





Tenía reservado mesa (o barra) en AÜRT justo unos días antes del confinamiento, así que no he tardado mucho en querer volver a este espacio (realmente no es una “casa” al uso), desde que se volvió a abrir hace unos pocos días.
Durant todos estos meses, estuve dudando en reabrir este blog. ¿Tendría sentido para mí, volver a publicar estos largos post con todas las fotos de los platos? ¿Sentiría las ganas y el ánimo de desmenuzar cada preparación y dejar caer una valoración sobre ella? Tal vez me ha costado un poco reemprender este camino (no sé hasta cuándo lo seguiré) pero pienso que este blog (que acaba de cumplir 14 años) funciona desde hace tiempo como un archivo de fotos, como un registro de platos, comentados o no, y que aun tiene su utilidad para los que querrán saber de dónde viene tal o tal preparación o concepto. ¿Qué hacían Jordi Vilà, Oriol Ivern o ElBulli en sus menús de hace 12 años? ¿Qué contaban los cocineros en sus ponencias de los Forums y congresos gastros en su década prodigiosa (lo cuento entre 2006-2016): reflejos de una época en la que todo parecía sorprendente y nuevo. Forum de Girona, Lo Mejor de la Gastronomía, Madrid Fusión, Gastronomika, Identità Golose, Alpe AdriaCooking, Andalucía Sabor…Todo esto ocurrió e intenté contarlo. Ahora solo cuento “lo que he comido” (parafraseando el “El qué hem menjat” de Josep Pla, deliciosa lectura de mi confinamiento).
En todo caso, quedamos muy pocos “blogueros” de restaurantes…
Instagram llegó con su avalancha de fotos/fotos/fotos (fastlook) y sus efímeras stories que se consumen como fastfood . Funcionan como chutes instantáneos de adrenalina gastronómica. Y me parece perfecto. Otro reflejo del momento. Pero para este comentario rápido, tuiter aun me sirve. Y la gente interesada sabe dónde encontrarme.
Evidentemente no hablo de todos los restaurantes importantes. Ni puedo ni quiero. Soy un aficionado que nunca ha cobrado por este trabajo, y pido que se me conceda al menos la libertad de elegir a quien quiero, y de escribir lo que me parece (siempre con argumentos y respeto). Para exigencias, os podéis dirigir a los profesionales que cobran sus nóminas. Yo, cada vez más, me considero un “amateur” (sentido literal de la palabra) en mi estatus de observador gastronómico, cada vez menos viajero (sobre todo en estos momentos) y menos presionado por una actualidad que, por cierto, este año, es fluctuante e incierta. (Si nos íbamos quejando regularmente del exceso de aperturas, ahora tendremos la oportunidad de lamentar demasiado cierres).
Así que reivindico mis preferencias, y hasta cierto sesgo en mi elecciones y juicios.
Justamente la cocina de Artur, que conozco desde hace casi 12 años, es un ejemplo de estos seguimientos sistemáticos que he ido haciendo con, al menos, 1 visita al año. (Así fue mi primera visita!) Tercera ya desde que se ha instalado en el vasto vestíbulo del Hotel Hilton Diagonal. También hay que añadir que este cocinero ha vuelto a abrir el Capritx de Terrassa bajo el nombre de La Mesa del Buen Gusto, solo para una mesa de 4 a 8 comensales y con presencia del cocinero que va y viene cada día entre Terrassa y Barcelona.
Para no repetirme mucho, solo querría decir que la cocina de Artur se ha ido definiendo y depurando cada vez más. Gracias a su fiel equipo de cocina (Marc Cano, Pol Ruiz,(históricos), Xavier Romero, Alba Llacera en los postres, y con la llegada de Iván García del Ma’i, el bistró del hotel, cerrado de momento) esta reapertura de Aürt mantiene un nivel altísimo de cocina (excelencia que pasaba, para muchos, desapercibida cuando estaba “escondido” en Terrassa). Este nivelazo se mantiene gracias a la ampliación de los medios y del equipo. Los postres, que siempre destacaron en Capritx, alcanzan ahora en Aürt un gran nivel, y no precisamente por sus efectos técnicos o visuales, sino por su extrema sencillez y su expresividad máxima a partir de un mínimo de elementos: espectacular la ciruela Reina Claudia, en ligera conserva, aun crocante y muy aromática, o el melocotón a la brasa, perfumado de un vinagre de Huelva de 80 años excepcional , que se puede codear con cualquier vinagre balsámico de 25 años. Esta impresión de que, a veces, con un bocado está tocho dicho, la encontraremos en otros platos del menú en los que la sencillez encierra reflexión y equilibrio: el bonito con miso casero, la royale de cebolla, la ostra con holandesa de apio o el simple aperitivo del caldo de piñones con fondo de pieles de anguila ahumada con su toque justo de estragón, en el que los tres sabores aparecen en boca en un orden sucesivo, dando una impresión de relieve gustativo con sensación de armonía final. Tuve esta misma impresión con el fricandó de tendones, en el que aparece primero la justa acidez vínica de la untuosa salsa, para luego percibir ese fondo de caldo de boletus que envuelve aromáticamente estos tendones, aun ligeramente resistentes en la mordida. La habitual seta que acompaña el fricandó ha desaparecido para dejar el protagonismo textural al tendón (sencillez), pero reaparece sutilmente de forma deliciosamente aromática en la salsa (complejidad). Como de costumbre, la trufa de verano (aquí es la de Sant Llorenç) alegra sobre todo la vista, lo que tiene aquí su pequeña importancia estética: aportar un color claro a este guiso de tonos oscuros.
Los platos:
El menú de 95€ (incluidos dos o tres propuestas del menú de La Buena Mesa, y la petición propia de repetir bonito como plato de pescado).

