo negro, por ejemplo). Me gustaría que Albert propusiera una buena tabla de nigiris (“sin trabajo”), aunque se aleje de su propuesta fine-dining. Creo que arrasaría.
En fin, solo deciros que estoy salivando mientras escribo estas líneas.
¡Excelentes postres!
Tenéis los horarios para comandas en la Web
La comida:


Sabai Matah de boquerones
Coco, limón, cilantro, chile, chalota


Navajas estilo Thai
Sala curri rojo, cebolla, hierbas


Temaki de ventresca de atún
nori,salsa soja jengibre, wasabi,umeboshi,ajo negro, ykura (huevas de salmón), jengibre confitado.


Pollo karaage , salsa nambanzuke

Pastel de té matcha
La cena:

Gyozas de cerdo ibérico

Dumplings de langostinos



Japoburguer
Pasar el pan por la sartén en la que se está cocinando la hamburguesa durante 2 mn.


Galleta taiwanesa de piña
Sablée impecable con confitura de piña al anís. No le vendría mal una crema inglesa.

Philippe,
Hablas de que el restaurant Dos Palillos no es muy conocido por los Barceloneses, al igual que Dos Pebrots y Succulent (Y otros) están ubicados en el Raval.
Nos sorprende que muchos barceloneses no vayan al Raval? No es algo nuevo, es algo que se produce desde hace varios años. De hecho diría que la mayoría de barceloneses lamentablemente no se atreven a ir al Raval.
El ambiente general del barrio por el día pero sobre todo por la noche da miedo. La sensación de inseguridad es abrumadora. De hecho digamos la verdad de una vez, es peligroso.
Narco pisos, menas magrebíes dispuestos a robar a turistas o locales, últimamente también los mismos menas especializados en relojeros si tu reloj parece caro no dudan en asaltarte y apalearte para robarlo. A parte de la delincuencia y el peligro físico personal que conlleva, no nos olvidemos de los lateros pakistaníes, manteros, la basura por las calles, el característico e impregnante olor a orín, etc…
Se imagina alguien, exagerando pero no demasiado, una cena romántica con su pareja bien arreglada, teniendo que pasear por esas calles sin guardaespaldas para evitar que te roben? Sólo es posible con taxi/úber de puerta a puerta?
La cena será deliciosa, pero el riesgo a la integridad física es muy alto.
Son templos de la gastronomía que para acceder a ellos se ha de pasar “casi” por una zona de guerra.
Las cosas sólo empezarán a cambiar si todos/todas denunciamos la realidad del día a día continuamente.
Saludos!
Desgraciadamente es lo que pasa en este barrio, aunque lo pintes tal vez demasiado negro.
Están los hoteles Camper o Barceló Raval.Ca l Isidre también.
Los hermanos Adrià vienen en este barrio.
Sería cuestió de voluntad política para hacer que mejore.
Saludos!
Hola Philippe,
la semana pasada pedí el menú para dos a 2 Palillos. Aunque no estaba mal, no compensa pedir este tipo de comida a domicilio. Si lo que se quiere es cenar tranquilo sin complicarse la vida viendo una película esta no es la opción. Casi todos los platos deben prepararse, uno no es un profesional, se pierde la “magia” de comer en el restaurante, cosas que llegan destartaladas (navajas, boquerones con la leche de coco como la cera), etc. Repito, no es que estuviera mal del todo pero…sinceramente disfruto mucho más con el pedido que hago cada cierto tiempo a un japonés de barrio y en el que no tengo que complicarme la vida. Pienso sinceramente que la “alta gastronomía” no está pensada para el delivery por mucho que te envíen 200 tuppers y un libro de instrucciones. La alta cocina es para comerla en el restaurante.
Hola Carlos! Has leído mi post en el q critico la complicación de ciertos platos como los boquerones (no lo recomendaba) y el temaki. En cambio pedía la papada con arroz, que sí podría ser un plato para comer más facilmente.