10 comentarios el “L’OBAC.hotel La Mola. (Terrassa).

  1. Yo también pasé por allí un par de semanas antes y lo del salmón metido en un sifón fue un sacrilegio, una maniobra inncesaria para acabar destrozando un buen producto. En cuanto al gazpacho de remolacha, sólo fui capaz de dar un sorbo- era pura agua de color rosa con ajo- y las judías del ganxet estaban sequísmas. Eso si, la carne de la barbacoa tenía su gracia, la gamba de Palamós pasable y la mañana era magnífica y la terraza merecía un viaje aunque sólo fuera para acabar comiendo pan con tomate y jamón entre amigos.

  2. Estarían en pruebas ya que el restaurante lleva una semana inaugurado, me parece. El gazpacho de remolacha tenía potencia y la judías estaban bien. No se apreciaba el buey de mar.
    La sopa de calabacín y el pie, espectaculares.

  3. ¿Barbacoa? ¿Gamba de Palamós? En su carta no tienen nada de eso. Inés, no te referirás a la inauguración. Un acto en el que acudieron invitados gratuitamente, todo en formato aperitivo y de pie…Eso no es bien bien lo mismo…digo yo.

  4. «…un sacrilegio, una maniobra innecesaria para acabar destrozando un buen producto…». Esa frase Inés dice mucho y nada. Y permíteme que te diga que carece de reflexión alguna. Más bien es fruto de visceralidad y de la cegación del «por que sí». ¿Qué de malo hay en meter un buen salmón en un sifón? Puedo coger tu frase y aplicar mil ejemplos que demuestran tu equivocación. Ahí van algunos. ¿Se critica tanto mezclar unos buenos huevos con leche y azúcar para hacer flanes? ¿O batirlos para hacer tortilla? Porqué eso significa destrozar su estructura primaria, ¿no? ¿O se critica tanto cuando se hace un suflé de salmón? Nunca hubiéramos hecho vino, sin cometer el sacrilegio de pisar buenas uvas maduras y fermentar su mosto. Sacrilegio!!!!! Pecado!!!!!!. Por favor. Basta ya. Defended la moderación. He probado espumas soberbias que mejoraban lo presente, y auténticas mierdas. Pero igualmente he encontrado fantásticas patatas fritas y auténticas basuras fritas. ¿Prohibimos las frituras? Todo en su medida. «Demonizar» el sifón por vía sistemática es injusto. Critiquemos su abuso. O que no se meta buen salmón. ¿No creen?

  5. Disculpen si me meto en la conversación. Yo soy un gran defensor del sifón. Simplemente comenté que no era una «brandada» como se anunciaba en la carta y que justamente hubiera preferido una textura menos etérea, donde se notara más el sabor del salmón.
    Sacrilegio es coger un caviar y hacer con ello una mahonesa como lo he visto hace poco.

  6. Exacto Philippe. Y también le doy la razón a nuestro comentarista anónimo. Todo cuanto se refiere al gusto tiene un gran componente visceral ( el estómago es una víscera), atávico, casi primitivo. Yo empiezo a echar de menos la simplicidad, la complejidad innecesaria me parece un ejercicio vacuo: cuando tengo unos huevos frescos, espléndidos, llenos de yema para untar, me los como fritos, sin más. Cuando son «menos buenos», los convierto en flan. Y esto no está exento de reflexión, simplemente no coincide con «sus reflexiones». ¿Sabe que me comentó una vez Ferrán Adrià en una entrevista realizada en diciembre del 2004? Que jamás tocaría un buen «pescaíto frito». ¿ No le parece que eso es fruto de una profunda reflexión acerca de cuándo debemos transformar un producto y cuándo es mejor respetar su simplicidad?

  7. K decir, el artur un agarrao, almenos podria pagar a sus cocineros y no esconder la pasta.

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