BEATRICE CASELLA e IVÁN GARCÍA
Un año y medio después de su apertura en julio del 2024, he vuelto a GLUG. Un bar contemporáneo, una barra con algunas mesas, un chaflán de una manzana de la parte tranquila del Eixample, una cocina joven, seria en el fondo y divertida en las formas, mestiza entre Cataluña e Italia, con producto humilde pero sabrosísima y original : la croqueta es de macarrones, las “bravas” son gambitas fritas, las esponjosas albóndigas son de conejo y la sopa de cebolla no se gratina. Además, la pizza frita se declina con ostras, alcachofa y queso stracchino. A ver si nuestra acomplejada coca despierta y sigue el ejemplo.
Aun no entiendo porqué no he vuelto antes. Me gustó en mi primera visita y me ha vuelto a gustar mucho en esta segunda, esta vez acompañado por unos amigos de México que estaban encantados por este descubrimiento.
¡ Sí ! Barcelona ofrece una gastronomía por encima de sus posibilidades ( también toda Cataluña o España entera). Cada semana abre un sitio de muy buen nivel e interesante. Muchas veces con este tipo de bares, tabernas, o pequeños restaurantes que enamoran. Los llenamos rápidamente, pero luego hay mantenerlos. Y, por lo que me cuentan,es el caso de Glug Son tesoros. Es artesanía fina. No se puede dejar el campo libre a la mediocridad de la cocina de fondos de inversión y centros de producción . Muchos proponen cartas de platillos a precios razonables. Son los que aguantarán mejor los tiempos que se preparan. Leo artículos preocupantes sobre una restauración que empieza a caminar al ralentí. En nuestro mundo de fantasía, solemos hablar (hablo) de restaurantes de 200,300€ o más (mucho más)… No es el mundo real y puede tener algo de chocante, pero defiendo la alta cocina de la imaginación, de la creatividad, de la belleza que abre puertas y hace soñar. La que tira del carro para el resto. Siempre será necesaria y me seguirá fascinando. Asumo está contradicción de mi parte.
Solo pretendo estar por debajo de la línea roja que separa el legítimo hedonismo de la glotonería y del exceso, con tintes de exclusivismo altivo. Con esto, me doy por satisfecho.
Ahora no iré de humilde que se conforma con un trozo de pan y un trozo de queso. Pero si la croqueta de macarrones de la abuela italiana de Bea, tienen este sabor y esta corteza crujiente, entonces bienvenida sea la “cucina povera” de recuperación. En la carta gambitas, de la pequeñas, serviola o raya, alitas de pollo, jugo de fricandó, conejo. No se ven angulas ni se esperan (el tema del momento…). Cocinando así de bien, esta cocina humilde e imaginativa gustará a todos.
Repetí algunos platos de la primera vez. En las tabernas se repiten los platos. Se va también para ello. La sopa de cebolla con ravioli de Comté. Sigo reclamando un queso italiano o catalán, pero mientras tanto la disfruto tal como viene: un consomé oscuro ligeramente avinagrado y sus tiernos raviolis de queso. Los tortellini de rabo de ternera, tienen una textura casi glutinosa, muy alejado del insoportable “dente” excesivo que, a veces, encontramos en restaurantes creativos italianos que quieres ser “modernos”. Aquí son amables, jugosos, con una demi glace maravillosa que se entremezcla con una crema de parmesano. Unas chips de topinambo para dar un poco de crujiente y de belleza al plato. Emociona ver los precios de estos platos (la cuenta habla por sí sola: nos invitaron a postres, pero aun así…). Esta pareja quiere dar lo mejor y hacer felices a todo un público que igual no se puede permitir gastar más.GLUG son de los que mejor resistirán, si viene algo de “tormenta”, porque rezuma ilusión y honestidad.

Como talismán para este bonito proyecto, está «Glug» , el pobre gato naranja que la pareja recuerda con cariño y mantiene vivo con su logo.


Gambitas bravas

Croquetas de macarrones
Setas, ventresca de atún, almendra
Pizzeta frita, alcachofas, stracchino
Tortellini, parmesano, topinambo
Sopa de cebolla, botones de Comté
Hacía tiempo que quería encontrar una sopa en una carta. Estamos en invierno y apetece mucho. ¡Más sopas, por favor!

Serviola, salsa fricandó, piñones, langostinos
Las palabras son importantes: vuelven los fricandó, aun que sea, a veces, solo la palabra, aquí sinónima de «judo de guiso de fricandó» . Como vuelven también las escudellas que rebifan académicas o bajo todas las formas, de pescado, de caza o con dumplings. Las palabras nos sitúan en una geografía y en un marco mental que nos reconforta.
Albóndigas de conejo, ensalada de rilletes de conejo escabechado, pamplinas
Caquí persimon, pistachos, helado de hucatay
Choux, cacao, ceps, praliné
La masa necesitaba un poco más de cocción.Le faltaba ese crujiente que sugiere su aspecto de «craquelin».
Corte de castaña y nata, merengue
Algún toque de alcohol para mitigar el dulzor hubiera estado bien. El whisky va muy bien con la castaña.

En esta casa, los aficionados al vino disfrutarán. Hay muchas referencias. Este Ribera Sacra me encantó.

GLUG
Barcelona











