“Arte, cultura y gastronomía en un mismo espacio” reza el díptico que te dan en la entrada.
Es difícil explicar lo que es OPERA SAMFAINA. Franc Aleu, su creador (Ex Fura dels Baus) lo reconocía ayer en el reportaje que hacía Tv3. Así que no me arriesgaré mucho ni en la descripción, ni en mis comentarios. Intentaré valorar la dimensión gastronómica del asunto ( lo que sí sé hacer , al menos a mi manera) y dar algunas impresiones superficiales, que se desprenden de una rápida visita.
Se compone de cinco espacios o centros de interés.
Dando a la calle, se encuentra la heladería Rocambolesc de Jordi Roca y Ale Rivas,que se ha inaugurado hace un mes, y , justo al lado, en la planta baja,
la Vermutería con degustación de snacks y algunas tapas (que aun no he probado). La barra es de madera de olivo, referente mediterráneo por excelencia. Un olivo (árbol) también se encuentra en la entrada.
En el plano inferior, se encuentra Ópera Samfaina propiamente dicho
Un pasillo compuesto por varios cuadros invocando una mitología un poco rebuscada y metida con calzador a veces donde la figura de Jordi Roca se confunde con la de Sant Jordi. Tendría que volver una segunda vez para asimilar tanta información soltada en tan pocos minutos por el guía, pero no sé si lo haré de inmediato. El discurso hagiográfico de nuestro héroe casi entorpece la contemplación de estos cuadros, que son como bellísimos “dioramas” de última generación.
Mercat. En la sala del fondo, se encuentran las tiendas donde se venden productos locales de buena calidad (quesos, embutidos Salgot, vinos etc…) y un rincón de merchandising con souvenirs que se salen un poco del mal gusto imperante en la Rambla con sus objetos made in china, sus sombreros mejicanos y otras horteradas.
En estas salas es donde la delirante imaginación Dadá de Franc Aleu se explaya con más exuberancia. Lo que por sí solo merecería una visita a este lugar.
Estética fallera, surrealista, donde se reconoce el sello de la Fura del Baus , grupo teatral atípico que ha sido el leimotiv artístico rompedor del paisaje cultural catalán en estas tres últimas décadas. Aun recuerdo sus espectáculos alucinantes y desestabilizadores en el Mercat de les Flors al final de los años 80…
Odissea . En la sala grande, con bóveda y pilares gaudinianos, están las diferentes barras circulares. .Las de degustación de un menú con platos de la Tierra (30€ que se cargan, como todas las consumiciones en unas pulseritas) y vinos catalanes (no encontré el tipo de vino que buscaba aunque existan muchos vinos de estas características en Cataluña…).
Es aquí donde la propuesta me parece más interesante : en la excelente intención de divulgar la cocina catalana a los guiris que ocupan la Rambla y que pueden tener una visión deformada de nuestra gastronomía popular. Se presenta de una manera divertida, en barras circulares con efectos luminosos y proyecciones diversas de paisajes u otros motivos. Un Sublimotion (o un Somni) sin las pretensiones de aquellos referentes y sin que se corra el riesgo de que lo visual distraiga al comensal de la degustación de estos platos sencillones.
Un camarero (en esta caso fue Oriol) , detrás de la mesa-pantalla circular, sirve los platos y los 3 vinos incluidos en el menú. También explica con atino y entusiasmo las elaboraciones y el concepto.
En efecto se trata de unos sencillos boquerones en vinagre (de textura muy pastosa ese día), de una escalibada un poco sosa encima de una coca reblandecida (las elaboraciones, preparadas en un centro de producción, se encuentran en bandejas esperando el servicio), empedrat de judías de Santa Pau,(correcto pero sin bacalao) y bacalao con sanfaina (demasiado desalado), butifarra “amb mongetes” y quesos del país con sus diferentes acompañamientos dulces.
La Diva
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En la otra barra pegada a la pared, se encuentra la degustación de las 5 tapas “gourmerts” (al final fueron 4 ya que falló la de Quim de la Boquería). La de Carles Abellán y el huevo Kinder, un mollete de papada de Albert Adrià (lo mejor), un “fricandó” un poco sui generis de Nandu Jubany (con lo bueno que le salen a Nandu estos guisos…) y un buñuelo un poco reblandecido de Christian Escribà, pinchado en una galleta en forma de hueso (trampantojo que simulaba supuestamente un muslo de pollo…).. Esas tapas costaban entre 4 y 5 € , no recuerdo muy bien. (Nos cobraron 55€ para dos en la salida, pero creo que se olvidaron de cargarnos los menús a 30€…)
Estas tapas, sí, se preparan en una cocina adyacente y salen por un ojo de buey metido en una maquinaria en movimiento, que parece sacada de una película de Caro y Jeunet , cineastas de una estética muy cercana, por cierto, al estilo “Fura”.
