Exactamente siete años sin ir al restaurante Sant Celoni. Ahora mismo acabo de releer mi post de entonces para refrescarme la memoria. Para empezar tengo que reconocer que escribía mejor en aquella época y que sobretodo mis observaciones eran muy valientes, tal vez más que ahora. Hace tiempo ya que” sugiero más que explicito”, reservando a la esfera de las conversaciones privadas mis comentarios más acerbos. Los lectores me van conociendo e intuyen cada vez mejor mis pensamientos.
Después de esta segunda visita (en realidad la tercera , ya que estuve también en los inicios del restaurante) tengo que decir que podría repetir algunos comentarios, tantos de fondo como de detalle, como por ejemplo la enorme mesa de quesos que sigue sin taparse en medio del comedor.
Evidentemente ya no pondría esta vez ningún “pero” a la calidad del producto. Impecable desde la caballa, hasta el virrey, pasando por la cigala. También los puntos de cocción son irreprochables.
Lo que sí he notado como una novedad y el inicio de un cambio de rumbo, en esta nueva etapa después de la desaparición del añorado Santi Santamaría, es la voluntad por parte de Óscar Velasco de proponer una visión más personal de su cocina. Al menos en su actitud, tanto Óscar como Abel Valverde, el maître de la casa, demuestran una clara intención de abrir un tiempo nuevo, aunque esta evolución se tenga que hacer con toda la moderación del mundo. Conscientes de la clientela a la que va dirigido, se mantiene por supuesto el estilo de servicio de lo que se ha venido a llamar de “gran restaurante”. Y , por coherencia, se agradece. Aquí no se percibe ninguna evolución (que por otra parte se entendería como “oportunista”) hacia la tan cacareada “informalidad” de la sala. Y al cliente se le sigue recomendando el uso de la americana y , a poder ser, de la corbata (sólo cumplí el primer requisito).
En cuanto a la carta se mantienen algunos “clásicos” como el soberbio jarrete asado que se trincha delante del cliente. Pero también se aprecian platos mucho más actuales tanto en su concepción como en su sobria presentación. Pienso ahora en las papas arrugás con parmesano y tartufo o la anguila asada sobre vainas crocantes y caldo de ave. Sólo haría falta a veces marcar un poco los sabores o desarrollar en algunos de estos platos más aristas aromáticas o ¿por qué no? picantes que darían otra dimensión a su degustación. Le queda a Óscar por demostrar tal vez un poco más de atrevimiento y menos rigidez en sus planteamientos. La paloma torcaz con ajo negro y tuétano sería también un buen ejemplo de este posible camino. Una pena en este caso que la carne adoleciera de excesiva firmeza.
Buenos postres, en particular ese otro “clásico” de la casa : crema de café con mousse de chocolate cocido. Capa crujiente y helado de grué.
Gran menú personalizado , con carro de quesos: 180 €
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Huevo de codorniz, aceite de pimentón. Berenjena , queso, menta. Merengue , pâté de pintada. Galleta de guisantes con camarones.Coca de aceituna queso y sardina marinada.
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Pollo de corral, pisto, agridulce de pimentón y corteza de trigo
Royale de crustáceos y pluma ibérica
Todo rico, pero ya sabéis que me cansan estos largos preliminares antes de entrar realmente en materia. Bocados diminutos cuyos sabores no llegas a fijar nunca en tu memoria. El ave escabechada, por ejemplo, que es un plato de la carta, me supo a poco.
Caballa ahumada, puré de coliflor, remolacha, limón y migas
Ravioli de ricotta ahumada , caviar Petrossian Alverta Imperial
Papas arrugás con parmesano y trufa blanca
Anguila con judías verdes y caldo de ave. Semillas de sésamo negro
Cigalita , confitura de cebolla, aguacate
Virrey, apionabo, tomate , naranja y aire de azafrán
El jarrete de ternera blanca servido con un excelente puré de patata. ¿Por qué no servirlo, algo más abundante, en una cazuelita a parte?
Paloma asada al momento, tuétano, perejil, ajo negro
Granizado de zanahoria, lima, eneldo, galleta de avena y jengibre
Crema de café, mousse de chocolate cocida, helado de grué
Excelente surtido de panes. Gran servicio dirigido por Abel Valverde (en la foto de arriba con Óscar Velasco).
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Carta de vinos confeccionada por David Robledo
SANT CELONI
Paseo de la Castellana nº 57
91 210 88 40
Recuerdo con gran placer mi última (y única) visita al Sant Celoni de Madrid hace ya algunos años. Grandes recuerdos del menú degustación y, todo se ha de decir, de la compañía que compartió mesa conmigo en aquella ocasión, que todo hace para que el disfrute en un restaurante sea redondo.
Philippe, no sé si se puede decir o algún gastrónomo experto me acusará de herejía, pero, habiendo también disfrutado del menú degustación de Santi Santamaría en el Racó de Can Fabes, la casa madre, mi impresión personal fue que me gustó muchísimo más y salí mucho más satisfecho del Sant Celoni. Es posible que una “segunda marca” acabe superando al buque insignia??? Brutal el carro de quesos. Y por cierto, no comentas nada…pero recuerdo que el pan también era excepcional. Quizás en el tema pan se ha avanzado mucho en bastantes restaurantes últimamente y ya no llama tanto la atención.
Creo que hago también una mención a los panes .Con una foto.
Mis disculpas. Simplemente la foto de los panes se me pasó de largo y no la vi desde el móvil.
Hola Philippe!
“Bocados diminutos cuyos sabores no llegan a fijarse en la memoria”.Eso pasaba en El Bulli,y no nos parecía mal…sí,sí Mea culpa también.Creo que se va acercando el momento de derribar algunos mitos de aquel restaurante y aquel cocinero. (Sin dejar de reconocerle una enorme estatura y aún más enorme-he ahí la clave-INFLUENCIA)
Hace tiempo que me confieso insensible a los aperitivos y a los petit-fours.Al Bulli se le perdonó muchas cosas por todo lo novedoso de sus aportaciones .
Muy atrevido por tu parte decir que a elBulli se le perdonaron muchas cosas por sus aportaciones. Precisamente si algo les diferenció fue darle protagonismo al snack, pequeños múltiples bocados que hacían un menú mientras los demás ofrecían la clásica fórmula: entrante, principal y postre y el aperitivo era un simple entretenimiento para “desahogar” la cocina.
Igual no era la expresión más correcta por mi parte. Llevo 10 años escribiendo comentarios sobre el Bulli… Es cierto que “se perdonó” al Bulli que la mitad de su menú estuviera de snacks ya que cada bocado era el descubrimiento de una nueva técnica o concepto…
👍
Pues a mi me parecen mucho mejores tus observaciones ahora que antes.. Para mi son muy útiles para ver que se cuece !!
Creo que valiente es decir las cosas in situ como haces!! 👍
Tiene buena pinta Santceloni!! Sino arriesgan un poco más en sabores punzantes, debe ser por una clientela más enfocada a sabores nobles y tranquilos…
Gracias Dani por animarme je je. Igual ahora no cuido tanto mi “estilo” je je.
Los de Sant Celoni quieren empezar una nueva etapa pero les ata un poco las reglas que se fijaron cuando se creó el restaurante. Yo no estoy en contra de los sabores nobles y tranquilos perfectamente ejecutados…Bon Nadal!
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