15 comentarios el “CONFORT EN EL RESTAURANTE GASTRONÓMICO

  1. Le debí de dar sin querer al botón antes de acabar el comentario.

    Decía que estoy de acuerdo con lo que apuntas y que se te olvida algo. Por muy buena que sea la comida y todos los elementos que expones en el post, si la cuenta viene con errores en forma de cobrarte de más o de incumplimientos de obligaciones legales, la experienca se va al garete.
    Y a mi últimamente me ha pasado unas cuantas veces…

    • Y hablando de pizarras, ¿que sentido tiene hacerlas servir para helados? Y a veces templadas, como recién sacadas del lavaplatos…

      Este es un artículo extraído del blog «GASTRONOTAS» de Capel. Es una entrevista a una conocida empresaria de restauración catalana donde nos revela la diferencia entre un restaurante que ofrece comida y una máquina de hacer dinero.

      http://blogs.elpais.com/gastronotas-de-capel/2011/10/rosa-esteva-la-rentabilidad-del-talento.html

      Pregunta ¿Y cómo se consigue que un local sea rentable?
      Respuesta: Con la rotación de mesas. El primer “Japonés del Tragaluz” lo diseñamos con bancos y mesas incómodas para que la gente se levantara rápido. El precio moderado de nuestros locales y la rentabilidad dependen de las rotaciones. Me preocupa el nuevo “Luzi Bombon” de Madrid donde la gente cena y se queda.

  2. Excelente entrada, Philippe. Plas, plas, plas. El problema con las vajillas es que hay restaurantes que usan platos lo más raros posible, creyendo que eso es parte de la experiencia. La estética por encima de la funcionalidad. Yo también me he encontrado comiendo pescados o carnes que uno no sabe como hacer para que sus salsas no se derramen por los lados, o no te caiga un ingrediente por el precipicio.

    Y los olores… ay! Lo más difícil es que la preparación de un plato en la mesa de al lado no invada tu espacio. Uno está degustando su plato, pero los vecinos han pedido algo que necesita su tiempo y su prepararción en la sala, con lo que ojos y nariz se dirigen automáticamente hacia allá. A veces pienso que un restaurante gastronómico tendría que poner a todo el mundo de acuerdo para empezar a la misma hora y comer simultáneamente lo mismo. En plan Bulli. Si no, uno corre el riesgo de estar en el postre y los de al lado tener el suquet en su punto… con lo que uno acaba comiendo helado de bogavante. Pero en fin, eso ya son utopías.

    Saludos.

  3. Totalmente de acuerdo con enfatizar el confort en el restaurante, especialmente el acústico que es el que mas se descuida (no sólo de ruido: recordar los horribles hilos musicales). ¿Pero porque no ir mas allá del confort y hacer que el ambiente del restaurante tenga una personalidad especial que lo difrencie? ¿Es legítimo que un restaurante ofrezca tambien una experiencia visual/sensorial de su interiorismo que sea coprotagonista, junto con su cocina, o sólo debería estar al servicio de ésta?

  4. Para mi la música es muy importante, lo que suena, la calidad del sonido y sobre todo el volumen, ni muy alta ni muy baja, personalmente no soporto los restaurantes sin música, se oye absolutamente todo y es muy incomodo.

    Otro apunte, los ruidos de vajillas, en el mejor de los casos, de gritos de cocina en el peor de los casos, tambien son muy molestos, (no diré nombres…)

    En mi última visita a El Bulli, lo pasé realmente mal, cuando tras 3 o 4 horas sentado en esas miseras sillas me dolia el culo como si hubiese montado a caballo por el desierto de Dakota. uffff, que mal lo pasé.

    • La música puede estar pero sin que se note.
      Hay sitios que no la necesitan. Te imaginas, Noma, Mugaritz o el Celler con música?
      Totalmente de acuerdo con lo de las sillas de El Bulli. Sin cambiar el estilo vintage del restaurante, las sillas se hubieran podido cambiar a mejor.

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