Un post deslavazado que habla de todo un poco…

Una habitación con vistas

Mi comedor preferido. El de los desayunos y de las cenas para huéspedes.

La tabla de embutidos de Can Rovira en los desayunos.
Excelente brioche casero.
El desayuno que no se encuentra en los hotels de 4 estrellas…

Tomate para “pa amb tomaquet” mejorable…
ELS CASALS son mi “campamento base” cuando visito la Cataluña interior. Es uno de los motivos de mis asiduas visitas a esta casa, cuyas cartas me gusta seguir a lo largo de las estaciones. Desde la trufa de diciembre no había subido a Sagás y aun me faltaría la visita de pleno verano con los tomates del huerto de los hermanos Rovira.
Se acaban de publicar las listas #OAD (Opinated Abaout Dining) que recoge unas 200 mil opiniones y reseñas sobre restaurantes, más las propias opiniones de su promotor Steve Plotniki. Estas listas circulan por internet, y no se trata de reproducirlas aquí.
Simplemente me hace mucha gracia ver a Els Casals en el puesto 22, rozándose con el Celler de Can Roca(nº21) o adelantándose a muchas vacas sagradas. Evidentemente, creo que, en este caso, se han valorado muchas más cosas que el nivel gastronómico del restaurante (que es alto, como lo voy señalando desde hace 15 años en este blog). También los votantes habrán (habremos) tenido en cuenta otros valores como el compromiso de sostenibilidad y el proyecto empresarial muy singular de la familia Rovira. Un modelo para jóvenes generaciones de cocineros, ahora, más que nunca vigente, después de la pandemia.
De casualidad, hice una pequeña intervención sobre este tema desde mi habitación de Els Casals para el programa de Catalunya Radio (Un restaurant Canibal a Berlin , con el que sigo colaborando, pero sin tanta asiduidad). Encontraréis el podcast en la web del programa. A partir del minuto 41, voy desgranando algunas reflexiones sobre el tema tan manido de la sostenibilidad y sobre los riesgos de crear una nueva moda de “cocina sostenible”, como hace 15 años estaba de moda etiquetar cualquier restaurante como “cocina de vanguardia” so pretexto que el cocinero había colocado un aire de lecitina encima de unas patatas bravas…
Pues Els Casals es nº 22 de la lista general y Alkostat es nº10 de la lista de los restaurantes “casuales”. Pero os prometo que sería incapaz de determinar las diferencias de fondo (culinario) que hay entre Els Casals y Alkostat que justifiquen que estén en dos listas diferentes. Solo sé que hace años que os hablo insistentemente de estos restaurantes, y ahora los veo, por fin, reconocidos por estas listas OAD. Listas que tendrán, como todas, su lado absurdo y heteróclito, pero que se salen del runrún de los rankings habituales y que mitigan el entusiasmo hacia alguna vaca sagrada de supuestas “dimensiones planetarias” (que seguro que no habrá para tanto). Pero unas listas que no tienen a Hisop, Vía Veneto o Aürt en sus filas (por dar solo estos tres ejemplos, no pueden ser perfectas…),
En Els Casals y en Can Rovira, son cocineros y payeses desde hace más de 20 años y cocinan según la temporalidad, el ritmo de las estaciones. Seguro que los hermanos de Oriol, mirarán el cielo, el sol y la luna para sus cultivos, como lo hace y han hecho los campesinos del mundo entero toda su vida.
Y lo hacen sin alardear de ello.

Pequeño huerto de hierbas y brotes, situado detrás de la salida de la cocina y no visitable por los clientes, al menos que pasen por la parte trasera de la masía. Lo encontré de casualidad. Aleix estaba probando de plantar okras.


Oriol Rovira con Marc y Aleix




La noche del miércoles, la “pensión” Casals está abierta, pero solo sirven un menú sencillo para los huéspedes. Judías verdes con patatas, fricandó con “rossinyols” y flan.

Las verduras deliciosas, el fricandó un poco seco (pero aun así, dejé la “escudella” limpia. Me encanta esa vajilla) y el flan de 10, como siempre. Esta vez el pâté tenía una costra más fina.
Al día siguiente, ya cené a la carta.

Miércoles y jueves son los días más tranquilos para una corta estancia.
Menestra de verduras
Me encanta : los calabacines torneados pero colocados al tuntún.
Ese jugo…

Tostada de mantequilla con “moixerons” laminados
(Perrechicos, seta de San Jorge, zizas). De esta manera, con la grasa de la mantequilla (no iría bien con aceite de oliva), la neutralidad gustativa del pan y el ligero calor del pan tostado, se puede apreciar el liviano sabor/aroma a frutos secos de la seta cruda.
Lomo de cordero con pochas y mantequilla avellana
Otro jugo deliciosamente cortado. La carne rosada. Abundante tomillo (no decorativo) que perfuma intensamente .la salsa Y un par de pochas para cada bocado. El equilibrio perfecto.
Civet de liebre
La tuber aestivium casi en corte “pont-neuf”. Solo para la textura, pero ni así huelen.

Pappardelle a la crema. Cebolla tierna.

Disfruté más de la guarnición que de la carne. En mi opinión, el plato interesante es servir la pasta con gotas de esencia de civet.
Tenemos que recuperar los platos y las guarniciones de pasta en los restaurantes “gastronómicos”. Este desprecio que tienen los cocineros por la pasta no se entiende. Todo tiene que ser “falsa pasta” de esto y de lo otro. No dejemos el monopolio de la pasta a los restaurantes italianos. Últimamente he comido dos veces pastas en restaurantes gastronómicos: los “radiadores” de pasta con espardeñas y velouté de calamar en Vía Veneto y esta humilde pasta a la crema de Els Casals. Un acierto en ambos casos.
Sorbete de fresa y ruibarbo
Una combinación muy frecuente en Francia pero menos por aquí. El postre fresco que necesitaba.


Último apunte. Acepté colaborar con una aplicación madrileña de restaurantes que quería incluir Barcelona a sus búsquedas. De manera totalmente altruista (como siempre), elaboré una pequeña lista de unos 50 restaurantes barceloneses (se podrá ir ampliando), que es sobre todo personal. Así que no tiene ningún afán no de exhaustividad ni de objetividad. La aplicación se llama VELADA y están en tuiter e Instagram.