Tenía muchas ganas de conocer La Poule au Pot, el nuevo restaurante de cocina tradicional, recuperado de su largo letargo por Jean-François Piège. Esta casa de más de 80 años, situada en Les Halles, languidecía hasta que ese gran cocinero le haya dado una nueva vida.
Hice la reserva un mes antes de que le dieran la estrella Michelin, hace menos de un mes. Un reconocimiento tan repentino como sorprendente para un restaurante de este tipo de cocina. Una cosa impensable por aquí. En este caso, lo interpreto como un premio de consolación para Piège, ya que la guía se ha negado, un año más, a darle su merecida tercera estrella. Él quien la consiguió hace muchos años para Alain Ducasse en el Plaza Athénée.
El local tiene el encanto de esos antiguos restaurantes como Allard o Benoit, pero en un poco más ruidoso e informal . Además hay muy poco espacio en las mesas y entre las mesas. En París cada centímetro cuadrado se aprovecha.
Ha desaparecido de la carta la blanquette de ternera lechal, un plato de la cocina burguesa francesa cuya receta, muy revisada, fue explicada por Piège en la edición 2018 del Festival Omnivore.
Así que después de una
galantina de pato con foie_gras
bastante rica,
tomamos
una sopa de cebolla gratinada
un “clasicazo”,
para después partirnos la famosa “poule au pot” (olla de gallina) que da su nombre al restaurante.
Una ave de Bresse pochada en un excelente caldo de verduras
acompañada de un arroz pilaf, de una salsa suprema (un poco “aguada” por el caldo que soltaban las verduras en el plato)
y de una deliciosa
“pilota” de carne y foie-gras
Una versión evidentemente refinada del plato popular que existe en Francia desde al menos el siglo XVI, ya que Enrique IV, el rey converso, prometía a los franceses (en una promesa electoral “avant la lettre”) que cada domingo tendrían su cocido de gallina.
Mi abuela también lo cocinaba, rellenando el bicho con la farsa (sin foie-gras pero con los higadillos picados, pan, leche, huevo, ajo, perejil) y sirviendo el caldo de primero, con fideos, como es preceptivo en muchos cocidos de aquí o de allá. A la noche se comían los restos de la gallina y las verduras fríos, con mostaza y pepinillos. Pero lo mejor de todo era el caldo del principio y aquel relleno.
También pedimos un plato de
riñones de ternera lechal a la mostaza
realmente deliciosos. Las patatas fritas, muy correctas, iban de guarnición.
De postre,
Babá al ron
pero sin ser previamente empapado en un almíbar con ron, y directamente rociado con el alcohol, lo que contradice evidentemente la verdadera receta. Resultado : unas partes del pastel secas y otras demasiado alcoholizadas. Nata demasiado montada, a punto de “mantequillarse”.
Servicio lento y algo despistado. Mucha espera para el primer plato o tardanza en recoger el plato ya vacío de la galantina, que estorbaba en la estrecha mesa. A pesar de todo, te lo pasas bien: estás en París y todo tiene su gracia , pero no dejas de pensar que estás en un restaurante con estrella y que muchos de los restaurantes que solemos frecuentar en Barcelona, en los que se come igual de bien y se está más confortable y mejor servido, nunca la tendrán… Pero esto es la canción de siempre y hasta me aburro a mi mismo repitiéndola…
Cuenta para 3 personas
Ya que es usted un crítico podría no hacer un interruptus constantemente en su oficio, cada vez que come en un restaurante francés y hace un reportaje termina dándole una palmadita a la cocina española y su nivel de hostelería, al mismo tiempo lo acompaña de una regañina ñoña a la relación calidad precio de la cocina francesa, comparando esta visita y su precio con los cientos de sitios que usted visita a lo largo de la piel de toro, este es nivel michelin? Sí? de verdad? Nos tenemos que tragar estos cuentos? Y a ese precio? Mira que es perspicaz usted cuando ve a dos políticos comiendo fast food, pero se le escurre el don mire por donde cuando le ponen la pelotita botando para opinar de las distintas varas de medir a un lado y a otro de los Pirineos, se aburre de repetirlo dice? Se aburre porque el interruptus aburre hombre, llegue al final ostia.
Primero me gustaría Vd se identificar.Luego no he entendido muy bien su argumentación. Lo siento.
Y sí, me gustaría que los políticos no hicieran demagogia acudiendo a rtes de fast food .Tienen que promocionar la gastronomía de calidad, por que es cultura, negocios de aquí ( y no multinacionales asépticas) y hay detrás productores y profesionales artesanos.
Buenos dias Philippe
Sigo tu blog y a la vez tus consejos lo maximo que puedo ( Este verano estuve en ” La Marine ” Intentando comer las bonote ,no lo consegui pero comi de maravilla )
En relacion a la ave de Bresse que nombras en este post este verano voy a pasar una setmana cerca de Bourg-en-Bresse
Podrais recomendarme un restaurante por la zona para comer pollo de Bresse ?
El restaurante Aux Terrasses valdria la pena ?
Confianza absoluta
Un abrazo
Lourdes
Holq Lourdes, No he estado por la zona pero yo iría a Geroges Blanc en Vionnay.Tiene allî su 3 *** pero tb su rte màs informal y mejor de precio.
Sigo consejo
Millions de gràcies
Gracias por las crítica, siempre gusta de leerle. ¿Recomendaría algún sitio en BCN o MAD para tomar un Baba al ron rico?
Saludos
Tal vez lo sigan haciendo en Chez Cocó.Era de Marco Leone.
En Madrid en La Bomba Bistrot hacen un buen babà, bien alcohólico y con un rico chantillí…
Visita pendiente…