El pan , que reclamé en un post anterior, ha vuelto y para quedarse …en la mesa (antes Artur lo retiraba después del aperitivo. Es una presencia simbólica que agradezco siempre. Exceptuando unos pocos restaurantes (Disfrutar, Enigma, Mugaritz…) a los que se les perdona esa ausencia, el pan es una elaboración totémica de nuestra cultura gastronómica: marca, por su presencia en la mesa, de dónde venimos y lo que somos. A parte, están sus funciones meramente gastronómicas y “funcionales”: matar esa hambre inicial cuando lo empapamos en el aceite (otra presencia simbólica de nuestra Europa del Sur) o cuando aparece el plato de salsa del menú que invita a mojar.
Apabullar al comensal con una decena de panecillos de varios sabores (muchas veces riquísimos: auténticas golosinas panarras) me parece también un exceso en el que los comensales caemos evidentemente encantados, pero que es innecesario (como presentar un carro de 20 quesos…). En este caso, como en muchos, la virtud está en un término medio.

Semillas de pepino con caviar
Muestra minúscula de un aperitivo improvisado que no llega, por su pequeña cantidad, a ser gastronómicamente significante.


Caldo de anguila ahumada, piñones y estragón
Ver comentario en la introducción.

Bonito curado en caldo de judía del ganxet y miso

Puerro escabechado
Un plato de la carta anterior: punto muy equilibrado de cocción, aun ligeramente crocante. Preferiría que la salsa napara el vegetal, pero esto va a gustos.

Tártar de sepia, holandesa anisada, puntos de su melsa
Sabor de anís mantenido a raya, acidez de la salsa, ternura de la sepia, rusticidad del pan. Goloso. Un 10.

Ostra con holandesa de germinados de apio y sus hebras crocantes
Otra salsa grasa ideal para la ostra, ligeramente cocinada y ese aroma fresco del apio. Otro bocado de alto nivel.

Salmorejo de gambas
Con el jugo de las cabezas, trocitos de gambas crudas y crujiente de tomate seco. Un plato del verano del 2017 que no me importará nunca repetir una y otra vez.

