8 comentarios el “CRACCO.feb 2010 (Milán).

  1. Philippe, he leido con atencion el post sobre Cracco y observo que, pese a la proximidad de visita solo coincidimos en un plato, el «desconcertante» maiz tostado con tuétano. Supongo que tuviste la oportunidad de probar platos de fuera del menú… Yo, en general, tuve la impresión de un restaurante bastante anodino, y en el que el 90% de los comensales no iban a disfrutar de una experiencia de vanguardia sino a pasear su glamour (quizá cometí el error de ir en San Valentin). El servicio bastante flojo y sin interactuar en absoluto; ni se nos ofreció la posibilidad de hacer maridaje de vinos (creo que no estaba el sr Gardini). En todo caso, una experiencia que me dejó bastante frío y en la que me sentí un poco cliente de segunda división. Las impresiones con detalle se pueden leer aquí:
    http://manoloxantana.wordpress.com/2010/02/16/carlo-cracco/

  2. Contestaba a Francesc: llegué a probar por supuesto el tartar.
    Para responder a Manolo Xantana (ocurrente el nick …) te puedo decir que Cracco es un gran restaurante donde he llegado a comer platos inolvidables. Con altibajos sin duda pero con mucha personalidad.

  3. Muy interesante, Philippe, tu reflexión sobre el doble recorrido (entendido como esfuerzo en dos direcciones) que han de realizar cocinero y comensal al afrontar la degustación de un plato.
    Comienzo a estar verdaderamente cansado de algunos cocineros que no hacen un esfuerzo de empatía al presentar un plato a la mesa. Soy más radical que tú al afirmar que el compromiso moral y ético del cocinero es el disfrute y la felicidad del que le hace el honor de sentarse a sus mesas.
    Demostraciones técnica (o tecnológicas) vacías (que no aporten nada a la feliz simbiosis creador-disfrutador) me aburren; aún más, intentos de sacudir paladares con texturas insufribles o sabores desazonantes (y soy particularmente indulgente) los considero un asalto al buen gusto.
    Por lo demás, un post modélico como tantos de los tuyos.
    Salud!

  4. Hola Philippe, he leído sobre un restaurante llamada Cracco Peck en Milan y seguro que tiene algo que ver con estes dueños. Me acordo que también el autor nos contaba de gran altibajos. Tengo que decir que deben hacer mas esfuerza en la presentación tanto en la imaginacion del concepto. Un saludo

  5. Ahora este restaurante que se llama «Cracco» (sin Peck, que es la tienda de delicatessen situada a40 mts).
    Cracco y Matteo son grandes cocineros. También son capaces de aportar felicidad al gourmet.
    Huír de un cierto radicalismo es , en estos momentos, una urgencia para algunos cocineros italianos, franceses, españoles…

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