Un antiguo molino con vistas espectaculares a las marismas pero perfectamente ubicado a 100 m de la estación de tren de El Puerto de Santa María será dentro de un año, si todo va bien, el espacio privilegiado del nuevo restaurante de Ángel León. Son 950 metros cuadrados de una vasta sala diáfana, recientemente restaurada por la Diputación de Cádiz, que el cocinero tiene previsto habilitar según sus sueños. ES el sueño de su vida. Lo que llama su locura. Un proyecto descabellado en estos momentos de depresión general, más aun en esta región, donde las cosas son más difíciles si cabe. Pero tal vez, justamente por estos motivos el sueño de este cocinero es más necesario que nunca. Primero para él y su equipo. Luego también para marcar territorio con una presencia gastronómica fuerte, atractiva y tremendamente original en una zona que lo necesita, y en la que se producen unos vinos únicos en el mundo (estamos a unos kilómetros de Jerez de la Frontera). Este punto de referencia gastronómica ya existe sin duda en el pequeño local de la calle Puerto Escondido, pero la cocina (y la sala) de Aponiente no para de crecer y ha llegado el momento de buscar otro marco.
En El Molino de Aponiente esta cocina del mar podrá explayarse con más comodidad y profundidad ubicada en plena marismas, llenas de salicornia e hinojos marinos, en ese parque natural que rodea el edificio.
Para el futuro, hay proyectos de huertos marinos y de paseos guiados por el parque , que ayudarán a hacer de una visita a Aponiente, una “experiencia” gastronómica (ahora que esta palabra está en boca de todos) aun más redonda .
Algunos nos acordamos cuando hicimos nuestra primera excursión a Michel Bras, a finales de los años 80… Ojalá ocurra para este lugar un poco lo mismo. Sí. Sigo insistiendo en mi comparación con el paradigma brasiano del “terruño pobre”, en aquella dignificación del páramo que era (que es) el Aubrac y esta posible “rehabilitación” de cenagal de El Puerto.
Todo este esfuerzo que el equipo de Aponiente está haciendo desde hace unos años, de investigación marina aplicada a esta cocina tan particular, esta recuperación de los pescados ignorados (el equivalente marino de los “légumes oubliés”, tubérculos olvidados ), alcanzará sin duda, en este paisaje de los esteros, la última coherencia que le podía faltar, que era la del marco.
Existe una clientela internacional que aun no está dispuesta a hacer miles de kilómetros, por mucho que el NY Times lo publicara hace un par de años, para comer en una taberna, por muy pulida que ésta fuera. Quieren “packaging” y El Molino de Aponiente se lo ofrecerá.
Todos mis deseos para que este ambicioso y bonito proyecto llegue a buen “ Puerto”…
Hace un tiempo ya tuve noticias de este proyecto, con fotos y todo, como muestras en este post. Cuando vi que Angel se embarcaba en Top Chef, lo entendí perfectamente. El ambicioso proyecto necesita de un respaldo económico y desde la “humildad” que tenía a nível médios era imposible. Ahora, se puede afrontar con más optimismo y posibilidades. Ojala le salga todo bien.
Creo que el dinero de TopChef será un gota de agua en este océano…
ayer fuí a visitar el molino de mareas en el puerto de santa maría y para mi desgracia me ancontre con una explanada y una pared con una puerta metálica cerrada, sin ningun cartel donde se indicara la posible visita,horario y dias, una pena.
Creo que Ángel está encontrando dificultades (oposición de algunos ecologistas) en su nuevo proyecto. La temporada se abrirá en el Aponiente de siempre….
Puede ser, lo que significa Top Chef es visibilidad mediática. Algo de lo que Angel carecia. Lo que gane en el programa no es nada en comparación con lo que eso puede traer detrás. Patrocinadores, publicidade, ayudas públicas, etc.
Si. Es cierto pero Ángel es muy selectivo con este tipo de cosas . No le gustaría manchar su imagen con patrocinios cualesquiera.