

Se llamaba Le Relais de Venise y fue durante mucho tiempo la sucursal barcelonesa del restaurante L’ENTRECÔTE , fundado en Toulouse en los años 60.
En el mismo emplazamiento que ocupó durante años Le Relais de Venise, y luego el Café Emma de Romain Fornell, acaba de abril la sucursal barcelonesa de L’Entrecôte, que se fundó en Toulouse a principio de los años 60.

La fórmula es la misma desde hace casi 60 años. Una ensalada de nueces, carne de vacuno del lomo bajo (aunque haya oído alguna vez que podría ser del más sabroso “contrafilete” , “faux-filet” o falso filete) de raza Simmental ) y un gran surtido de postres vintage como profiteroles, piña al marrasquino (quien conoce hoy este licor?) o vacherin.
¡Pero lo importante es la salsa! Mantenida secreta por su fundador, Paul Gineste de Saurs y sus descendientes, se ha creado todo una mitología a su alrededor. Se comenta que llevaría hígados de pollos, imagino que para ligarla, pero al ver que se presenta casi siempre cortada, lo dudo un poco. Ni se elabora en los restaurantes de la cadena (Toulouse, Burdeos, París, Nantes, Montpellie, Lyon…), sino que proviene de un centro de producción mantenido secreto como si fuera una base clandestina de una película de James Bond.
En mis años de estudiante en Toulouse, hace ya varias décadas, ir a L’Entrecôte era nuestro premio de cada trimestre, cada vez que cobrábamos la beca. La comida diaria, la teníamos en el restaurante universitario y su rancho a veces difícilmente comestible por un par o tres de euros. Estábamos en una época particularmente carnívora por el miedo inconsciente a que nos faltara proteína: una vez a la semana tocaba un buen bistec con patata, en alguna casa de comida o, tarde por la noche, en los bares cerca de la estación Matabiau. Pero la fiesta auténtica, cada trimestre, reposaba en dos comidas de estilos muy diferentes: una en un restaurante vietnamita (se habían abierto una gran cantidad después de la descolonización de Indochina) y otra en L’Entrecôte del Boulevard de Strasbourg. Restaurante que aun existe y que volví a visitar el año pasado, sin temer a hacer cola media hora en la calle, ya que no se aceptan reservas. El éxito se mantiene después de tanto tiempo.
No sé si pasará lo mismo en Barcelona. Ayer , domingo noche, el restaurante, (que curiosamente se encuentra a 20 metros de Lomo Alto y sus carnes maduradas (que asesoraba Carles Tejedor hasta diciembre del año pasado) , estaba medio vacío.
Aquí nada de maduraciones. Después de

la ensalada de nueces
por cierto insuficientemente aliñada , llega


la carne
bastante tierna, servido en una bandeja de inox donde se mantendrá caliente el resto de la ración, gracias a unas velitas. Es decir la ración entera es la suma de lo que hay en el plato más lo que se encuentra en la bandeja.
Las patatas fritas
de variedad “bintje” o “agria”, se hacen, como mandan los cánones, en doble cocción : confitadas a 160º , guardadas en mise-en-place y sumergidas en baño de fritura muy caliente en el último momento. Salen perfectamente crujientes. Será un invento de los belgas, pero los franceses, como suelen hacerlos con otras cosas, se las han hecho suyas. El “bistec con patata” era hasta hace poco el plato nacional (ahora me parece que es la pizza, o “masa de pan con cosas”, como en todas partes…).
Cuando la camarera (servicio femenino 100% en toda la cadena) se percata que el nivel de patata baja en el plato del comensal, se ofrece gratis un suplemento (lo que se suele llamar en lenguaje popular “rabiot” o “rab”).
En cuanto a la
salsa
que, como dije antes, viene siempre desligada , se supone que es la gracia del plato. Golosa gracias a la mantequilla, las hierbas (unos dicen tomillo, en otros tiempos se comentaba laurel…), tal vez mostaza de Dijón. Lo que le noté esta vez fue un claro sabor a cebolla casi cruda (o tal vez chalotas) innegable. No me extrañaría. Mi madre acompañaba el bistec de una brunoise de chalotas picadas.
De postres, (aplaudibles los dos o tres postres a base de fruta de la carta) quise buscar un referente de mi infancia con

la mousse de chocolate
que se suele hacer en Francia con mantequilla(optativo), yemas y clara montada (nada de nata). Aquí sale un poco densa, pero correcta.