Bombón de berenjena a la llama, berlina de anchoa, lágrimas de escalivada con vinagre de El Vendrell
Es como una secuencia de aperitivos en medio del menú que recuerda una escalivada con anchoa, en este caso un poco deslavazada. Se esperaba un poco más del bombón después de la larga explicación que nos dio Artur en la mesa. Delicioso el caldo de pimientos que me recordó unas lágrimas de pimientos asados de Mugaritz de hace 15 años (acompañaba una carrillera).

Royale de cebolla
(Leer comentario en la introducción).
Un plato de hace unos meses. Textura impecable. Otro plato 10!

Romesco
Tal vez el mejor romesco que haya comido nunca. Solo haría falta “construir” un poco el plato. Estos hilos de cebolleta y la almendra tierna no bastan para que este romesco se exprese como se merece. Recuperemos el romesco, ¡es nuestro mole!

Bonito a la brasa con praliné de piñones, ajo frito, vinagre blanco y hojitas de albahaca
Volvería mañana para comer una ración entera. ¡La piel se come! (hice la tontería de apartarla, cuando no las suelo dejar nunca…).

Gazpachuelo de fumet de tuétano, chipirones e hinojo encurtido
O bien se hace un gazpachuelo más líquido (y menos graso) o bien se ponen solo unos puntos de esta golosa pasta de tuétano para no saturar el delicado cefalópodo. Las dos maneras serían válidas. Pero habría que elegir. Y en el segundo caso, sería conveniente cambiar el nombre del plato.

Fricandó de tendones de ternera, con fondo de “ceps” y trufa de Sant Llorenç
Ver comentario en la introducción.

Pato del Ampurdán, nabo encurtido
Excelente jugo. Me gustó esta idea de “anèc amb naps”. El pato está curado en sal, ahumado y salteado. Textura algo nerviosa.
Postres:
Me encantó la serie de postres que elabora Alba Llacera a base de frutas de temporada. Exaltación del producto con pequeños toques.

Sorbete de rúcula con pepino
El primer bocado hiper refrescante después de la parte salada. Seré antiguo, pero me gusta identificar las dos partes de una comida: la 1ª en la que predomina lo salado y la segunda en la que predomina lo dulce. Platos ligeros y frescos para empezar, una “subida de tono” en profundidad gustativa y luego la “bajada” con el retorno al frescor de un primer postre que resetea el paladar. Esto no quiere decir que todo esto no se matice luego : el praliné de piñones ligeramente dulce del refrito para el bonito estaba perfectamente equilibrado. Y esta rúcula y este pepino, vegetales tradicionalmente relacionado con el mundo salado (pero que no lo son) pegaban perfectamente como inicio bisagra de la parte más dulce (que no era para nada empalagosa).

Ciruela Claudia en almíbar de vainilla y mejorana
Un bocado que no tiene nada pero lo tiene todo. Ver comentario en la introducción.


Melocotón asado con vinagre de Huelva, lima rallada
Idem: comentario en la introducción. Un bocado que el equipo había empezado a trabajar (ver post anterior de Aürt) y que ahora ha llegado a su punto perfecto.

Cítricos, yogur de ovejas y vodka
Agradables los bastoncitos de merengue seco que aportaban crujiente sin recargar mucho de azúcar.

Cerezas y almendras tiernas

Un poco más “trabajado” estaba el postre de higos.
Helado de hoja de higuera, higos, sésamo garrapiñado
Todo se cogía en una cuchara, y el higo, que parecía ligeramente macerado, estaba pletórico.¡Gran postre!
Apareció al final un pequeño postre con

Mató fermentado, miel de cúrcuma, piel de lima y albahaca
Interesante, pero después del postre de higo, ya todo estaba dicho.
No vi petits-fours pero me parece que sirven uno. Y me olvidé de preguntar si era para no recargar inútilmente la parte dulce que, al menos en mi menú, era más que suficiente.
Los vinos:


Un albariño tratado con método “champenoise” que acompañó perfectamente la primera parte de la cena.

Un sumoll del Celler Còsmic Vinyaters (Ampurdán) de 12º que me encantó. Ya había probado una vez en Casamar su vino dulce Essència, de garnacha blanca y me había entusiasmado.

