Estuve hace unos meses en el Sant Antoni Gloriós (Ex Bohèmic) de Francesc Gimeno Manduley (“Mandu”), justo cuando abrió, probando un par de platillos en su barra, pero aun no había vuelto a sentarme en su mesas (altas, una pena…) para comer en condiciones.
Al rato te olvidas de la incomodidad de los asientos y disfrutas simplemente con la comida. Reconozco que formo parte de los que vamos a un restaurante por sus platos y, como cocinero, Mandu es imbatible. Después de sus años difíciles en el Bohèmic, en los que no acababa de situarse entre una propuesta bistronómica y una “alta cocina” de barrio, y pasado el año de cierre ocupado por asesoramientos asiáticos, por fin este cocinero ha encontrado su vía. Dar de comer a más gente, a mejor ritmo, casi al mismo nivel que antes y a precios que desafían cualquier competencia. Una taberna ilustrada a la vez que popular.
El ambiente es algo ruidoso, pero, como lo decía en mi post anterior, no parece importar mucho a la gente, que disfruta como se suele hacer en el barrio de Sant Antoni : con cervezas, vermut (evitad el de la casa y elegid un buen Izaguirre o “Dimoni”), entrando y saliendo a la terraza, y tapeando sin más formalidades.
La diferencia con los otros locales de la zona, es que en este “celler” de Mandu, hay cocina de la buena.
Y para empezar se encuentran lo que los entendidos valoran como las mejores patatas bravas de Barcelona.
Recomiendo comerlas después de un par de platillos fríos y más “suaves”, como por ejemplo las alcachofas confitadas, aun bien crocantes
o la caballa con yogur ,apenas marinada, que merecería, por cierto, bastante más ají amarillo.
Los macarrones con salsa de ortiguillas y tropezones de calamar son realmente deliciosos. Un punto de cocción de 10!
Fundente y sabrosísima está la sanfaina que acompaña unos aros de calamar salteados . ¿O son los calamares los que acompañan esa memorable sanfaina?
Se proponen dos huevos , uno como a la romana, el otro a baja temparatura : el del “Iaio” o el del “Net” (nieto). No veo que uno sea más “moderno” que el otro. El del “abuelo” va con puré de boniato y sobrasada (demasiado dulzón para mi gusto). El otro huevo con butifarra de perol: el mejor. Pero, a ambos, les faltaría unos mini picatostes crujientes para romper la molicie.
Deliciosas también las albóndigas de cerdo ibérico. Melosas, con un toque de citronela y , aquí sí, el sutil crujiente de su “rebozado” de corteza de cerdo. Pero no hay salsa para poder mojar pan…
El colofón goloso está a la altura de la cocina salada con una pulpa de manzana al horno con espuma de yogur. Poco dulce. Me encantó.
Y un borracho en su justo punto de alcohol ( el ron Elixir de Cuba), chocolate caliente y turrón. Otra vez ese punto discreto de dulce bien equilibrado por el alcohol y el amargor del chocolate deshecho.
Una pega: ningún tinto de menos de 13,5º…
Precios suaves. 35€ /persona
Sant Antoni Gloriós
c/ Manso nº 42
Hola Philippe,
Estuve varias veces entre enero y febrero: trabajaba cerca y me quedaba perfecto para una comida rápida y suculenta.
Puede que Mandu haya encontrado su vía, como dices, y que su estilo personal se adapte a este tipo de formato. Pero tengo la sensación de que su valor como cocinero sigue estando agazapado detrás de propuestas que le constriñen. No critico la calidad de lo que ofrece (como digo, repetí varias veces y lo seguiría haciendo si no estuviera ya fuera de Cataluña), sino que su capacidad y su destreza le podrían llevar a plantear un restaurante muy potente combinando lo gastro con este estilo más informal por aparte (un poco a lo Coure). Y dejarse ver mucho más: cocinar cerca, a la vista, que es quizá lo que propondrá este año Artur Martínez. ¿Por qué quedarse en la tapa si es capaz de pensar y concretar platos soberbios como los que comí algunas veces en Bohèmic? ¿Qué ha pasado para que no encaje en propuestas más ambiciosas? Ganamos un excelente taberna pero sueño con que Mandu pudiera trabajar con un equipo de cocina joven con propuestas arriesgadas de mesa y mantel.
Pero en fin, realmente los precios son de escándalo: comer esto a estos precios debería estar protegido por la ley.
Un abrazo,
Xavier
Totalmente de acuerdo contigo y se lo comenté el otro día.Si hubiera adaptado un poco su antiguo rte a una cierta informalidad de bistrot, igual no hubiera tenido que hacer este cambio tan radical.
Pero sigue cocinando a veces por encargo unos menús más gastro, para no perder la mano…
Abrazo!!