Es en este aspecto de la propuesta gastronómica que encontraría a faltar una sensible mejora del nivel culinario. Tanto en el menú de cocina popular como en las tapas “modernas”. Y esto por el mismo motivo positivo que encontré antes en este tipo de presentación. Me explico. Si se trata de que el público extranjero entre en contacto con nuestra cultura culinaria, ésta tiene que estar a la altura. Si no, todo se queda en una buena intención. El nivel gastronómico de Barcelona está altísimo, en estos momentos y este espacio lo tendría que reflejar. No es un aspecto baladí de este montaje, que pasaría detrás del aspecto artístico, por su parte irreprochable. Lo gastronómico forma parte intrínseca de esta propuesta. Y no puede fallar.
En todo caso y a pesar de los defectos aquí mencionados, este sitio se merece al menos una visita por parte del público de Barcelona.
En cuanto a la Heladería, situada a la vista de la calle, está con colas permanente y la Vermutería también a pie de calle, tiene el éxito garantizado, a fortiori cuando empiece la temporada de Ópera en el Liceu.
Ópera Samfaina
Teatre del Liceu
Rambla nº 51
93 481 78 71
Abierto de lunes a domingo de 12h a 01h
Reservaciones en www.operasamfaina.com
Jo vaig tastar la falsa alita de pollo del Cristian Escribà al Tast a la Rambla i em va decepcionar molt. L’espai promet molt i molt!
Si solo te ha decepcionado esto,perfecto.Je je
Muy de acuerdo en todo. La idea está bien, es incluso divertida, pero la oferta gastronómica es mediocre. He estado un par de veces y he probado casi todo, incluso el menjar blanc que ofende al paladar. El menú teatralizado caro y corto, sirve para un tentempié. Si sigue a este nivel, me da igual que lo cambien cada tres meses, como me indicaron.
Vamos mal.Hay que mejorar el nivel ya.
Me cuesta entender que hagan una inversión tan bestia y descuiden la parte gastronómica. Hay muchos detalles de montaje, iluminación, etc que han llevado mucho curro y preparación y no se entiende que no traten con el mismo esmero la parte culinaria.
O consideran que sus clientes potenciales no tienen criterio y por lo tanto vale cualquier cosa, o son ellos los que no tienen criterio.
Sí.Es algo que tampoco entiendo.Ni los nombres de los cocineros con prestigio que han dado su nombre a esto.
Me parece un espacio que mezcla lo kitch y casi hortera , con piezas interesantes y brillantes efectos de luz . Pero de cocina muy muy justita , orientado a rotación de cruceristas que están 24 horas en Barcelona . Como centro artístico de vanguardia donde se puede comer algo , cumple con su cometido . Gastronómicamente creo que es un paso atrás que da una imagen equivocada del nivel de cocina actual . Incluso del trabajo y carrera de los que firman los platos.
Una vez más aplaudo tu critica valiente y acertada
Y tú lo has definido perfectamente.Gracias.
Estoy convencido de que si estuviera de vacaciones en Kazajstan y me encontrase un local tan espectacular y diferente que me sirvieran para comer algo tan extraño como un pan untado en tomate con sal y aceite hubiera sido una experiencia interesantísima que habría fotografiado con entusiasmo para compartirlo con mis incrédulos amigos.
Ahora bien, para los que somos de aquí, puede ser divertido acercarnos a tomarnos un vermuth y una tapita, curiosear y echar unas risas, pero lo de comer, que no se le ocurra a nadie. Tapitas de platos típicos catalanes sin el más mínimo interés y rodeado de una parafernalia y presentación absolutamente ridícula.
Lo mejor, el helado que nos tomamos a la salida en el Rocambolesc!!
Me parece muy caro por lo que se ofrece. El menú odisea es un timo. Consta de una mini cortada de pan con medio tomatito queso, una anchoa un poquito de escaliibada y un mimipastelito. 33 € . Vergonzoso. Además creo que no vamos ahí para que nos coman el coco con el tema de la independencia de Cataluña. Estoy muy disgustada. He dejado 160€ porque los pague por internet, porque si no no hubiera pagado nada. Es una tomadura de pelo. De verdad. Me he sentido burlada. He llevado a una amiga de otro país y he sentido vergüenza. Muy triste. No creo que vuelva, y , desde luego, no lo recomendare a nadie. Un engaño. Nos han metido en una habitación, nos ponen un vídeo peor que un chiste, y a los 30-40 minutos nos sacan para meter a otra gente. Te quedas con cara de alucinado. Muy deprimente.
Avisé hace unos meses q no valía la pena ir…Veo q no han mejorado…
En qué momento hablan de la independencia de Cataluña?Yo no lo ví.