LA COCINA DE ALBERT VENTURA EN VALLDOREIX
La famosa “Barra del Coure” del Pasaje Marimón de Barcelona ya tiene su réplica conceptual en Valldoreix, a unos 10 km del Ensanche barcelonés.
Albert Ventura ha dado un paso más al asociarse con un cliente (o clienta) suyo para llevar la cocina de su restaurante barcelonés a ese barrio residencial de alto standing de la ciudad de Sant Cugat.
En WALL 57, número 57 de la rambla Mossen Jacinto Verdaguer (GPS obligado para los que no son del barrio), no falta el espacio como pasa en la pequeña entrada del restaurante Coure. Aquí todo es amplio, luminoso y diáfano. El interiorismo es sencillo pero extremadamente funcional y agradable. Una larga barra en medio de la única sala, detrás está la cocina vista (sin trampa ni cartón) y por los lados unas seis mesas. Algunas noches, se puede llegar a congregar hasta 80 personas…. Es decir que Wall 57 ya es todo un éxito.
La calidad del producto, la excelencia de la cocina y la amplitud acogedora del local tienen evidentemente mucho que ver con esta buena acogida por parte de la acomodada vecindad, pero lo que también ha sido determinante ha sido la baja oferta gastronómica que existe en esta zona (algunos restaurantes japoneses de calidad en Sant Cugat y poca cosa más).
No quiero imaginar lo que podrá pasar dentro de poco cuando Wall 57 abra su terraza. En las noches de verano, hasta valdrá la pena subir a Valldoreix para cenar, si no “a la fresca”, al menos con dos o tres grados menos que en medio del bochorno de la capital.
Para los que conocen la cocina de Albert, no habrá sorpresa. Es prácticamente la misma carta que en el Coure. Medias raciones a muy buen precio, si se considera la calidad del producto, con las que la clientela se puede organizar su propio menú degustación.
Íbamos dos personas y Albert nos puso lo que le dio la gana (como siempre). Todo en la carta estaba apetecible. En estos casos, lo mejor es dejarse llevar.
Empezamos con la croqueta de pollo al curry, rebozada en pan rallado y costra de pan rota (no panko). Buenísima pero nada que ver con la cremosidad de la croqueta de Jordi Vilà en Vivanda. Son dos estilos totalmente diferentes: una da la primacía a la carnosidad y la otra a la untuosidad de la bechamel.
No me suele gustar la cecina. Si es vuestro caso, probad la que sirve Albert: tierna, con grasa infiltrada con ligero toque ahumado. La mejor que haya comido. Se presenta en ensalada con unas alcachofas crocantes espectaculares (9 €). Si hay una verdura que se puede servir así, es la alcachofa. Parece increíble pero este producto (la alcachofa violeta de Brindisi) viene en conservas de vidrio. Nadie lo podría sospechar. Me parece que la distribuye Francesc Collell (otra vez él)
Burrata con anchoas, habitas a la menta y tomatitos secos (buenísimo a pesar de su sencillez)(9 €),
Muy rico el tiradito de escórpora o cabracho (pero es un pescado demasiado terso para comerlo crudo): dashi, lima, pimiento verde, aguacate y huevas de trucha.(14 €)
Otro clásico del Coure, la excelente presa ibérica con panceta Maldonado, verduras encurtidas y puré de patata consistente (no evanescente con se da en muchos casos…)(12 €).
Impecable tartar de buey y mascarpone, con tostadas de tomate seco y cereales, (8 €)
brutal el atún con patchoi, cebolla tierna y un jugo a la soja,
tortilla de “llangueta” con pan con tomate (sobraban para mi gusto las escamas de sal),
bacalao de Cuaresma (un poco soso y con la hoja de acelga algo cruda y fibrosa), (9 €)
molleja de ternera con alcaparras, (9 €)
potente la carrillera de vaca con dados de beicón, terrina de zanahoria, mantequilla salada y kalamatas (12 €)
De postre, un clásico del Coure que me encanta: crema de fruta de la pasión, con emulsión de coco, crumble y granizado de menta.
Pol nos recomendó un vino excelente (un tinto de Anjou, zona más conocida por sus rosados, y del color de la etiqueta) para acompañar toda la comida. Pero es conveniente que por su ligero carbónico,no se sirva a más de 14º o 15º.
(Precio de amigo…)
WALL 57
Rambla Mòssen Verdaguer nº 57
93 589 50 60
Valldoreix (Sant Cugat del Vallès-Barcelona)
La veritat es que fa tot molt bona pinta, tens raó, a Sant Cugat, a part de bons japonesos hi ha poca cosas de qualitat.
Ens sabries dir el preu mig sense ser preu d’amic?Ho dic per tenir una referencia.
Saps si reserven taula?
Ja he posat quasi tots els preus del plats. ´Tres plats, un postre y vi a la copa et pot costar 40 €
Moltes gracies, lo de reservar taula saps alguna cosa?
Si si clar que es pot.
No ho coneixía i la veritat es que m´agradadat força. No cal rissar el ris, poc es molt com diuen el minimalistes, oficu, bon gust i imaginació. Aixó hi es a Wall57. Compte amb les salses de soja , però !. Han de ser per aromatitzar no per emborratxar….
Teniamos reserva a las 22h del 16 de julio. Llegamos con puntualidad británica. Estuvimos 5 minutos en la puerta esperando a que alguien nos ubicara en la mesa. La primera sensació es que en el local hay un total desconcierto y que nadie manda. Nos sentaron en la mesa. Tomaron nota 10′ después. Pedimos y ya no habían algunas cosas, precisamente por aquellas que estabamos allí, canelon de foie, tirado de pescado, etc. Pedimos sencillamente lo que había y quedaba entre ellas croquetas. Volvimos a esperar 40′ a que apareciera el primer platillo que viene acompañado con la noticia que ya no había croquetas. Habían tardado 40′ en decidir que las croquetas no estaban. El camarero aparece con otro platillo que no habiamos pedido. Dice que no pasa nada que nos lo regala. Uno de los primeros por los cuales también habiamos decidido probar el Wall, la cecina, no aparece, También habiamos pedido, ensalada con anchos, resulta que no hay anchoas y sencillamente las sustituyen por jamón. Vienen los segundos y nos comunican que la cecina habia decidido anularla. Aquello que pudimos probar estaba bien, pero ojo, ir más tarde de las 9:30 es sinónimo de poder comer mucha mozzarela de búfala y muchos tomates cherry y para eso no hace falta ni tanta espera ni tanta preparación. La idea es buena, el resultado final es un fiasco total. La hora de acceso a un local no puede limitar las opciones del cliente. Además claramente falta personal. Esperas, y demoras inexplicables. Por último decir que al pedir la factura, las croquetas que no probamos si que estaban facturadas. Es inaceptable.
Claramente local sobrevalorado. Quizás sigan llenando el sitio los de Can Fanga. Los vecinos de Sant Cugat será difícil que volvamos a picar en lo que es un quiero y no puedo. Atención a navegantes, cuidado cuidado.
Entiendo tu enfado. Y aquí está dicho.
Lo siento mucho, pero realmente fuisteis en un muy mal día, he ido 2 veces y la verdad es que si te puedes permitir una cena para dos de 70-90 euros, vas a comer muy pero que muy bien, servicio muy bueno (saben lo que tienen que saber) y la comida vale la pena. Nosotros volveremos.
El local esta curado , muy buen gusto , la comida en plan degustación está muy bien ,pero no para cada día , ir sin prisa , no es un comedero , volvería.