Mucho mérito tiene la familia Carmona en arriesgar con este tipo de cocina en una zona que no es propensa a auparla. Los padres en la sala (acogida muy atenta) y los dos hijos en la cocina.

Bueno el aguacate (aunque algo ennegrecido) con yogur y mostaza.
Agradable el gazpacho con pincho de pulpo.
Buena materia prima con el salmonete pero reconozco que no me apetecía mucho, ese día y en Fuengirola, comerlo sobre un arroz de algas.
Recordaré la pasta de trigo (en bolitas) salteada con langostino y pesto, aunque el conjunto resultaba un poco seco.
Mucho más rica la presa ibérica con mojo canario y patatitas.
Otros platos como las castañas asadas con espárragos y huevas de trucha, no me convencieron por su indefinición. Caldo fuerte de brandy, poco evaporado.
Postres mejorables , como “La tarta” de queso de cabra con caramelo de cítricos.
Un detalle: deliciosos los colines o grisines caseros.
Estoy convencido de que había platos de la carta que hubieran resultado mejores.
Pienso, por ejemplo, en el bacalao con verduras, migas y callos.
Me preguntarán por qué hablo de este restaurante si no me ha convencido del todo. Pues, lo repito, porque hay voluntad de hacer las cosas bien y cualquier propuesta que salga del pescadito frito y se adentre por el difícil camino de la modernidad culinaria tiene que merecer un aplauso, aunque contenga todavía cierta torpeza en su concepción o en su realización.
Menú degustación de 7 platos : 48 € (faltan un par de platitos en la crónica).
Un precio muy correcto si se tiene en cuenta la zona (muy turística) y la calidad del producto.
GIROL
Av. de las Salinas nº 10
952 660 268