Gresca , el sabor de la elegancia
En la foto de abajo en el centro Carles Morote, jefe de cocina de Gresca.
En la foto de arriba, lo que quedaba del equipo a la 1h30 de la madrugada…
Hace 13 años que visité Gresca por primera vez. Ese pequeño restaurante estaba abierto desde hacía semanas pero estaba vacío. Ahora puede que sea el restaurante que más guste en Barcelona, al menos a la gente del sector y la zona del bar está llena cada día de la semana.
Tiene el ambiente bullicioso de un neo bistró de París pero con un nivel gastronómico mucho más alto.
Para los solitarios lo ideal es comer en la barra de la cocina. Asientos confortables y extracción de humos impecable para poder presenciar el trajín de los cocineros.
Rafa Peña decidió hace unos 3 años coger el local de al lado y ampliar su negocio. Una misma cocina para dos propuestas, la de siempre con sus dos menús degustación y abierta de lunes a viernes, y la más informal, la del Bar, abierta cada día.
Rafa ha construido por fin el restaurante de sus sueños, basado en una cierta visión de la cocina, cercana y directa, propia de la informalidad de un bar de vinos, pero es muy normal que los clientes habituados del bar pidan algunos platos de la parte gastro. Todo igual de excelente. Las nuevas clientelas buscan esa excelencia culinaria pero rehúyen de las etiquetas de “alta cocina” al uso. Solo se pretende disfrutar en la mesa.
Para atender a las 50 o 60 personas por servicio, hay que ir al grano y no entretenerse en florituras. Lo importantes son los sabores.
Esta propuesta es difícil de entender para Michelín ya que no encaja en ninguno de sus formatos pre establecidos binarios (algo desfasados con la realidad) : o alta gastronomía de estrella o bistró gastronómico tipo BibGourmand.
Sin embargo cuando la cena empieza con
un flan de dashi con salpicón de cañaíllas y tomate
como el de la otra noche, uno se queda pensativo y se imagina cenando en un dos estrellas. Aunque no esté en la carta del bar, os recomiendo que lo pidáis sí o sí. ¡Simplemente maravilloso!
Las gambitas de playa con puré de coliflor y jugo de curry
¡Deliciosas! Solo me sobraban un poco tanta cantidad de avellanas concassés.
Cangrejo real sobre tostada de nata reducida
Como un toffee salado.
¡ Soberbio! No hace falta que vayáis a Faviken (que por cierto cerrará pronto…). Este plato también se puede pedir, aunque no esté en la carta del bar. Lo que no sé es si estos platos del Gresca Gastro son disponibles los sábados y domingos, días en los que el gastro cierra. Para asegurar, lo mejor sería ir dierctamente al menú-degustación del Gresca Gastro…
Las que sí están son en la carta del bar son
las tripitas de bacalao con espárragos
Un guiso pensado para degustarlo con cuchara, no para que el espárrago se muestre estirado en un plato rodeado de cuatro flores. Lo goloso primero.
Para los amantes de la casquería, no hay que perderse
La brocheta de hígado de ternera lechal con kimchi
Otra delicia, con su punto de cocción rosado.
Menos sabroso, aun más después de la potencia de los platos anteriores, fue
el rodaballo con un caldo liviano de suquet
y otra vez unas avellanas concassés que no sabían muy bien qué función se les asignaba, a parte de su aportación crocante.
Encuentro muchos platos con avellanas partidas por la mitad últimamente…No pasa nada: Algo querrá decir si las ponía ya el gran Michel Bras hace 25 años para acompañar un plato de espárragos verdes.(Y ya me molestaba su excesivo protagonismo por no estar más picadas).
Volvamos al sabor con
la molleja, rebozuelos, puerros tiernos y una demi-glace espectacular
Los jugos de carne siempre han sido un punto fuerte de la casa. Y la molleja, ahora de ternera lechal está mejor que nunca.
Últimos bocados salados con
la codorniz de Bresse a la brasa, en “crapaudine”
y su laqueado cantonés.
De vosotros, tampoco me la perdería…
Esta vez prescindí del pastel de chocolate para probar
la tatin de albaricoque con helado de vainilla
Simplemente correcta pero agradezco el esfuerzo por poner un postre con fruta de temporada. Poca presencia visual del postre en la foto (era media ración, imagino…)
Pero el gran hobby de Rafa son los vinos (y si son naturales mejor). Sergi Puig , su sommelier de hace años, ha vuelto después de una estancia en la Borgoña. Me propuso un Syrah de Mallorca, ligero y fresco de solo 12º : Moteur Pistache Rosé. La felicidad de tener delante este vino (en este caso con algo de sulfitos), en una cubitera, y de poder servirme poco a poco a mi mismo no tiene precio…Un vino de sed ideal para el verano.
En este menú improvisado que me hizo Rafa, acabo de contar 7 platos que podrían estar perfectamente en un dos estrellas. ¡Diría más! Ojalá se pudieran encontrar platos así en muchos restaurantes estrellados. Y ahí lo dejo…
Y todo este éxito se consiguió sin agencia de comunicación, solo con el boca a oreja…
Ni tienen página web.
GRESCA
c/ Provenza nº 230
Barcelona
Creo que Gresca (y Gresca Bar) son los restaurantes con ambición gastronómica que más veces he visitado en Barcelona.
Aunque el nivel culinario es el de siempre o incluso mejor, hay que poner el bar en perspectiva.
La carta de vinos ha pasado desde la apertura del bar de ser una auténtica ganga a ser relativamente cara. A poco que se beba con un poco de alegría y no se coma como un pájaro, no es raro entrar en cuentas de 80-100 euros.
Lo cual no me importaría, pero estamos hablando a menudo de comer en un pasillo, en un taburete en una barra mínima. El aforo lo revientan y se ha convertido en un lugar MUY incómodo (hablo siempre del bar). A favor de “encanallar” la alta cocina, pero por 80 euros la confortabilidad no puede irse al terreno de una Cova Fumada (exagero, pero tampoco mucho).
Éste es un comentario que creo comparto con varios aficionados.
Claro que uno siempre vuelve, porque lo que ponen en el plato no lo da nadie en España (ni fuera de ella).
Por eso recomiendo la barra de la cocina.
Si no la tranquilidad de la parte gastro.
Evitar la pequeña barra de la entrada…
Un dels meus preferits. Des de fa temps…
Hola Philippe,
Comparto el comentario de Sociata Corrupto de que la parte del bar se ha vuelto incomoda, ruidosa y demasiado aforo. Tampoco ayuda los dos turnos por servicio. En mi última visita cenamos en la barra y el último plato más los postres nos cambiaron a la barra de la entrada del bar porque tenían que entrar los del segundo turno. Si hubieran atendido menos mesas hubiéramos comido en las 2 horas limite y los tiempos de espera serían menores, ese día fue un desastre la organización, tampoco estaba Rafa esa noche. Podrían coger el modelo de Dos Palillos donde también hacen los dos turnos por servicio, pero ahí funciona como un reloj.
Saludos,
Miguel Rosado.
Acepto tus críticas.Estoy consciente que cuando voy solo me hacen un hueco en la barra grande y me atiende mejor…
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