Hace solo un par de años, Carles Abellán abría en el paseo Joan de Borbó de la Barceloneta lo que iba a ser su proyecto más personal después del cierre de Comerç24. Con Arnau Muñio a la cabeza de su equipo, llegaría a conseguir una inesperada estrella Michelin un año y medio más tarde, cuando ya el propio Abellán sabía que esa apuesta por montar lo que me atrevía a llamar entonces Taberna de Luxe (con inversión de más de 2 millones) no iba llegar a buen puerto.
La llegada de la estrella y el empujón definitivo de su hijo Tomás, le iban a convencer que ese proyecto de La Barra se tenía que trasladar a un entorno y marco más idóneos, justamente donde tenía ya un simple asesoramiento: el Bravo del imponente Hotel W a solo 1km del meollo de la Barceloneta pero a pie de playa.
Creo que La Barra era el concepto justo para el sitio equivocado. Ahora esta nueva Barra, diez veces más espaciosa que la anterior sigue siendo el concepto justo pero ahora en un marco adecuado.
Se ha replicado la idea de ese espacio de brasa con la robata a la vista y los cocineros operando delante del cliente. y También lo de las grandes pantallas que muestran como trabajan, aunque no sean más de atrezzo decorativo que de real divulgación.
Aquí el ambiente es más festivo, la música va creciendo de intensidad a medida que llega la noche (reservé a las 19h30: creo que es la mejor hora, con la luz del día que dura hasta las 21h30). Más adelante la iluminación de la barra va decreciendo y los platos se van haciendo más invisibles. Para los que damos importancia a la comida, este tipo de ambiente puede agobiar y la noche nos puede confundir. Pero reconozco que no doy con el perfil de este tipo de restaurante: gente guapa del hotel, turistas de alto nivel pero también público de la Upper Diagonal que pasarían de largo cuando esta Barra estaba en el meollo chabacano del paseo de la Barceloneta pero que no dudarán en llegar hasta este nuevo lugar más acorde con sus gustos.
Mi intención es volver para un almuerzo afín de poder disfrutar de la gran terraza con vistas al mar.
En cuanto a la cocina: como se sabe Arnau dejó , después de más de 10 años juntos , de colaborar con Carles para montar su pequeña barra personal en la Boquería (Rte Direkte) y es ahora Jaime Tejedor quien lleva las riendas de este nuevo proyecto. Para los que tienen memoria Jaime fue hace 10 años el alma del Libentia , un pequeño restaurante que llegó a ganar el título de Restaurante Revelación en Madrid Fusión. Una experiencia bonita que duró poco tiempo en la que sobraban socios y no faltaba talento.
Jaime se fue unos años a trabajar a Londres y volvió hace un par de años para arrancar el proyecto de Rilke hasta que Rafa Peña se desentendiera de su colaboración con los dueños de este restaurante (que acaban de fichar otro cocinero).
En resumen. Jaime es un grandísimo cocinero que ejecutará en esta Barra, la cocina que le marque Carles, a la perfección y sobre todo con todo el sentido de responsabilidad que este barco requiere. Solo hay que ver el tamaño del equipo.
De momento, se limita, por rodaje, a 50 el aforo por servicio pero rápidamente se alcanzarán los 80.
Por este motivo la carta no ha cambiado respeto a la anterior propuesta, cosa que me parece lógico. Solo sugerí la inclusión urgente de algunos postres de fruta refrescantes (es mi caballo de batalla habitual ya que estamos en el mejor momento del año en cuanto a fresones, cerezas, albaricoques, melocotones…y muchas cartas de restaurantes no reflejan esta temporalidad).
Elegí el menú degustación de 75€ para poder probar varias cosas y recomendar en conocimiento de causa. Por lo general, muy buen nivel si se tiene en cuenta que el equipo lleva solo unos días con estas instalaciones.
Matrimonio de boquerón con pasta de anchoa
Patatas con ralladura de lima
Secadas en horno, creo. Un poco correosas. No mejoran unas buenas chips caseras fritas.
Papas aliñás con caballa curada
Me recordaron las de El Faro de Cádiz. Impecables.
Buñuelos de berenjenas fritas con una mahonesa de adobo
Delicado rebozado. Mahonesa que podría expresar un poco más la acidez y el comino característicos del sabor a adobo.
Ostra Tsukiji
Muy buen aliño tipo ponzu, con un ligero picante de hoja de wasabi.
Por lo general, he notado timidez en las condimentaciones picantes del menú.
Ensalada de tomatitos con algas y gelatina de sunomono
Muy fresca.
Kokotxa con su pil pil
Tan espectacular como breve. Un plato que recomendaría para tomarlo en ración entera.
Calamar encebollado con yema picante
Justo acariciado por el calor de las brasas.
Tierno. Goloso. Delicioso pero algo más de picante, por favor.
Siempre la cocina de Carles ha estado “contaminada” por sus largas estancias en Andalucía (Hacienda Benazuza y luego su asesoramiento de las cocinas del Hotel Alfonso XIII de Sevilla, que aun perdura, creo).
Como otra muestra de ello este magnífico
salmonete frito en rebozado de panko
Sin espinas y acompañado de un delicioso
aliño vietnamita “Hanoi”
Otro plato que recomendaría si se decide comer a la carta, aunque el pescado pueda variar sin mayor consecuencia ya que el 70% de interés del plato está en el perfecto rebozado y en ese aliño.
Se termina magníficamente con esa
raya de playa con garbanzos y jugo de callos a la madrileña
Sabrosísimo y untuoso jugo y perfecta melosidad del pescado.
Para no repetirme, no diré que me faltaba en ese momento un postre fresco a base de fruta de temporada y acompañado de un sorbete. Pero hacía falta resetear el paladar antes de abordar la golosa versión de Dorayaki de la pastelera Francis
Biscuit de avellana, cremoso de café, ron cremat y avellanas cantonesas concassées
Tal vez el ron estaba demasiado evaporado. La presencia del alcohol en un postre reequilibra su posible exceso de dulce.
Le seguía otro postre del mismo registro goloso:
Milhojas con helado de miel , crema de mató y piñones
(la foto ha llegado tarde…)
“Petit” :
avellanas de chocolates
Pero mi cupo de azúcar y frutos secos ya estaba cubierto para tres días…
El excelente cóctel a base de tequila, mezcal, ruibarbo y limón del barman (creo que era italiano) y los vinos acertados del sommelier Adriá Martin . Jerez y sumoll ligero. (Las etiquetas rotas y marchitas como signo de reliquia rescatada…)
LA BARRA de Carles Abellán
Hotel W