AÜRT
Web
Abierto de momento las noches de jueves, viernes y sábado.
Aprovechad estos restaurantes que han hecho el esfuerzo de mantenerse abiertos este mes de agosto en Barcelona! Disfrutar, Suculent, Hisop, Coure, Dos Pebrots, Yakumanka, Suntaka, Gresca, L’Artesana de Poble Nou,Cruix, Granja Elena, Via Veneto, Terraza Martínez etc (seguro que son muchos más, y puede que algunos cierren unos días. No lo he averiguado…)
Que buen nivel ,tiene este chico.Me parece muy frío comer en el lobby de un hotel,comida de esta categoría,a lo mejor es lo que viene con el tema del coronavirus,los espacios amplísimos,es una tendencia en hoteles en estos últimos años,no me gusta, pero me da,que viene para quedarse.Me gustan mucho esta línea de postres, pero observo poco fondo de pastelería clásica,no crees? Mucho ánimo ,y gracias por tus reseñas,que sean por quince años más(por lo menos).
Gracias Daniel! Pero no pretendía decir que era un cumpleaños. De hecho lo abrí en enero 2006, creo. Era solo recordar que llevo un montón de tiempo con este blog y no sé, a veces si vale la pena seguir. Pero allí estoy de momento.
Tema Aürt: pues sí, estos sitios amplios inspiran más confianza que tascas pequeñas. Puede que dure esta historia muchos meses más…
Estoy de acuerdo contigo con el tema “pastelería”. Y algunas veces lo he comentado. Tenía escrito un párrafo al respeto, pero luego lo borré, para no liarla más y alargarme. Voy pidiendo también postres con fruta, y por una vez que me ponen 5 así, no iba a buscar tres pies al gato he he
Muchas gracias Daniel! No hacemos pasteleria clásica ni aplicamos masas de pasteleria tradicional. De hecho, hacemos cocina dulce más que pasteleria. Intentanos seguir una linea gastronómica de principio a fin. Tampoco utilizamos muchos hidratos o masas en la cocina salada. Nos interesa mucho la parte nutricional y saludable de un menú degustación. El objetivo no es sólo que comas bien. Sino también que siente bien. El final de un menú no debe ser un suplicio. No es casualidad que nuestros postres o platos dulces sean ligeros y frescos. Nos encanta la pasteleria clasica pero no encaja con nuestra propuesta. Un saludo!
No hay que cerrarse a nada , Artur! he he. Un toque de bizcocho o de hojaldre en un postre no pasaría nada, como en el caso de la berlina de anchoa en la parte salada.
Me responde el auténtico Arthur Martínez??jajajajaja,que crack,detallazo por tu parte,ahora Aurt es mi primera visita la próxima vez que vaya a Barna!! Lo de los postres,es simplemente una reflexión,más que para Aurt en particular,generalizando,debe ser porque soy cocinero y profe de pastelería en una escuela, y me gusta ver detalles de pastelería clásica en postres con trasfondo contemporáneo,fíjate,ese sorbete de rucola,me recuerda mucho a un helado de cebollino que hacíamos hace 20 años en Marc Veyrat,pero el tuyo tiene mucha mejor pinta. Y Philippe,tus reflexiones siempre son interesantes, precisamente ahora,más libertad para decir lo que te de la gana,hace falta crítica constructiva!!! Abrazos y gracias otra vez!!
En qué zona estás , Daniel?
Pues sí, esto de las verduras y las hierbas empieza a extenderse. Alexandre Gaulthier me puso un sorbete de perejil hace dos o tres años en los postres.
Te entiendo, yo también defiendo la presencia de pastelería clásica o tradicional en un postre moderno, no obligatoriamente como base del mismo, sino como guiño al pasado desde la modernidad. Abrazos!
Jajajaja Aquí te espero profesor!!!! Entiendo perfectamente tu reflexión. Con el frío entrarán algunas masas. Saludos!
Sigue publicando Philippe. Aunque a veces (pocas en realidad) pueden no ser del todo compartidas, tus opiniones son leídas, valoradas y siempre respetadas. En una red repleta de bocazas, envidiosos y maleducados, tus escritos, que rezuman sinceridad, honestidad y buen talante, son cada vez más necesarios.
