Paco Olivas, el responsable de la sala
BARCELONA-MILANO es un nuevo concepto del grupo Olivé (Olivé, Tuset, Paco Meralgo, Barceloneta). En el antiguo restaurante Vinya –Roel, la interiorista Cuca Arraut ha recreado el ambiente de una estación , por cierto justamente ahora cuando Renfe ha suprimido la fantástica línea del Talgo Barcelona-Milano. Un vasta y largo espacio luminoso con un montón de espacios diferentes y con el protagonismo de la bodega del antiguo restaurante en medio.
El concepto gastronómico consiste en mezclar en la carta platos catalanes e italianos, pero también de elaborar platos en los que estas dos cocinas fusionen entre sí.
Una parte de la brigada se ha formado con cocineros milaneses del restaurante Il Verdi para poder realizar los grandes hitos de la cocina transalpina, tantos los platos de pasta como los risottos. Siempre se identifica la cocina italiana con el mediterráneo, pero Italia tiene también su “cocina del Norte”, mucho más centroeuropea.
El resultado es una carta para gustos muy variados, capaz de complacer un cliente de unas exigencias medias y dispuesto a gastarse un ticket que no sobrepase los 40 €. Todo el mundo no busca una cocina “de autor”, creativa o ni siquiera “moderna”. Al revés, creo que el 80% de la clientela de restaurante disfruta con este tipo de cocina de producto digno, bien elaborada a pesar del volumen de negocio, y servida en un marco agradable. Lo pude observar este viernes pasado en el Barcelona-Milano con los numerosos y bulliciosos grupos de empresas, y la clientela en general, que llenaban el restaurante.
Barcelona-Milano es una gran taberna concebida ciertamente para el gran público, pero que no desprende ninguna impresión de masificación.
Los precios muy razonables de estas medias raciones generosas permiten al cliente componer su pequeño menú-degustación de tres o cuatro platos, amén del menú de mediodía a 21€ con su pequeño buffet libre.
En cuanto a la cocina, puedo decir que todo lo que probé estaba mucho más que correcto. Tanto la Berenjena a la Parmigiana (5,5€)
como los “auténticos espaguetis a la carbonara” ( 6,70 €)
y una impecable “tagliata” de ternera a las finas hierbas , acompañada de un pequeño cuenco de patatas fritas (15,20€).
Sólo eché de menos ese pequeño gratinado que recubre a veces la “parmigiana al forno”. Evidentemente, la panceta de los espaguetis no es de Maldonado, pero el punto de cocción era perfecto y la salsa muy untuosa con un ligero punto de acidez (cuya procedencia ignoro) muy agradable .
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Tiramisú (4,50 €) suave de alcohol como viene siendo habitual pero de textura muy conseguida. Llevaba incluso unos toppings crujientes de frutos secos que no gustarán tal vez a los puristas.
Pan de Baluard. Aunque creo que esta coca, que sirve para pan con tomate, debía ser de otra panadería. Por cierto, para hacer un buen pan con tomate, la pulpa se tiene que esparcir suficientemente en TODA la superficie de la rebanada.
BARCELONA-MILANO
c/ Villarroel nº 190
93 430 72 79
Abierto cada día
Me quedo con tu frase ” …creo que el 80% de la clientela de restaurante disfruta con este tipo de cocina de producto digno, bien elaborada…”.
Me tranquiliza estar dentro de esta mayoria silenciosa del 80%… :). Es que en ocasiones, parece que si no se ladra desde la facción dura del 20%, estás muerto”.
Saludos!
Yo, reconozco que no soy un cliente al uso. Me gusta ( o me interesa) todo tipo de estilos de cocina. Alta, baja , media. Catalana, world food etc…