1ª entrega de la crónica del viaje: Café de Luce
Conté mi último periplo parisino/normando en mi cuenta de Instagram (que no llega a los 3000 seguidores, con el trabajo que me da…) pero necesito hacer un resumen de mis pequeñas vivencias gastronómicas (algunas no alcanzaron esta categoría de “gastronómico”). Lo repito, una de las funciones de estos posts es ayudarme a fijar los recuerdos y anotarlos en mi blog/archivo. Si les interesa a algunos lectores de este blog, bienvenidos son.
Cuando viajo, los restaurantes multiestrellados no son mi prioridad. Busco bistrós de calidad (los encuentros a menudo en París: magníficas mis visitas a Clown Bar y Le Servan) o, en provincias, busco el Santo Grial de la restauración que sería la casa de comida con cocina regional, la que queremos comer para reflejar el “paisaje” en el plato. Pero un soplo de creativitis desatinada invade el mundo y las casas con identidad, buen gusto y buen producto escasean. Lo tuve que encontrar (y lejos de cualquier perfección a pesar de los 120€ de la cuenta) en el Bistrot de Cancale, del hijo de veterano cocinero Roellinger, a unos kms del Mont Saint Michel, ya en Bretaña. Es también lo que hay que pagar (y algo más) por la propuesta que hace Niko Romito en el Hotel Bulgari de Paris, pero solo por la tranquila terraza llena de “personajes” del triangulo de oro de la Avenue Georges V y la magnífica “cotoletta” alla milanesa, la visita vale la pena. El resto, BibGourmands de provincias, en los que Michelin premia esta modernidad mal entendida que consiste en ir poniendo cosas más o menos incomestibles en el plato, o al menos anodinas, alrededor de productos de calidad mediocre y cuyo resultado en boca es, en mejor de los casos la insipidez más absoluta. A veces llega a provoca un sentimiento de pulsión vomitiva, como aquel magret exangüe y de piel gomoso enfangado en un pure cortado de remolacha. (L’Alcôve de Bayeux, departamento de Calvados, Normandía). O esa tartaleta de verduras de temporada, con guisantes enormes, sin ningún aliño o condimento que realce (“relève”) el bocado. Lo veremos , más adelante, en otro capítulo. También me ocurrió en Agen, hace dos años. El dueño del bibgourmand de la ciudad invocaba la creatividad cuando no llegaba ni a la comestibilidad. Por ser justo, no es solo propio de Francia. En el Bibgourmand de Albacete que visité este año (como de paso, camino de los excelentes Oba y Cañitas Maite), no sabían ni recalentar un guiso de ternera. Ay estos “socarrats” involuntarios, descontrolados e invasivos…

Paris ,martes 4 de julio, 21h20, Gare de Lyon . Grandes dificultades para coger un taxi que nos permita llegar a las 22h al restaurante CAFÉ DE LUCE , bistró de la aclamada Amandine Chaignot (que tiene también un gastro: Calèche). Era el sitio ideal: cerraba a las 22h15 (casi tarde por ser Paris) y relativa proximidad con el hotel. Platos calientes ya no eran posible, por la hora. Pero luego tardaron 15mn en darnos la carta…
Terrina de foie-gras, correcta.
Acras de pescado (generalmente son de bacalao, son como croquetas en este caso muy muy densas , fritas en un aceite ya cansado…).
Tartaleta de tomate cuyo hojaldre estaba totalmente quemado. Reclamé, y a los 5mn, ya tenía el plato correcto en la mesa: al final del servicio, eligieron una base de hojaldre quemada entre todas las que podían tener en mise-en place. Todo un detalle.
Solo faltaba el postre: crêpes Suzette, una quemada (sabor de agarrado característico). Había ganas de acabar el servicio y de “ventilar” rápidamente esa mesa inoportuna que llegaba a las 22h…
30º en Paris. Vino tinto caliente. Tuve que pedir que refrescaran mi copa. Lo de “tinto a temperatura ambiente” aun se estila. Pero también “ a temperatura de bodega”, cuando solo en 3mn, con estos calores, un vino de 15º puede pasar a los 25º. Además, me gustan que me sirven la copa (cuando solo bebo una copa), cuando llega el primer plato y no mucho antes, para que no se vaya recalentando en la mesa.
Primera noche en París más que regular. Pero mañana nos espera el lujo del Hotel Bulgari y la garantía de calidad de Niko Romito…

Pan tostado a desganas


Huevos mahonesa sin fuerza…Se empeñan en proponer este plato de bistró icónico, en todas las cartas, cuando realmente no le saben dar gracia.


Segundo pase de la tartaleta, ya correcta, aunque seguía estando sosa.


Creía que era yo la que veía tantos defectos en los Bibgourmand y nunca dije nada. Me alegro de su comentario. Gracias.
Evidentemente con todas las excepciones que haga falta 🙂
Cruix, por ejemplo en Bcn está genial.He vuelto allí hace poco.
En París estuve en Lai’tcha,tb Bib(lo averigué después cuando miré todos los Bib de la capital) y me paeeció muy correcto.