La noche después de terminar el congreso. Turismo de Flandes nos invita amablemente a una cena en un pequeño restaurante de Ostende (algo como el Gran Café o algo así). Ambiente desangelado, menú concertado: muy buenas las rilletes de cerdo del aperitivo (lo mejor), navaja , berberechos y pollo…De segundo un rodaballo, sin piel, un puré de patata con gambitas grises (este producto nos persigue) y unos tirabeques al dente. Nada malo pero son platos realmente poco expresivos…De postre una crêpe rellena (no recuerdo de qué), crema inglesa y helado de chocolate. Fijaos en la decoración “ochentista” de la uva espina y de los cubiertos dibujados con el polvo de cacao. No me puedo creer que esto sea lo mejor de la gastronomía de Ostende. En Barcelona (digo Barcelona porque vivo aquí, no sabemos la suerte que tenemos…





Trigo y cebada totalmente ecológicos. El lúpulo llega de Rusia. Evidentemente no se garantiza que también lo sea.




Pequeño almuerzo con representantes de Turismo de Bruselas en el restaurante CHOU. Bruselas tiene un cantidad de restaurantes que parecen interesantes, de alta cocina como de cocina popular. Pero por motivos varios nos llevan a este restaurante “quiero y no puedo”. Los puerros (correosos) con jamón de pato (hiperseco) son apenas comestibles. El puerro, por varios motivos, es un de las verduras que agradece más la textura fundente que la textura crocante.
y que fue de las clases de carne de o'shea.
sobre que temas.