César Lopo (sala) y Tono Pastor (cocina) llevan tres años asociados y llevando este BOUET en el popular y animado barrio valenciano de Russafa. Es un pequeño restaurante , bar, taberna (qué importa las etiquetas?) que me recomendó Mari Carmen Bañuls, la mujer de Ricard Camarena.
Llegué con poca hambre, después de la espléndida comida del mediodía en “Ricard Camarena “, con la intención de cenar sólo un par de platos. Pero desde el primer bocado el paladar estaba ya estimulado y ávido de ir probando más platos de esta cocina fresca y sabrosa. Buen producto y buen fondo valenciano, vestidos con toques orientales bien utilizados y equilibrados. Ésta sería las características de la cocina de Tono.
Platos elaborados con mucho mimo y sensibilidad que salen de una diminuta cocina y con una “brigada” de tres personas, para un comedor lleno a rebosar, doblando mesa. El mérito de estos dos pequeños equipos es enorme.
Mejillones con lima kafir, lima, cacahuetes, cilantro y chile. Excelente comienzo. El apetito empieza a abrirse.
Fantástico el platito de habitas frescas a penas salteadas sobre una base de yema de huevo curada a la soja y crujiente de jamón bien esparcido por el conjunto del plato. Realmente delicioso.
“Figatells” (tradicional embutidos con hígado de cerdo) pero aquí con calamares de playa. Toques de almendras, pipas, dátil (dulce muy moderado), ajo y cilantro. Romper la hoja de albahaca a trocitos: un matiz aromático más. Deliciosos bocados. “Alta finger food” , quizá no al nivel de la performance técnica, pero sí gustativa.
Tataki de emperador con salsa de naranja y miso. Puré al wasabi, crujiente de panko. Ya soy reticente ante cualquier tataki, pero reconozco que este platito era un diez. Tanto en la perfecta cocción del pescado con el suculento aliño japo-valenciano.
Buena versión de un all-i-pebre. Aquí con pulpo y anguila, pasta de pimiento algo picante y tropezones de pan crujiente. Hacía tiempo que no veía verduras torneadas…
Excelente el cerdo a baja temperatura con ensalada de cacahuetes y nam jim. Thai o vietnamita. César había avisado que se parecía mucho al aliño de los mejillones, pero no me importaba. ¡Pedir cuchara para el caldito/aliño !
Me hubiera gustado en los postres encontrar el frescor aromático de la cocina salada, pero el nivel es muy bueno como en esta pannacotta de rosa (Malabi), pistacho caramelizados, remolacha y piña.
Sablé bretón (aquí de cereales y sin sal), mango, espuma de coco, almendra y toffee. Buenos los dos postres pero faltaba en ambos algo de refrescante acidez.
Como lo habéis entendido…: sitio altamente recomendable , aunque fuera por su excelente relación calidad-precio-satisfacción. Hacer caso , como lo hice, a la carta cantada. Justo acabían de recibir estas habitas… En verano, se puede comer en la terraza.
Otra información interesante: justo a la vuelta de la esquina , tienen una pequeña hamburguesería que, por lo que se comenta, lo está haciendo muy bien.
EL BOUET
c/ Puerto Rico nº 36
676 56 02 13