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SUCULENT .(mayo 2013)

“ CASA DE MENJARS”

La excelencia de la casa de comida

El equipo ha crecido un poco…

Hace seis meses que no me acercaba al Suculent. He intentado reducir la frecuencia de mis visitas desde el final del año pasado. No es bueno acudir muy frecuentemente a los restaurantes que te gustan. Hay que dejar al cocinero el tiempo de renovar un poco la carta y sobretodo se disfruta mejor de la visita cuando ésta se ha hecho un poco esperar.

Este restaurante, o esta casa de comida contemporánea, ha cumplido justo un año pero parece que hayan pasado muchas cosas en tan poco tiempo, desde la nominación como Restaurante Revelación en MF 2013 hasta el puesto de finalista para Antonio Romero (a la derecha en la foto)en el concurso Cocinero del Año en el Forum de Girona.

Carles Abellán y Coto, me explican que, en el futuro, se abrirá el local de al lado con una barra para hacer el vermú y tomar tapas que irán de 1 a 5 euros. Y en el primer piso, un salón privado para acoger grupitos que no caben la salita de abajo.

Pero lo importante es que este lugar ya se ha convertido en todo un referente en Barcelona cuando se habla de cocina informal pero de calidad . La cocina de Toni sigue en un altísimo nivel. Gracias sin duda al mejor de los productos pero también al sentido del gusto de este chico.

Justamente hablando de producto, coincidí ayer con Adalino Juan, uno de los mejores (si no el mejor) distribuidores de carne gallegas del país. También su cecina de León ( que se come en el Bravo y que volví a degustar ayer en Suculent) es excepcional y no tiene nada que ver con esos productos secos y correosos que abundan en el mercado. Y el lomo de vaca que distribuye Adalino se puede encontrar el Coure.

Ayer degusté el rabo de vaca de Cárnicas Lyo en el Suculent, acompañado de un puré de boniato al aceite de trufa natural y pecorino rallado. Un plato que por sí solo merece una visita. Cuando la excelencia del producto se une a la mano del cocinero, el resultado puede ser sublime. Un plato que no encontraremos en un restaurante de alta cocina donde existe una obsesión atávica ( e imposible ya de corregir) en limpiar los pescados de sus espinas y las carnes de sus huesos. ¿La solución? Y a buscar la “alta cocina” en las tabernas de barrio como Suculent. ¿Quién decide lo que es “alto o bajo” en cocina, las guías o nosotros, por satisfacción gustativa que aporta a nuestro paladar?

Pero hubo más platos sabrosos. Casi todos equilibrados, elegantes, prácticamente irreprochables si no fuera por el postre de fresones con mató y galleta de nuez y miel, que me pareció seco y inexpresivo. Después del largo menú, esperaba como una sopa de fresones refrescante con sabores de cítricos, citronela, jengibre o de albahaca etc…

Los platos.

Boquerón marinado con su espina, zumo de aceituna. Hasta en el pescado pequeño queda mejor la presencia de la raspa. Croqueta de rabo y trompeta (2,50€). Ortiguilla. En ambos casos fluidez y sabor. De tierra y de mar.

Espárragos de Gavá (cocidos en su punto, es decir no crocantes), mahonesa de miso y nueces (faltaba quizás un suspiro de acidez) y aceite de vainilla (12 €).

Tartar de atún (emulsión de mostaza, chalota, ralladura de lima y cebollino). No se fíen de aspecto visual, de sabor era sobresaliente (10,60€).

Alcachofa del Prat, mollejas de cordero, mahonesa de trufa natural y cecina del Bierzo (12€). Un plato cuyos componentes se disfrutan tal vez por separado, pero delicioso.

Guisantes del Maresme a la menta, con sepionetas y butifarra negra (17€ la ración). Buenísimo, pero tal vez con un poco menos de caldo.

Bacalao con caracoles y picada. Le comenté a Toni, que a veces, estoy un poco cansado del bacalao apenas entibiado y anacarado, y echo de menos ese crujiente del bacalao frito o “a la llauna”…(15 € la ración entera)

La media ración de rabo de vaca del que hablé anteriormente (18 € la ración entera).. De una gelatinosidad excepcional. Contrapunto ligeramente duce de la boniato a la trufa, pero nada dulzón. Toque interesante del pecorino, en forma de condimento, como una “sal láctea”. Un 10.

Los fresones con mató, migas de nuez y miel.(6,50€)

La Rambla del Raval se ha convertido en el auténtico paseo del casco viejo (la histórica Rambla es ya un decorado hortera para turistas).

Las paradas de ventas artesanas, la escultura del gato de Botero, las palmeras, el Hotel 4 estrellas Barceló Raval con, enfrente, los “paquis” tomando el sol en los bancos, y las terrazas entre las cuales las de Suculent, ocupadas ayer por un grupo de comensales con el enólogo Álvaro Palacios a su cabeza…. Mezcla variopinta, pero autenticidad.

SUCULENT

Rambla del Raval nº 43

93 443 65 79

Cerrado domingo noche y lunes.

 

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