Gracias! Por cierto, igual tú me tienes identificado pero yo no a ti.Igual hemos coincidido en algún rtes en bcn alguna vez.El contrario sería sorprendente.Te mueves más que yo! 🙂
No hemos coincidido. De haberlo hecho, te habría saludado.
Eso espero!
En mi caso deben ser unos 7 u 8 años de fidelidad absoluta hacia la cocina de Artur. En mis rutas gastros invernales nunca ha faltado la visita a Capritx / Aürt (la última a finales de febrero, poco antes del cierre temporal). Como en tu caso, guardo toda la secuencia de platos de cada visita en mi disco duro y la evolución es de “traca y mocador”: cada vez más esencial si cabe, más intenso y ajustado, donde nada sobra ni nada falta. No es fácil encontrar restaurantes donde la coherencia sea tan alta y haya un plan gastronómico tan seguro y fiel, que incluso en los pequeños errores se reaviva.
Y como toda obra buena, es reconocible: por el trabajo insistente con la materia prima más básica (puerro, berenjena, nabo, cebolla…) hasta elevarla a producto gourmet; por la base de salsas de cocción eterna y paciente (¡de mojar pan, sin duda!), o por su contraste con el mejor producto fresco apenas soasado o pasado por unos segundos de calor / hervor. Y siempre con el punto exacto de ingredientes, sin atiborrar al comensal de especias o elementos irreconocibles al paladar, que epatan al cliente ocasional pero que apenas esconden la impostura de mucha alta (y altísima) cocina.
También creo como tú que el tratamiento de los postres va in crescendo, y el fichaje de Alba se nota plato a plato (¡y no hace falta tener tu suerte de comer los postres de 3 menús en un solo día!) En un postre de temporada de febrero ya intuí por donde iba la cosa, con la alcachofa como ingrediente base en un plato todavía prematuro. Pero esta secuencia de frutas es el espejo perfecto del menú salado: la misma idea, el mismo plan, un equipo que entiende lo que sueña el chef.
La royale de cebolla ha llegado para quedarse, como en su día el calamar al pilpil o la presa ibérica con quinoa. En esto también consiste la excelencia: en crear platos que ya quedan grabados para siempre.
Puestos a quejarme de algo, también tengo cierta nostalgia por la mesa clásica y pequeña del viejo restaurante, pero entiendo que el futuro irá por las barras altas y los espacios más abiertos. Y admito que el poder charlar con el equipo de cocina a lo largo de una cena tampoco tiene precio.
En fin, Philippe: ni sueñes que vas a dejar el blog. Te acosaría impunemente hasta el último rincón en el que te escondas. No nos vas a dejar desamparados.
Abrazo.
Estimado Philippe.
Aprecio y valoro tu blog.
Sigo considerando que tienes en tu pluma la historia de lo que se cocina y se cocinaba en los últimos 30 años.
Me agradan y me hace sonreír “esas manías” que citas en no pocas ocasiones. Entre ellas destaco, que de forma insistente defiendes la trazabilidad creativa y que se citen las fuentes de inspiración.
Cada uno de los textos que escribes es de una minuciosidad, riqueza de lenguaje y de una interdisciplinariedad poco habitual en este instagranizado (con mucha azúcar) mundo.
Pensar un plato es difícil. Muy difícil.
Conseguir que con un bocado “este todo dicho”, que sea sencillo, que además tenga sus toques y que se distingan los tres sabores en boca de forma sucesiva, dando una impresión de relieve gustativo con sensación de armonía final, tiene un merito digno de destacar.
Describir un plato es difícil. Muy difícil.
Hacerlo como lo haces tú, permite distinguir el estilo los matices del cocinero. Además a partir de ahora no me queda otro remedio que buscar el relieve gustativo con sensación de armonía final.
Muchas Gracias por tu blog y tus textos. También por las fotos.
