DELICIOSA SENCILLEZ
Todo lo que quería explicar sobre ACAI, lo he escrito en posts anteriores. Son más de seis años que Anna Valès y el cocinero Manuel Pirelli luchan en Poble Sec por mantener este pequeño restaurante situado entre Xemei y Tickets. Poca proyección mediática pero si una clientela fiel, ampliada últimamente por turistas gourmets. Una cocina para los que saben apreciar una cocina sobria y honesta, que exalta el producto y degustada en un marco tranquilo, casi intimista.
Materia prima ecológica, productos de proximidad, todos muy bien tocados, con aliños justos y cocciones precisas. A veces no hay ni guarniciones. Casi nunca hierbas ni flores, ni min vegetales… Cocina de apariencia espartana pero que consigue siempre, a través de una discreta y sencilla condimentación, alcanzar el objetivo principal : el sabor.
En la guía Le Carnet de Route de la joven cocina francesa, se les hace a los cocineros que la integran una pregunta curiosa y cuando menos comprometida “¿Cuál es su cocinero opuesto?” Y el cocinero en cuestión cita a uno de sus colegas, próximo o lejano geográficamente, pero antagónico en estilo y planteamientos.
Un simple juego, sin duda, pero que podría aportar su parte de luz sobre la personalidad del cocinero, de su cocina y del lugar.
Si tuviera que responder por su cocinero, diría que Acai es lo opuesto a Tickets. Tan cerca pero tan antitético en casi todo. Frente al bullicio y a la efervescencia del restaurante del Paralelo con sus luces festivas, la calma zen del comedor interior del local de Poble Sec, con su iluminación tenue y sus confortables butacas. Y frente a la exuberancia del neo tapeo moderno del primero, la contenida, pero también sabrosa, expresión culinaria del segundo. Cada uno que decida, según el día y su humor, el sitio que mejor le convenga.
Manuel está casi siempre solo en la cocina. La falta de artificio es por consiguiente una consecuencia obligada de esta limitación de medios. Aprecio cada vez más esta cocina de la inmediatez y de la parquedad. Al alimón con la incuestionable calidad del producto
(pan de aceite de Baluard incluido) se suma la garantía de que voy a comer de p a pa lo que ha diseñado y cocinado el cocinero. Artesanía pura y dura.
Menú de 56 €
Jamón de bellota y pan con tomate
Granizado de tomate con boquerones marinados al momento. Excelente y fino el sorbete/granizado. Faltaría un poco más de tiempo de curación al pescado y cortar la aceituna negra en una brunoise para repartirla.
Rebozuelos salteados con tortilla de huevo ecológico. Un plato que parece muy poquita cosa pero excelente. Textura y sabor perfectos de la seta .
Buenísimo el pulpo con sofrito de tomate y pimentón de la Vera. Combinación curiosa con la acidez de una caballa marinada (ahí sí, bien marinada) y el dulzor de un higo. Pero funciona muy bien. Sólo faltaría facilitar el trabajo al comensal modificando la construcción del plato y la proporción de los ingredientes para que se pudiera degustar todo junto.
Brutal el plato de calamar (como “ alla brutesca”) con una crema de arcilla blanca y wasabi y unos pequeños “picatostes” de brioche. La cocción del calamar de potera es inmejorable, su textura mágica. La crema (tímidamente) aderezada con wasabi, le va maravillosamente bien.
Dos productos habituales en los menús de Acai : el salmonete y la calabaza. Manuel con cuatro gotas de limón y de soja, un poco de mostaza de Dijón y poca cosa más consigue un plato delicioso.
Excelente también el cordero lechal ecológico con una condimentación especiada y de cítricos. Alguna “guarnición”, como un cereal (o algo parecido : taboulé), hubiera dado un poco más de entidad al plato.
Rico pero un poco sencillón el melocotón de viña con natilla a la canela.
Excelente pastel de chocolate sin harina, con un juego de texturas muy conseguido, que había degustado ya otra vez.
En la parte de la entrada, está el gastrobar con una pequeña carta de medias raciones a precios más económicos.
ACAI
c/ Elkano nº 69
93 600 78 39
Cerrado domingos y mediodías.
No hace mucho estuvimos en Acai y comimos realmente bien. Me emocionó la humildad de Manuel casi tanto como su cocina.
Lástima que estos chicos bajen la persiana tan pronto
Hola Xesco. Han cerrado??
Así es.
He vuelto allí hace pocos meses para ver como andaban y no me dijeron nada… Una pena…