Gracias al cocinero televisivo Pep Nogué (segundo desde la derecha), invitado asiduo en los magacines de tarde de Tv3, he podido conocer ayer un restaurante singular, que lleva apenas un mes abierto.
Se trata de 2254. Sí, un número que puede parecer, así de entrada, un poco difícil de memorizar, y que representa los kilómetros separando Palermo de Barcelona.
Nuno Nuncio es un cocinero autodidacta siciliano que ha llegado a Barcelona hace unos seis años , después de alguna etapa en un restaurante gastronómico de Le Mans.
Abrió con su mujer Irina un restaurante de cocina tradicional marinera con toques italianos en el Puerto Olímpico (Tapas Locas, aun abierto) pero después de unos años de éxito y de pasar por un curso de la Escuela Bell-Art donde oficia Pep Noqué, sintió la necesidad de abrir también un restaurante de cocina más personal donde pudiera expresar tanto el fondo culinario de Sicilia como las aportaciones que recogió en su estancia en Francia y lo que la podido asimilar de la cocina catalana en estos pocos años que lleva en Barcelona. Para esta nueva etapa, Pep le ha ayudado a buscar los mejores proveedores pero también en la definición de algunos platos.
![]() |
![]() |
El marco, decorado por la propia pareja, para presentar esta cocina, es del todo inusual. Plantas verticales, diseño “povero” y una la larga mesa colectiva de madera noble que acaba justo delante de la humilde cocina-vista. A un lado para los que se resisten a compartir mesa, hay la posibilidad para comer en pequeñas mesas de dos. Un ambiente despejado, informal, acogedor y del todo inusual,
La cocina, como lo veremos, es inclasificable. Ecléctica en sus expresiones. Buen producto y bien cocinado. Y con algunos platos de pasta particularmente golosos como unos fettucini con papada, yema a “baja” y pimienta verde.
La carta se compone de “mordiscos” y platillos a precios muy razonables que van desde los 5 € a los 15 € aprox. Existe también un interesante menú degustación a 48€ con vermut y pequeño maridaje de vinos incluido.
En este caso, me parece que nos hicieron, a Pep y a mí, un menú bastante más largo para que os pueda dar una visión más extensa de la carta y de los platos que me han parecido más interesantes. Casi todos , en su pequeña degustación, me han sabido a poco, lo que es buena señal…
![]() |
![]() |
Buen aperitivo con la ostra en ceviche cítrico. Deliciosa vichyssoise de calçots con manzana verde (en vez de patata) y botarga. Daditos de granny Smith que convendría pelar por lo correoso que es la piel.
![]() |
![]() |
Muy buena también la “bisque” de gamba con tomate en conserva Motticella.
Ensalada tibia de foie-gras salteado con puré de boniato asado, salsa de zanahoria licuada y pipas. Temía que el conjunto fuera demasiado dulzón pero no fue el caso, gracias en parte a la pequeña ensalada bien aliñada.
![]() |
![]() |
Sardinas soasadas ligeramente caramelizadas sobre guacamole. Hebras de chile seco. Ácido, picante, dulce. Buen bocado. Plato servido bajo la campana roquiana. No olvidemos que Pep Nogué ha estado trabajando en el Celler más de 10 años…
![]() |
![]() |
Vieira , puré de zanahoria, emulsión de naranja y pipas. A la vieira, molusco de por sí un poco dulce, no le conviene añadirle más dulce, pero la emulsión de naranja, bastante ácida, reequilibra el conjunto.
Interesante la berenjena a la plancha con salsa de ristretto. Sólo le faltaría tres puntitos de yogur griego para darle un poco de grasa y de amable acidez.
![]() |
![]() |
Pulpo de roca con judías del ganxet y curry verde (agradable picante y aroma a lima kafir). Una combinación original para un pulpo. Me gustó mucho.
Casi una versión de un huevo Bénédictine con este huevo a “baja” con una deliciosa crema de Taleggio, crujiente de cebolla y sobrasada artesana de la Garrotxa. Riquísimo.
Fettuccini con papada , yema a “baja” y pimienta verde. Un plato muy goloso.
![]() |
![]() |
Me gustó menos el atún . Cebolla crocante, salsa vino tinto. Agradecí que no se presentara en forma del eterno tataki, pero creo que el lomo no tiene mucho interés gastronómico. Ya nos hemos acostumbrados demasiado a consumir la ventresca, el morrillo o la parpatana…
Excelente steak tartar de solomillo, evidentemente cortado a cuchillo. Aliñado con tres mini quenelles de helados de albahaca, mostaza y almendras. Y ¿por qué no simplemente 1 helado que llevaría estos tres ingredientes ? En la degustación compartida los matices de estas tres quenelles, que se deshacen al instante, no se aprecian. Y siempre es bueno simplificar y reducir los pasos, cuando el resultado no compensa el esfuerzo.
Sopa de limón, gelatina de vermut blanco, helado de yogur y virutas de chocolate blanco. Demasiadas virutas . Engrasan y endulzan demasiado el postre. Hubiera preferido una fruta impregnada (¿piña en ginebra?).El postre aceptaría sólo una decena de virutas como si fueran escamas de sal.
Interesante las recomendaciones de vinos italianos propuestos por Irina. Tomamos un espumoso cuya versatilidad acompañó perfectamente toda la cena.
Y se agradece el servicio de agua que la casa no cobra. Agua con y sin gas del sistema Puralia
Aguas tratadas y desmineralizadas in situ. El futuro. Harto ya de aguas comerciales hiper mineralizadas y sobre gasificadas (ver la cantidad de sodio de Vichy o de San Pellegrino…).
Restaurant 2254
c/ Consell de cent nº 335
93 528 60 02
Cerrado los domingos
Reblogueó esto en Barcelone pour les palais curieux!.
Tenia entendido que un buen steak tartare ha de cortarse a cuchillo, pero me quedé sorprendido cuando en Abac comentando con el maitre que ese dia el steak no me habia gustado tanto como la vez anterior, me comentó “pues es raro porque lo cortamos siempre igual con una màquina”. Me puedes dar tu opinión?. Muchas gracias.
Mi opinión es que tanto un tartar de carne como de pescado se tiene que cortar a cuchillo. Pero he notado como una moda de cortar a máquina y de hacer como un pasta de tartar como para untar. El del Abac no lo he probado…
Muchas gracias Philippe
Pingback: DUE SPAGHI .(Barcelona) | Observación Gastronómica 2