Brindo con un tinto de baja graduación por otros 14 años ¡a la vôtre!
José Ángel
Te leo del tiempo que no se acompañaban de fotos tus salidas gastronómicas. Siempre un placer, apenas partí estudiando cocina/pastelería buscaba respuestas y muchas de ellas las encontré en tu blog. En la que fue mi única experiencia laboral en los fogones de la alta cocina catalana tus comentarios se esperaban como agua de mayo, jajaj. Un abrazo desde el norte de Chile.
Mil gracias, Sergio! Tus palabras dan sentido a este blog! Un saludo desde Barcelona!
Estimado Philippe.
Aprecio y valoro tu blog.
Sigo considerando que tienes en tu pluma la historia de lo que se cocina y se cocinaba en los últimos 30 años. Me agradan y me hace sonreír “esas manías” que citas en no pocas ocasiones. Entre ellas destaco, que de forma insistente defiendes la trazabilidad creativa y que se citen las fuentes de inspiración.
Cada uno de los textos que escribes es de una minuciosidad, riqueza de lenguaje y de una interdisciplinaridad poco habitual en este instagranizado (con mucha azúcar) mundo.
Pensar un plato es difícil. Muy difícil.
Conseguir que con un bocado “este todo dicho”, que sea sencillo, que además tenga sus toques y que se distingan los tres sabores en boca de forma sucesiva, dando una impresión de relieve gustativo con sensación de armonía final, tiene un merito digno de destacar.
Describir un plato es difícil. Muy difícil.
Hacerlo como lo haces tú, permite distinguir el estilo los matices del cocinero. Además a partir de ahora no me queda otro remedio que buscar el relieve gustativo con sensación de armonía final.
Muchas Gracias por tu blog y tus textos. Incluso por las fotos.
José Ángel
Ahhh, brindo con un vino de baja graduación por 14 años más de blog. ¡A la vôtre!
Querido José Ángel de Córdoba!
Son palabras preciosas las que me has escrito.
Igual estoy en un momento más sensible por el momento que estamos viviendo y todo me llega más: algunas cocinas y algunas palabras como las tuyas.
Estoy conciente de que cada plato delicioso que comemos en un rte, es como una pequeña victoria arrancanda de esta oscuridad que aun nos rodea por mucho tiempo.
Hablar de 14 años de blog no.pretendía anunciar un aniversario de nada: de hecho abría el blog en enero 2006…Era solo para situar este momento que vivimos (y vivo) en un contexte.Hasta cuándo tendrá sentido seguir con este blog?De momento, sigo.No me veo haciendo otra cosa y querré pensar que he cumplido lo que quise cuando lo abrí: contar a una cincuentena de amigos lo que mis inspiraban mis visitas a rtes y viajes.A ver cuando puedo reemprenderlos.Un abrazo grande!
Hola Philippe!
Creo que te sigo desde el 2010/2011 y siempre que hemos ido a Barcelona (casi una vez al año), hemos visitado todos esos restaurantes de los que nos has hablado. Tu preferidos, que ahora, también son los nuestros: Alkimia, Disfrutar, Suculent, Dos Palillos, Tickets, Hoja Santa…
Además, las reseñas de Aponiente, Noor, Ricard Camarena, Diverxo son excelentes.
Sigue escribiendo porque merece muchísimo la pena leer este blog que te trasporta al restaurante y al plato que has probado o que vas a probar.
Una cosa más, suscribo, punto por punto, el comentario de José Ángel.
Por cierto, nos conocimos el año pasado, en Semana Santa, en la barra de Dos Pebrots.
Muchas gracias por este blog.
Un saludo afectuoso!
Creo acordarme de ti!
Casualidad: salgo ahora mismo de Dos Pebrots! Hay alguna novedad por contar sobre esta casa. Espero hacerlo en un par de días!
Gracias por tu fidelidad! Un gran saludo!
Xavier Ruiz Ribes
22:35 (hace 38 minutos)
para mí
Hola Philippe,
Ayer te mandé este mensaje al blog (entrada sobre Aürt), pero como no lo he visto publicado, no sé si te llegó. Lo copio aquí:
