No me gustaría despedirme de Málaga sin recomendar un par de sitios más.
El Campanario Refectorium
Sin duda las vistas más espectaculares sobre la ciudad. No quiero imaginar una cena en la terraza, más avanzada la primavera o en pleno verano, a 3º menos de temperatura que en la ciudad. Se abrirá pronto . Horario de las 21 a las 2 de la madrugada. Un lujo.
Juan Morcillo realiza una cocina que oscila aun entre un sencillo respeto al producto
como en la ostra,
las deliciosas cigalitas con emulsión de ají amarillo
o las sepietas a la plancha, que explotan en la boca, apenas contrastadas con un crujiente de algas,
y platos un poco más confuso como el riñón de chivo con mini espardeñas, puré de coliflor y berenjenas.
Pero es excelente el guiso de cardos y almejas a la marinera. Sólo le sobraban las habitas casi crudas (Juan me explica que normalmente no las suele poner…)
También la parpatana con puré de apionabo y setas ganaría con un simple condimento ácido-picante.
Buena la carrillera ibérica de Joselito con una guarnición esta vez muy apropiada, ácida y fresca como la ensalada de tirabeques y hierbas aromáticas. A veces me pregunto si las largas cocciones a baja temperatura (en este caso 12h a 65º) son necesarias para carnes con tanto colágeno como una carrillera. Siempre se loan las carnes que “se deshacen en la boca” pero un poco de mordida tampoco estaría mal.
Golosas la piña colada con espuma de coco.
El Candado Golf
No había oído hablar del cocinero Javier Fernández. Forma parte de esa hornada de cocineros que rondan los cuarenta y que se formó al mismo tiempo ( y con) Dani Carnero.
Fernando Rueda insiste en que vayamos a probar su gazpachuelo. Un plato que he probado más veces en sus versiones modernas que en la tradicional. No me resisto a esta proposición.
Candado Golf también se sitúa por las alturas y en las afueras de Málaga, dando, como su nombre lo indica, a un campo de golf.
Veo que la carta está llena de arroces en todas sus formas. No recuerdo haber comido muchos arroces secos de nivel en Andalucía. Lo pido como colofón de la cena (¿quién dice que no se puede comer arroz a la noche?). No me arrepentiré…
Pero antes Javier nos sirve una ensaladilla con ventresca en aceite . Untuosa. Impecable.
Una simple ensalada de gambas blancas con el aguacate de la empresa Trops, protagonista de la presentación del día anterior. Es u excelente producto . Un aliño sencillo con cuatro gotas de soja. Echo de menos unas gotas de limón pero el aguacate, madurado en su punto, me suena a pequeña delicia.
Unos tacos de barriga de atún con wakame. Menos grasa que una ventresca pero con más mordida.
Huevas de róbalo (lubina salvaje) fritas con una suerte de pico de gallo (picadillo de tomate aliñado). Un fino rebozado que encierra las huevas aun jugosas. Sencillez irreprochable.
Llega el famoso gazpachuelo con trozos de pescado justos salteados, y el caldo tibio también con sus tropezones. Untuoso. Sabroso. Inmejorable.
Otro plato de cocina popular andaluz : un magnífico encebollado de atún. Para mojar pan o …pedir cuchara.
Javier no intenta complicar por complicar (al menos en los platos que nos sirvió). Todo está limpio y entendible. En una palabra :rico.
Y ¡ por si fuera poco el arroz de presa ibérica y alcachofa también estaba en su punto! Casi me molestaban los trozos de carne. Suelo preguntar de dónde proviene el cereal: era bomba de Illa del Riu del Delta del Ebro. Para este tipo de elaboraciones, un senia o un bomba le dan mil vueltas al carnaroli. Aquí tenemos otra prueba. A parte, también está la buena mano del cocinero…como era el caso. Y esto ayuda para un buen resultado…
Tarta de queso casera, con una “pâte sucrée” que hacía demasiado honor a su nombre…(no hay foto).
De los mejores de malaga
Y por cierto el cosmopolita también de mi preferido
El mejor de los tres…
Ok