Desde hace unos pocos meses , observo un gran entusiasmo hacia este nuevo restaurante japonés. Ya era hora de que se renovara un poco el panorama de la cocina nipona en Barcelona. Me encanta el Shunka, sigo apreciando los sushi (y la tranquilidad) de la barra del Cercle, me sorprendió agradablemente Wakasa y tengo dudas sobre Ekubo (dos visitas : una excelente, la otra desastrosa. Tendrá que haber un desempate).
Todo el mundo aplaude la llegada de este novedad, pero me da la impresión de que los entendidos en sushi andan muy escasos. Opinamos a partir de las pocas informaciones que tenemos (diré : qué tengo, para ser más exacto). Se suele decir que hace falta un par de décadas para ser un experto sushiman. Espero que para opinar sobre sushi, el tiempo de formación sea más corto…
Hace pocos meses hablé con fervor de Kappo (Madrid), que aprecié por su excelente nivel (desde mi pequeña ignorancia), y por su relación calidad-precio increíble ( dato objetivo).
Sato i Tanaka compite(n) (son dos sushiman) en excelente RCP con Kappo. Algunos euros más barato el menú largo (55 contra 62) , pero con unos preliminares más cortos respeto al restaurante de Mario Payan, (digno discípulo de Ricardo Sanz), quien sirve todo un pequeño menú-degustación antes de la deslumbrante retahíla de sushi.
En ambos casos una barra, totalmente baja en Kappo, algo más elevada e incómoda en Sato i Tanaka. Soledad de Mario antes sus clientes. Bicefalia y cuatro manos , en dos barras separadas en el caso del japo de la calle Bruc. Ambos son jóvenes y expertos, lo que desmiente un poco la leyenda urbana de los interminables años de aprendizaje.
Nos encontramos con una auténtica barra japo en el que el sushiman te ofrece las piezas una por una, ya pintadas con la salsa. Una cercanía que se agradece y que se sale un poco de la maquinaria bien engrasada pero más impersonal de Shunka.
Solo expresaré un pequeño comentario “negativo”: en “Sato” se unta el nigir con una mezcla de soja y mirin,(lo pregunté), que endulza ligeramente (e innecesariamente) algunos bocados…Se nota particularmente este dulzor, ya que Sato es parco en wasabi. Cantidad que reforzó ligeramente después de mi queja, pero que no anuló del todo esa impresión de dulzor.
En los primeros bocados, y después de unos espárragos a la plancha, me sorprendió la corneta de mar, me encantó el helado de hígado de rape (miso y mantequilla), servido encima de una raíz de flor de loto crujiente,
el bonito con berenjena, y sobre todo el tártar de jurel, delicadamente sabroso
Correcta fue la tempura de piparras, alcachofas y espárragos.
Verduras encurtidas
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Calamar, salmonete, lubina, rodaballo renuevan un poco los habituales pescados de barra de sushi como la caballa , espléndida, la anguila con sansho, menos carnosa de lo habitual pero deliciosa, o el gunkan de ikura (huevas de salmón) o de erizos.Todo está hecho al momento delante del cliente: desde pelar la gamba hasta retirar la piel transparente y gomosa de la caballa. La mise-en-place es mínima. y sin embargo el ritmo no decae, gracias justamente a los pocos comensales atendidos.
Se termina con una sopa de miso con almejas.
Y un postre que no me entusiasmó.
Al mediodía, hacen menús. Uno corto, muy barato, y otro más largo a 35€. Precios un poco en la línea “low-cost” de los dueños de Can Kenji , quienes están detrás de este nuevo proyecto.
No suelo tomar vino con la cocina japonesa. Una kirin suele ser mi bebida preferida en estos casos. Qué raro que solo tenga Heineken…Un detalle que se tendría de subsanar.
SATO i TANAKA
C/ Bruc nº 79
93 809 92 74
Reservad con antelación. Se llena enseguida ya que solo caben 8-10 personas por barra y aquí no se doblan las mesas.
En mi última visita me pareció que, más allá del dulzor de la soja, abusaban mucho de ella, lo cual es una pena ya que enmascara mucho el producto, que en este caso no es malo… Una vez dicho esto, el restaurante en sí me encanta, seguiré yendo pero quizás avisare para que no abusen tanto de la soja.
Abusan solo en algunos nigiri, de ahi que algunos me parecieron más dulces que otro.El problema es el mirin!