En mi caso deben ser unos 7 u 8 años de fidelidad absoluta hacia la cocina de Artur. En mis rutas gastros invernales nunca ha faltado la visita a Capritx / Aürt (la última a finales de febrero, poco antes del cierre temporal). Como en tu caso, guardo toda la secuencia de platos de cada visita en mi disco duro y la evolución es de “traca y mocador”: cada vez más esencial si cabe, más intenso y ajustado, donde nada sobra ni nada falta. No es fácil encontrar restaurantes donde la coherencia sea tan alta y haya un plan gastronómico tan seguro y fiel, que incluso en los pequeños errores se reaviva.
Y como toda obra buena, es reconocible: por el trabajo insistente con la materia prima más básica (puerro, berenjena, nabo, cebolla…) hasta elevarlos a productos gourmet; por la base de salsas de cocción eterna y paciente (¡de mojar pan!), o por su contraste con el mejor producto fresco apenas soasado o pasado por unos segundos de calor / hervor. Y siempre con el punto exacto de ingredientes, sin atiborrar al comensal de especias o elementos irreconocibles al paladar, que epatan al cliente ocasional pero que apenas esconden la impostura de mucha alta (y altísima) cocina.
También creo como tú que el tratamiento de los postres va in crescendo, y el fichaje de Alba se nota plato a plato (¡y no hace falta tener tu suerte de comer los postres de 3 menús en un solo día!) En un postre de temporada de febrero ya intuí por donde iba la cosa, con la alcachofa como ingrediente base en un plato todavía prematuro. Pero esta secuencia de frutas es el espejo perfecto del menú salado: la misma idea, el mismo plan, un equipo que entiende lo que sueña el chef.
La royale de cebolla ha llegado para quedarse, como en su día el calamar al pilpil o la presa ibérica con quinoa. En esto también consiste la excelencia: en crear platos que ya quedan grabados para siempre.
Puestos a quejarme de algo, también tengo cierta nostalgia por la mesa clásica y pequeña del viejo restaurante, pero entiendo que el futuro irá por las barras altas y los espacios más abiertos. Y admito que el poder charlar con el equipo de cocina a lo largo de una cena tampoco tiene precio.
En fin, Philippe: ni sueñes que vas a dejar el blog. Te acosaría impunemente hasta el último rincón en el que te escondas. No nos vas a dejar desamparados.
Abrazo.
Gracias Xavier! Pues he publicado yo mismo tu mail, con tu permiso.
De acuerdo contigo. Habría que hacer un menú de clásicos: calamar al pil pil, cerdo a la pimienta verde etc…
Puedes volver a la casa antigua , aunque se llame la Mesa del Buen Gusto…
Abrazo virtual!
Hola Philippe!
Soy Francesc de Ca n’Armengol, he leido en tu último post tus dudas
sobre la utitlidad o no de tu blog en los tiempos venideros. Sólo
decirte que si ha sido útil tu actividad como notario de lo que pasaba
en gastronomia en este país, por ejemplo cuando todo iba viento en popa
o también en momentos de crisis anteriores, creo que ahora tiene mucho
más sentido para seguir la evolución que vendrá. Evidentemente todos
tenemos en este momento incertezas sobre nuestras cabezas, ya sean
sanitarias, económicas etc…, pero te animo a seguir adelante. Soy
consciente de todo lo que comporta tener el blog actualizado, (la prueba
es cuantos blogueros ha dejado de serlo, jejeje…). Pero no veo otra
opinión con criterio y sobretodo con pasión para hablar del tema.
Por lo demás, seguiremos esperando tus escritos con avidez y como
acicate para mejorar, un saludo:
FrancescArmengol.
Hola Francesc! Gracias por los ánimos!
Me acuerdo de la visita a tu casa.
Y no sé si sirvió de algo pero en tu caso y en el de Cruix, os dieron un Bibgourmand, después de que lo reclamara.🙂
Seguro que fue coincidencia pero me gustó.Un abrazo virtual!! Philippe
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