Para demostraros, si fuera necesario, que entre la alta gastronomía y la taberna de croquetas y bravas , existen muchas posibilidades, sigo enseñando fórmulas alternativas. Y no solo, como es el caso, al nivel culinario, sino de formato de “restaurante”.
L’Alegria es una antigua coctelería reconvertida en “casa de comida”. Otra vez tenemos que hablar de los dueños del Bar Paradiso quienes empezaron con el Bar La Confitería del Raval (que sale estos días un segundo por Tv en un anuncio de coche ), siguieron con el Bar Maravillas (situado en una esquina de la, desconocida por mi, plaza de la Concordia del barrio de Les Corts y ahora con este sitio inclasificable situado en otra esquina de la plaza, que me recuerda un poco esas tranquilas plazas del barrio de Gracia.
Toni Requena (en sala), Giacomo Hassan, Borja López (cocina)
La cocina la lleva Giacomo Hassan, un italiano de origen líbico que fue pasando por muchas casas (Disfrutar, DiverXo, Gresca, Boragó en Chile…) antes de implicarse, a sus 28 años, en este proyecto, sabiendo que con una plancha y dos placas de inducción en una cocina de apenas 3m2, no podría sin duda dar rienda suelta a todo su bagaje gastronómico. Pero las ganas de cocinar de él y su ayudante, con solo un camarero en la sala, pueden más que todas las dificultades. Llevan 6 meses abiertos y ya empiezan a convencer a la gente del barrio que se arriesga a probar este bar-restaurante camuflado detrás de un look de coctelería de insólito diseño.
Justamente la cocina de Giacomo no tiene aun un estilo muy definido y alterna platos un poco arriesgados con propuestas de sota caballo y rey que pueden satisfacer hasta el paladar más timorato.
La carta es corta y se renueva a menudo. Precios muy ajustados (el más caro debe ser el tártar a 14€). Ahí pagas solo por el producto, humilde pero de calidad, y la ilusión en hacerlo bien a pesar de las dificultades.
Empezamos la degustación de una manera un poco titubeante con un bacalao como de esqueixada, mal casado con unos “fettuccini” de zanahorias un poco raw y sosos (a veces estos dos defectos van juntos…), aceite de pino y caldo de apionabo inapreciable. ,
Pero la cosa se arregló con un excelente “rosbif” de lengua de ternera con pistachos , setas en vinagreta , limón confitado, mostaza y una punta de ajo crudo realmente estimulante.
Seguimos con el sabor con el tártar, cortado a cuchillo (hay tártares para untar y otros para morder), aliñado con una cremosa yema de huevo curada en sal/azúcar. Defiendo que se “cueza” de alguna manera la yema que se pone en los tártares. En este caso también porque adquiere mejor textura para “engrasar” la carne. Toque de nuòc mam e incorporación interesante de algunos chips de topinambo, textura crujiente que se une a la de la dentelle de maíz.(técnica Disfrutar). Bonito plato. Y rico!
Pequeño problema con la (no)cocción de los puerros. Verdura que necesita , más que cualquiera otra, por su fibra, una cocción fundente y no crocante. La sobrasada anunciada no se encuentra y la naranja sanguínea deshidratada no se integra al plato.
Agnolotti de tapa plana con colmenillas. Un punto de acidez de vino blanco o amontillado convendría para “levantar” un poco la salsa.
Excelente la raya con una deliciosa y untuosa “meunière” . Defiendo que se cojan las recetas clásicas para, cuando se puede, modificarlas y mejorarlas. Una meunière estricta no suele tener esta textura, que aquí se agradece. Patatas chascadas y unos enokis encurtidos que aportaban una textura muy interesante mientras reforzaban la acidez.
Pollo de corral con un clásico puré de patata , brotes de cebolleta de las cuales se agradecería un poco más para dar más protagonismo al frescor punzante de la liliácea. El jugo al vino rancio estaba riquísimo, recordando los mejores jugos del Gresca. A veces la sencillez aparente es lo que más apreciamos.
Helado de rosa, crema de limón y merengue Tal vez un poco dulzón. Ganaba el azúcar sobre la acidez.
Una versión personal y conseguida de la merienda catalana “ pan,chocolate, aceite, sal”. Aquí con una ganache de choco y quinoa suflé.
Excelente vino gallego recomendado por Toni. Un mencía fresco, ligero, 12º . Candea D.O. Monterrei
Si en un simple bar se pueden conseguir estos vinos, ¿por qué me encuentro con tantas dificultades a veces para encontrarlos en restaurantes de más alto nivel ?
Creo que será agradable, con el buen tiempo que llega, cenar en las mesas de la terraza…
L’ALEGRIA
c/ del Remei nº 2 (esquina Plaça de la Concòrdia)
93144 82 84
De martes a viernes . De 20h a 23h30
Sábado abierto también al mediodía.
Domingos mediodía de 12 a 15h Vermút y tapitas caseras.
Pues ya somos dos que desconocíamos la existencia de esta plaza, que me sorprendió por su ambiente animado…
Por lo que respecta a la gastronomia, me sorprendió el atrevimiento, de que en una carta relativamente corta, aparecieran la lengua, unos lletons i hasta el tàrtar con el huevo entero, que mucha gente no lo tolera..
En todo caso, el proyecto promete…
Saludos!
Así que ya estuviste a L’Alegria ayer noche?
A mi me parece interesante el proyecto a pesar de las incomodidades de la extracción de humos.
El huevo del tártar me parece aceptable de esta manera,ligeramente curado.
No ayer no … estuve hace ya unos dias… 🙂
Nos apuntamos el restaurante!!
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