COCINA JOVEN ENTRE VIEJAS PIEDRAS
Producto , sabor y buenos postres


Hace apenas diez meses que Lucía Freitas y Nacho Tierno han cogido las riendas del restaurante A TAFONA, emplazado en el hotel A Tafona do Peregrino en Santiago. Y los dos desde la cocina. Él se ha formado con Pedro Martino en L’Alezna , ella en la Escuela Espaisucre, el Celler, El Bohío y Mugaritz. Entre los dos suman un buen curriculum. En este tándem (profesional y personal) parece que sea Lucía quien lleve el timón. Viendo su ponencia en la tarde del domingo del Forum sobre la cocina en miniatura daban realmente ganas de hacerles una visita. Papada de cerdo, cigala y limón fue el reclamo que nos empujó a reservar mesa.
Tomamos el menú Tafona (35 €) compuesto por un aperitivo, cinco platos y dos postres.
Desde el primer bocado de alubias rojas con lengua y zamburiña, se entiende que en esta casa se busca principalmente el sabor.( Tal vez funcionaría mejor como entrante caliente que como aperitivo). El sabor: primera impresión que se irá confirmando a lo lardo del proteínico menú que íbamos a degustar.
Sin embargo, en el segundo plato (nuevo en la carta) Ensalada de huevas y caballa en escabeche, encontramos a faltar un hilo conductor que uniese los elementos de la ensalada. Sosas las huevas, flojito el escabeche de la caballa y “dente, dente” de las verduras.
Pero rápidamente aparece la famosa papada. Espectacular de textura y de sabor. Como lo explicó Lucía en su ponencia, con la oportuna presencia desengrasante del limón confitado (hecho un poco a la manera marroquí) y encumbrado por una magnífica cigala. Esparcidas tímidamente ,unas huevas de trucha que refuerzan el sabor a mar. Un plato realmente goloso. Tal vez faltaba algo de fluidez a la salsa (como lo decía en el posta anterior : pizarra obliga…).
Excelentes también las mollejas de ternera con crema de queso de cabra, shiitakes y alcachofas. El shiitake es la seta “bistronómica” por excelencia, “el boletus de los pobres”. Una pregunta : ¿ por qué no hacer llegar la crema de queso hasta el final de la línea de las mollejas? Unas sabrán a queso y otras no…


Como no podía ser de otra manera en el caso de una buena discípula de Espaisucre, los postres estaban a la altura.


En resumen, una muy agradable sorpresa y visita muy recomendable en Santiago.
Otro matrimonio joven que lucha por hacer una cocina moderna pero comprensible, sabrosa pero elegante, en una plaza particularmente difícil donde apenas se permite “tocar” el producto.
Relación calidad precio inmejorable.
¡Vaya hombre! Precisamente estuve hospedado en A Tafona en mi visita a Santiago del mes pasado y no me fijé en su restaurante. Queda apuntado pra la siguiente.
Excelente comida, menu del dia muy buenos, pero los camareros son bastantes desagradables…por no decir mucho…
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