Correcta como el conjunto de la fórmula. No sé si volvería mañana, pero hay que reconocer que la relación calidad-precio es más que aceptable. Y la cena cumplió con mis expectativas “regresivas” , que era revivir un poco sabores de juventud.
Tintorros a 14º y no creo que haya esperanza de que cambien su escueta carta de vinos…

Baguette comestible y servicio gratuito de agua filtrada (estamos en Barcelona, y el agua directamente del grifo hubiera sido impensable: tenemos una de las peores agua que existan).
Abierto cada día de la semana.
Servicio muy amable por parte de la camarera argentina que me sirvió. Más recio en el caso de la encargada asiática que apenas ayudaba a su colega.

L’ENTRECÔTE
c/Pau Claris nº 142
Se. Regol.
Conozco y reconozco su reputación como crítico gastronómico .
No obstante , con toda la humildad me permito hacerle unas aclaraciones .
Este restaurante nada tiene nada que ver con Le Relais de Venice que menciona como el original, ni con el que antes en Barcelona ocupaba ese mismo lugar y dirigía el hijo de la propietaria del de París . Entre otras basta con ver la decoración de uno y otro .
Le Relais de Venice L’entrecote en París es el original y de ese han salido replicas e imitaciones con mayor o menor fortuna . Este es una de esas réplicas .
Está muy bien y ofrecen buen servicio y un mejor precio , pero efectivamente la salsa se les corta , no tanto la de Le Relais de Venice donde logran ligar más y mejor la salsa que contiene más de 10 especias diferentes .
Otro detalle diferenciador es que en Paris ,Londres o NY Le Relais de Venice L’entrecote , sirve la ensalada con salsa de mostaza mientras que en Bercelona y otros Entrecote de Francia ,es una simple vinagreta .
Nada más .
Saludos cordiales
Acepto la crítica y seguramente tiene ud razón.
Recozco que he podido liarme.Solo conozco L’Entrecôte de Toulouse y nunca visité el anterior Relais de Venise.
Muchas gracias.
He quitado en el texto de mi post la referencia al Relais de Venise, para que no haya confusión, pero ahora me acuerdo de donde venía esta referencia por mi parte. Se trata de un artículo de Jean-Claude Ribaut en Le Monde . Lea usted https://www.lemonde.fr/vous/article/2007/06/20/le-secret-de-l-entrecote-enfin-devoile_925998_3238.html
Muchas gracias por su consideración .
Efectivamente , el de Toulouse es de la misma cadena que este de Barcelona .
Mi humilde recomendación es que si va usted viaja a Paris no deje de visitar Le Relais de Venice . La media hora de cola en la calle merece la pena .
Si en L’Entrecôte de Barcelona quedó satisfecho , en aquel tocará el cielo .
Pequeños detalles que hacen una gran diferencia .
Saludos cordiales y una vez más agradecerle su contestación.
Pues me lo apunto! Muchas gracias! Salutaciones cordiales!
A usted por su respuesta y muchas recomendaciones y críticas .
Si me permiten unas aclaraciones más :
Le relais de Venise en Paris fue abierto en 1959 por Paul Gineste de Saurs. L’Entrecote (en Toulouse) fue abierto en 1962 por Paul Gineste de Saurs y su hijo Henri.
Esos restaurantes pertenecen a la misma familia y utilizan la misma receta para la salsa. ¿ A Lo mejor un método de fabricación diferente que puede explicar que una sea más ligada ?
Existe también le relais de l’Entrecote en Paris que es de la misma familia. Son los 3 originales.
Hay muchas explicaciones en internet.
Un saludo,
Sí! Es lo que se explica un poco en el link anterior.Para liarse un poco…